La semana pasada, la policía de la ciudad costera de Eastbourne, en Reino Unido, hizo público un comunicado en el que advertía de que se habían incautado de un alijo de cocaína con el cien por cien de pureza. No esa basura que te venden en la puerta del club asegurándote que es coca de la buena aunque luego resulte que tiene solo entre un 10 y un 40 por ciento de pureza, no. Estamos hablando de un polvo sin cortar que es más fácil encontrar en un laboratorio en medio de la jungla peruana que en una ciudad inglesa con la población más envejecida del país.
En VICE publicamos un breve artículo con la noticia. Para ampliar esa información, me pareció buena idea hablar con un experto en drogas para que me explicara qué diferencia hay entre tomar la coca superadulterada que venden habitualmente en el Reino Unido y consumir el polvo ultrapuro que se ha colado inexplicablemente en el país.
La compra
En Reino Unido, lo normal es pagar entre 50 y 80 libras (entre 57 y 90 euros) a tu contacto por la farla de siempre, pero ¿qué hay de la ultrapura?
"Generalmente, la gente que pasa en la calle no conoce la pureza de la coca que vende", afirma David Nutt, neurofarmapsicólogo y exasesor del Gobierno en materia de drogas. "Por tanto, no sería de extrañar que la vendieran al mismo precio que la droga de calidad inferior que suelen vender".
Salvo algunas excepciones, casi toda la cocaína que entra en el Reino Unido lo hace a través de la dark web. Allí, en mercados como AlphaBay o Hansa, el polvo de alta calidad se vende por unas 70 libras (80 euros) el gramo. Pero si quien la vende sabe que tiene entre manos mercancía de la buena, podría llegar incluso a cobrar 20 libras por 0,1 gramos.
La primera raya
Si la cocaína está muy cortada o el consumidor ha desarrollado cierta tolerancia, probablemente no note ninguna diferencia", explica Nutt, y añade que la coca pura produce una sensación de euforia apacible y pone al consumidor en estado de alerta. Al cabo de un rato, se sentirá tremendamente seguro de sí mismo y feliz, y querrá hablar, bailar, practicar sexo o hacer algo con toda esa energía que tiene".
La segunda raya
Debido a la alta pureza de la coca, es muy poco probable que sientas la necesidad de meterte otra raya durante los primeros diez minutos, a diferencia de si hubieras consumido el polvo adulterado que más abunda en Reino Unido. Pero no te engañes: por muy atractivos que suenan estos efectos positivos, los negativos también aparecerán, y también agudizados. "El consumidor notará una alarmante sensación de ansiedad, impulsividad y energía, y el pulso muy acelerado", señala Nutt.
Así que, a estas alturas, seguramente te sentirás de coña, aunque también es muy posible que empieces a notarte raro y bastante mal.
El resto de la noche
Aquí es cuando el alto porcentaje de pureza de la cocaína entra en juego. Con esto quiero decir que tienes mucho números de sufrir un paro cardiaco o daños graves en el corazón.
"La cocaína es un vasoconstrictor, y la mayoría de ingresos hospitalarios por consumo de cocaína son por problemas cardiacos", afirma Nutt. "A mayor pureza, mayor riesgo de lesiones cardiacas y de sobredosis".
En resumen: como la mayoría de consumidores de coca británicos están acostumbrados a esnifar polvo de mala calidad, el riesgo de sobredosis empieza a ser muy elevado con la tercera o cuarta raya, si estas contienen la misma cantidad y se consumen con la misma frecuencia.
El bajón
En este aspecto hay noticias semibuenas y muy malas. Las muy malas son que el bajón después de consumir coca pura va a ser muy chungo.
"Cuando la sustancia se elimina del cuerpo y el cerebro intenta recobrar el equilibrio químico es cuando llega el bajón, momento en que te sentirás irritable, destrozado, ansioso o paranoico", afirma Nutt. Y cuanta más droga haya que expulsar del organismo, mayor será la necesidad de sustituirla. "Hay gente a la que le cuesta mucho resistir la tentación de consumir más cocaína para retrasar el inevitable bajón", añade Nutt.
Publicado originalmente en VICE.com