La realidad se conecta con la ficción, y la literatura con el pensamiento de dos autores que nunca se conocieron.
Fiódor Mijáilovich Dostoievski (1821-1881) por definición es uno de los más grandes escritores de la historia de la literatura, y junto a Tolstoi, probablemente los dos mejores narradores de su país. Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900), descendiente de una tradición filosófica que cambió la historia del pensamiento occidental para siempre, es decir, el idealismo alemán. Se presenta como una conclusión negativa, tajante y resultante de esa tradición que te pedía que actuaras "como si la máxima de tu acción pudiera convertirse por tu voluntad en una ley universal de la naturaleza." Nietzsche, entre muchas otras cosas, busca atacar eso, busca darle el mayor peso posible a la "libertad" de tus actos sin ser limitado por una máxima ética de carácter meramente hipotético.
Con solo un poco de trasfondo en el pensamiento del alemán, se vuelve imposible leer la obra psicológica de Dostoievski Crimen y Castigo sin pensar en él. Empezando por la lúgubre naturaleza del crimen de Rodión Raskolnikóv se empiezan a tener tintes oscuros que podrían verse reflejados en frases como "Quien con monstruos lucha, cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti." En Más Allá del Bien y el Mal, o "La moralidad es el instinto de rebaño en el individuo." En La Gaya Ciencia.
Raskolnikóv, el personaje principal de Crimen y Castigo, es un estudiante de 22 años en St. Petersburgo que admira íntimamente a personajes que se elevan más allá del vulgo. Personajes que por su mera naturaleza pueden (y deben) romper los esquemas sociales que los oprimen, elevando con su genio a la sociedad cada vez más. Un punto elemental de la trama gira precisamente entorno a un artículo escrito por él llamado "Hombre Extraordinario". Ahí, Raskolnikóv ahonda en el tema y presenta una apología indistinta por estos personajes: "Napoleón de ninguna manera puede ser calificado como asesino" argumentaba el joven estudiante. Napoleón se encuentra arriba de la justicia y de cualquier imputación social que se le quiera hacer, trabaja para algo más grande.
Nietzche, por su parte, no predica ideas que puedan calificarse como distintas. Claro, teniendo en mente que se trata de una obra filosófica y no de una literaria. El alemán, profetiza el nihilismo, un profeta que además de acertado, es preciso al criticar situaciones sociales que nos envuelven todos los días. Sin embargo, su nihilismo tiene muchos matices que no tiene sentido discutir aquí, eso se lo dejo a los académicos. Para superar el nihilismo, se necesita de una raza superior, una categoría humana que haya evolucionado la realidad que nos compete. Ellos, los Übermenschen o Superhombres podrían superar el nihilismo por medio de hacer un ataque a los valores morales que hemos creado y rehacerlos a su gusto, ellos tal como el amor, se encuentran "más allá del bien y el mal". Es importante mencionar que esa raza de hombres ha aparecido una y otra vez en la historia en forma de personajes que han logrado transformar la visión moral del mundo, y es ampliamente discutible, pero Nietzsche pensaba concretamente en Jesús y Napoleón.
El anti-héroe del escritor ruso también en repetidas ocasiones se deshace en elogios a la genialidad e importancia de Napoleón como personaje histórico. Y encontrando de nuevo la fe en Dios, al final del libro se reconecta indirectamente con Jesús. La tragedia es el único constante en la vida del alma atormentada de Raskolnikóv, y como en el libro de Job de la Biblia, acaba "rindiéndose" ante el poder de Dios.
Nietzsche sí leyó a Dostoievski, pero solamente al final de su vida cuando su pensamiento ya estaba muy bien cimentado. Fue de su agrado e incluso en El Ocaso de los Ídolos se refiere a él como "El único psicologista del que he aprendido algo," sin embargo, y más allá de las evidentes conexiones ideológicas entre Raskolnikóv y Nietzsche, hay un episodio en la vida de ambos de un parecido tan fuerte que es verdaderamente impresionante:
Raskolnikóv tiene una pesadilla en la que, de niño, ve a unos campesinos matando a un caballo a golpes. El dueño grita jubilosamente que le peguen hasta matarlo pues se le había roto una pata y por su culpa se la había volteado la carreta. Raskolnikóv, horrorizado por la escena, se lanza hacia el animal en miseria y lo abraza del cuello en un intento desesperado por detener su sufrimiento. No es suficiente, los campesinos, ebrios y molestos quitan al niño con rabia y éste se tiene que ir con su padre a llorar. En esencia eso es lo que sucede en el sueño.
Como es bien sabido, Nietzsche murió loco. Por sífilis, deficiencias corporales o cualquier otro motivo, se le botó la canica. En el último episodio del que se tiene registro del alemán con lucidez, fue una tarde de 1889 en la que caminaba por las calles de Turín. Estaba cruzando la plaza Carlo Alberto, cuando ve a un hombre golpeando a un caballo con un látigo. El animal, rendido, totalmente acabado y doblegado en el piso "llamó" a Nietzsche y éste se lanzó hacia él, abrazando su cuello y llorando buscó alejarlo del dolor, buscó pedir perdón por la humanidad. Después de eso, el alemán acabó confinado a una cama firmando cartas como "el crucificado."
Es difícil saber hasta que punto el ruso influyó al alemán, pero a juzgar por las similitudes entre su personaje y él, parece ser que, al menos inconscientemente, Nietzsche pensaba en Dostoievski.
Publicado originalmente en VICE.com