Así se castiga la homosexualidad en el país con más musulmanes

Por Vice News y Reuters

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Una corte en Indonesia sentenció a dos hombres por haber mantenido relaciones sexuales, violando una de las leyes islámicas más estrictas en la provincia de Aceh, al noroeste del país, en uno de los estados más conservadores de la nación.

El juez Khairil Jamal les dictaminó una sentencia de 85 latigazos, cinco más de los que pedía el fiscal, por ser culpables de haber "practicado la homosexualidad", ignorando a los diferentes organizaciones de derechos humanos que pedían clemencia por los acusados.

Los dos hombres, que decidieron defenderse ellos mismos en el tribunal, fueron arrestados en en marzo después de haber sido reportados a la policía por un vigilante que asegura que los vio teniendo relaciones sexuales. Serán castigados públicamente la próxima semana.

Las leyes del estado dictan que el castigo por tener relaciones sexuales entre personas del mismo sexo puede llegar a ser de hasta 100 latigazos, 100 meses en la cárcel o una multa de 1.000 gramos de oro.

Esta es la primera vez que se dicta una sentencia por relaciones sexuales entre personas del mismo sexo en este estado, el único donde las leyes islámicas del Sharia siguen aplicando, aún cuando el país cuenta con la comunidad musulmana más grande del mundo.

La organización internacional Human Rights Watch (HRW) le pidió al gobierno de Indonesia que liberara a los dos hombres detenidos en marzo. Según Andreas Harsono, un activista de HRW, este veredicto incrementará el miedo entre la comunidad LGBT en otras provincias conservadoras de Indonesia.

Dentro de las leyes del estado de Aceh también se castiga a las personas que demuestren afecto en público sin estar casados, personas que tengan sexo fuera del matrimonio y a los menores de edad que tengan relaciones.

La policía de la provincia indonesia también es conocida por sancionar a las mujeres que tengan la cabeza descubierta o que usen ropa muy ajustada, al igual que a personas que estén tomando alcohol o apostando.

Publicado originalmente en VICE.com

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