Cómo es tomar fotos de los ultra ricos desde un helicóptero

Por Tiffy Thompson; traducido por Laura Castro; fotografías de Jeff Cully

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Todas las fotos vía Jeff
Todas las fotos vía Jeff Cully/EEFAS.

El 1 por ciento de ellos no quiere que sepas cómo vive.

Jeff Cully tiene una ventana única a un mundo exclusivo de riqueza obscena, crecimiento rapaz e impresionante belleza. Ha estado viajando en helicóptero como fotógrafo aéreo durante casi tres décadas. Ahora, tomando fotografías principalmente en los Hamptons, Cully disfruta de la vista mientras le pagan por capturar los patios de recreo veraniego de multimillonarios y celebridades.

Cully comenzó a trabajar como asistente del aclamado fotógrafo Thomas Kelly. "Acababa de cumplir 19 años y ya estaba en la parte trasera de un helicóptero del ejército —un Alouette francés que probablemente debería haber sido descontinuado décadas antes—, cruzando Katmandú. Eso me enganchó", dijo.

VICE habló con él acerca de los peligros que ha enfrentado, los clientes excéntricos y la razón de que incluso la montaña rusa más intimidante palidezca junto a un helicóptero.

VICE: ¿Cómo terminaste siendo fotógrafo aéreo en los Hamptons?
Jeff Cully: Había hecho unas sesiones fotográficas de verano en el Instituto de Tecnología de Rochester a partir del octavo grado. Es todo lo que siempre había querido hacer. Terminé en el extranjero por unos años después de la preparatoria: fui al sur de Asia y a Medio Oriente. Luego a San Francisco, East Village… y después me mudé a la playa. Cuando era chico pasaba los veranos ahí y siempre había querido quedarme a vivir en ese lugar. Además, es un área bastante hermosa tanto para tomar fotografías como para vivir. En temporada hay mucho dinero, pero me interesa mucho más el área en sí que el dinero.

¿Quién te contrata?
En los últimos años, estuve volando tres o cuatro veces a la semana, trabajando para empresas de bienes raíces, publicidad, cine, constructoras a medida, propietarios de las residencias, cadenas noticiosas (ABC, NBC, CNN, Bloomberg TV, Business Insider, NYT). A la gente le encantan las vistas/tomas aéreas. Los Hamptons siempre son noticia en el verano.

¿Cómo transcurre una típica sesión fotográfica?
Trazas tu ruta, la verificas una noche antes, repasas la ruta con el piloto en la computadora antes de subirte al helicóptero, realizas una verificación previa del helicóptero junto con el piloto. Subes tu equipo, cierras la puerta, te pones el cinturón de seguridad y esperas que las buenas condiciones climáticas se mantengan.

La mayoría de los fotógrafos aéreos tienen una lista de lugares, los sobrevuelan, los fotografían/filman y eso es todo. Yo tomo mi lista y luego le agrego todo/cualquier cosa que haya entre las ubicaciones asignadas y nunca dejo de fotografiar o filmar durante los vuelos. Eso me llevó a ser conocido como el chico "Hamptons stock" en los medios de comunicación, las revistas, la televisión, etc. Tengo una colección de 63TB de "todo lo relacionado con los Hamptons", la cual muchos han utilizado a lo largo de los años.

¿Cómo es tomar fotografías aéreas?
Confía en tu cinturón de seguridad es el lema. Estás asegurado a un asiento y te inclinas hacia afuera casi por completo con la cámara en mano. Ocasionalmente estás sentado en el piso, con los pies sobre los patines de aterrizaje. Es una sobrecarga sensorial. Incluso mientras filmas, ves los indicadores, y buscas lugares donde podrías aterrizar en caso de ser necesario. He estado volando con las mismas personas durante más de 20 años; son chicos de la aviación agrícola. La comunicación [con tu piloto] es crítica. La coordinación al momento de hacer las tomas es casi como bailar ballet.

¿Cuáles son algunas de las residencias más memorables que has fotografiado?
Hay mucho exceso aquí. La residencia Fair Field Estate en Sagaponack, NY. del industrialista y rey de los bonos "basura" Ira Rennert. Este lugar es demencial. Era el complejo residencial más grande de Estados Unidos: es extenso y ridículo. Tiene múltiples piscinas, jardines interminables, múltiples canchas de tenis una al lado de la otra. Es absolutamente exagerado. Sin embargo, sus jardines crean algunos patrones realmente geniales, por lo que es perfecto para hacer tomas fotográficas.

Y la residencia del inversor David Tepper: él derribó la casa porque no le gustaba la vista del amanecer o algo así. Quería rotar el ángulo de la casa más o menos grado y medio de donde se encontraba originalmente. Capté a Tepper y a su novia en el piso superior de su casa un par de veces. El hombre probablemente me odie, pero eso está bien. Sí, soy yo otra vez, sobrevolando tu casa en círculos a las 8 de la mañana con el escándalo del helicóptero. Si te fijas en la composición de su residencia, su alberca parece un pene con dos bolas gigantes. Hay una mezcla, están desde las personas extremadamente excéntricas hasta las personas ricas extremadamente normales. Puedes encontrar la gama completa. Estoy feliz con cualquier cliente que me ponga en el aire.

¿Ha habido algún incidente extraño?
Una vez vi humo, así que nos desviamos y nos dirigimos hacia él. Era una mansión enorme en llamas. Llegamos antes que los bomberos. Nos quedamos sobrevolando el lugar una y otra vez. Saqué unas imágenes increíbles de esta (relativamente nueva) monstruosidad de mansión en llamas.

Estaba trabajando en una campaña para Hustler Powerboats, los botes de carreras de más de un millón de dólares que son increíblemente rápidos y miden 15 metros. Estábamos filmando uno de sus nuevos modelo en el océano, probablemente a unos dos metros de altura, justo sobre la cubierta del bote, e hicimos que saliera volando el sistema hidráulico primario. Lo que notamos al volver, fue que habíamos hecho que el bote (el propietario, su esposa y sus mejores amigos) quedara bañado en fluido hidráulico. ¡Ese es el tipo de cosas que pasan!

¿Algún incidente peligroso?
Sí. Es un riesgo laboral. Nos referimos a eso como "incidentes en vuelo". No es divertido para nada. En los giros cerrados —corrientes descendentes, vientos cruzados, fallas mecánicas—es cuando vives esos momentos de Dios mío. Incluso como fotógrafo, siempre estás buscando un lugar para aterrizar en caso de que todo se vaya al diablo. La rotación automática es una experiencia interesante: es cuando pierdes toda la potencia. Así que empujas la palanca toda hacia adelante, bajas la nariz para que vayas directamente hacia el suelo, acumulando la potencia suficiente en los rotores. En el último minuto, jalas la palanca hacia atrás, liberas la transmisión y (con suerte) aterrizas suavemente. Eso es algo que no le desearía a nadie.

¿Cuál fue tu asignación más extraña?
La primera vez que Anthony Weiner lo arruinó todo —no suelo hacer cosas de paparazzi—, tan solo imagina lo que hubiera valido una toma de él en su casa. Fuimos de un lugar a otro en los Hamptons, y terminamos sobrevolando la casa de Jon Stewart en Sag Harbor, donde supuestamente se alojaba. Fuimos en busca de Weiner, pero no obtuvimos nada.

¿Qué tan costosas son tus tomas?
A la mayoría de los fotógrafos les gusta trabajar desde aviones [de ala fija]. Es más seguro, más lento y cuesta un cuarto del precio. Pero a mi los aviones me resultan un dolor de cabeza. Empleas mucho más tiempo y se limitan tus ángulos. Un helicóptero emplea mucha energía, y no es barato. Si usas un helicóptero R66, te costará de $1,200 a $ 1,800 dólares por hora, sólo el fuselaje. Sin cacahuetes o servicio de bebidas, obviamente. Puedes gastar fácilmente entre $30,000 o $40,000 dólares al año en alquiler de helicópteros, como mínimo.

Ahora se usan cada vez más los drones para tomar imágenes aéreas. ¿Qué se está perdiendo con esto?
En algún momento, es probable que puedan emular el movimiento que se lleva a cabo al tomar las imágenes desde un helicóptero con la mano, pero en este momento, casi siempre puedes notar cuando las imágenes fueron tomadas con un drone. Con un buen piloto y lo que puedo hacer con una cámara portátil… simplemente eso no puede logarlo un drone.

¿Qué características se necesitan para ser un buen fotógrafo aéreo?
Necesitas un muy buen ojo. Debes poder realizar múltiples tareas a un nivel que la mayoría de la gente no podría ni soñarlo. Tienes que conocer el equipo. Debes tener conciencia situacional. Y más te vale ser un muy buen fotógrafo. Tienes que estar dispuesto a subirte a un helicóptero. No se deslizan por el aire, caen como piedras. Nunca subiría a una novia o una pareja en un helicóptero conmigo, jamás lo he hecho y jamás lo haré. No nos pondría a ambos esa situación al mismo tiempo.

Publicada originalmente por VICE.com

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