Decidimos sumergirnos en lo espeso de este dilema para conocer qué tan reales son estas iniciativas.
Un video reciente generó teorías conspirativas sobre cómo los gobiernos están controlando el clima y los químicos que estas nubes artificiales lanzan a la Tierra, pero casi todo lo que rodea esa publicación es falso. Jeremy Clarkson grabó en el Centro Espacial Stennis en Mississippi mientras la NASA realizaba una prueba del lanzamiento de un cohete RS-68. Ahí surgió todo.
En April's Fools comenzó a circular un video titulado "Artificial Cloud Generation System" en el que vemos a Jeremy Clarkson presenciando un experimento de la NASA que lograba crear nubes artificiales y, como consecuencia, lluvia. Es notorio que el video fue cortado tanto al inicio como al final y en una esquina del mismo aparece como marca de agua "Instagram@2018flatearth". Esa es prueba suficiente de las intenciones del video: que se volviera viral y tuviera muchas reproducciones. Y lo lograron, ya que cuenta con 518,051 shares.
Las nubes que muestran en el video fueron creadas por el motor de un cohete que trabaja a partir de oxígeno e hidrógeno líquido. La combinación de ambos elementos genera una combustión dentro del motor y al salir al exterior se crea una nube de vapor de más de 6,000 grados Fahrenheit. Estos residuos se elevan en el cielo y al enfriarse generan llovizna.
Hace unos días, Forbes publicó un artículo escrito por un exinvestigador y meteorólogo de la NASA, en él menciona que desde hace años se ha generado polémica por la desinformación que gira en torno a una máquina que puede cambiar el clima. En realidad, sólo son los motores de los cohetes que han estado probando desde hace años –y cuentan con la tecnología más benévola para el ambiente–.
Y si, las combustiones de oxígeno e hidrógeno líquido pueden ayudar al riego de las cosechas que se encuentran cerca de la base en Mississippi, pero eso no es realmente significativo. La desinformación seguirá y es muy seguro que en unos meses o años surja otro video que creé polémica y más teorías de conspiración que profeticen el fin del mundo. Si eres de esas personas trágicas, te invitamos a leer este artículo sobre cómo esas teorías son científicamente imposibles.
Una de estas historias trágicas dice que el gobierno de Estados Unidos puede controlar el cambio climático con la ayuda de la tecnología de HAARP, o High Frequency Active Auroral Research. Este programa fue creado por la Universidad de Alaska y la Fuerza Aérea para estudiar cómo la ionosfera (una de las capas de la atmósfera) afecta las radiofrecuencias. Este proyecto ya no siguió en pie porque no contaban con los fondos necesarios para continuarlo, pero los amantes de las teorías de conspiración dicen que cerraron el programa por haber causado ataque terroristas, huracanes, terremotos y muchas catástrofes más.
La tecnología de HAARP contaba con frecuencias muy altas, pero eso no quiere decir que podía cambiar el clima y hacer que las placas tectónicas decidieran moverse. Lo mismo sucede con el cohete de la NASA, los motores que han estado probando han demostrado que no generan gases tóxicos, sino H2o. Así que ya saben con que sorprender el fin de semana.
Publicado originalmente en VICE.com