Este video análisis responderá por qué te gusta torturarte con esta serie.
Con tonos que evocan tragedia, desgracia y decepción, Black Mirror no solamente hace un tratamiento de las relaciones con los avances de la ciencia, sino de las relaciones interpersonales y los mutables códigos morales de cada uno de los personajes. Moviéndose en un campo fuera de una regla o, en cualquier caso, atacando las reglas representacionales del dramatismo, Black Mirror se ha posicionado, sin duda alguna, como una de las propuestas más interesantes y duras de la televisión sobre el futuro de la humanidad a la par de la invasión tecnológica en los aspectos más privados de la vida.
Cualquiera que haya tenido el placer de hacer catarsis con la serie inglesa, sabe perfectamente el dolor, como precio, que verla conlleva. Sin embargo, ¿qué la hace destacar de las demás series con tintes trágicos?
En un estupendo análisis, el videovlogger NerdWriter1 analiza cómo es que Charlie Brooker, creador de la serie, sobrepasa con aparente facilidad los constantes momentos de shock en las series por medio de no tratar de suplantar personajes superiores al espectador. En cambio, el doloroso realismo anti-idealista es el centro realmente atrayente de la serie y la razón por la cuál nos gusta torturarnos con ella.
Publicado originalmente en VICE.com