El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro encabezó el acto de apertura del año judicial y ordenó al Tribunal Supremo (TSJ) “profundizar la revolución judicial”.
“Aquí en la casa de las leyes, en la casa de la superioridad constitucional, del principio de legalidad, aquí en la casa de la justicia, yo llamo a profundizar -hoy más que nunca- la revolución judicial de Venezuela para que la justicia llegue al hombre de a pie, a la mujer de a pie”, comenzó diciendo el dictador y enfatizó: “Justicia, justicia, justicia pide nuestro pueblo. Clama nuestro pueblo justicia, honestidad”.
Recordó que este plan nació para dar respuesta a los problemas, “a veces muy graves”, que enfrenta el sistema judicial venezolano, y admitió que “apenas ha dado sus primeros pasos”.
“Me hago vocero de la voz del pueblo para exigir aún más a los poderes públicos en función de la máxima felicidad social y de la justicia, que es la reina de las virtudes republicanas”, subrayó.
En este sentido, dijo que confía en que, en los próximos años, el Poder Judicial “dará ejemplo” de “una revolución judicial que será luz” para Venezuela y el mundo.
También, comentó que “falta mucho por hacer” en esta materia en Venezuela dado que considera que hay un alto retardo procesal y que, según denunció, se ha utilizado a la justicia como instrumento para apresar disidentes políticos, lo que resulta irónico ya que es casualmente su oposición la que es constantemente amenazada y perseguida por manifestar sus pensamientos.
Inclusive, el TSJ ha sido señalado por servirle con condenas a opositores y decisiones favorables a su agenda política, y hasta la Corte Penal Internacional (CPI) ha abierto una investigación por crímenes de lesa humanidad en línea con el informe de la ONU que concluyó que los servicios de inteligencia cometen estos delitos bajo órdenes de altos miembros del Gobierno.
A continuación, Maduro se dirigió a Gladys Maria Gutierrez Alvarado y su papel en esta “revolución”, dado que se desempaña como presidente del TSJ.
“Quiero depositar en usted y en todo este cuerpo del Poder Judicial venezolano todas mis esperanzas. Todas las esperanzas de un pueblo de que en los meses y años que están por venir, el Poder Judicial dará ejemplo de autoconstrucción, autoregulación y de una revolución judicial que será luz para nuestra patria y luz para el mundo”, señaló en línea con sus dichos anteriores.
“En nombre de nuestro pueblo, en nombre de nuestra patria pongo toda mi confianza en este Poder Judicial para dar un gran salto moral, un gran salto ético y un gran salto revolucionario por la justicia del país”, concluyó.
Sin embargo, no fue sólo con este pedido que Maduro expuso su dominio sobre el Poder Judicial. En sus palabras, el dictador se refirió a quien se ubica a la cabeza de la Corte Suprema, Gladys Gutierrez, quien ha sido una ficha que mueve a su conveniencia.
En un primer momento, Gutierrez fue miembro del Movimiento Quinta República (MVR), fundado por Hugo Chávez y posteriormente devenido en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Así, en 1999 fue la candidata del partido para la gobernación del estado Nueva Esparta y, también, llegó a ser diputada suplente de la Asamblea Nacional por la entidad.
Luego, entre 2002 y 2005 se acercó aún más a la dictadura chavista y se desempeñó como embajadora en España. Un año más tarde, en 2006, el régimen la necesitó devuelta y regresó a Venezuela, donde fue designada Procuradora General de la República.
Tras cuatro años en el cargo y una fidelidad indiscutible, le llegó la hora de otro cambio por lo que, en 2010, fue nombrada magistrada de la Sala Constitucional del TSJ y en 2013 ascendió a la presidencia de la Corte Suprema.
Casualmente estos movimientos estuvieron estrechamente ligados a la conveniencia del régimen ya que ese mismo año fue la encargada de rechazar el recurso presentado por Henrique Capriles en el que solicitaba el recuento de votos por el fraude de Maduro.
En mayo de 2017, Estados Unidos emitió una sanción sobre ella por su rol en el socavamiento del estado de derecho en Venezuela tras las sentencias emitidas en contra de la Asamblea Nacional opositora.
Posteriormente, en 2020, Maduro dispuso su salida del TSJ ya que tenía para ella otra misión: sería una de las encargadas de que las elecciones -en este caso parlamentarias. Es por ello que desembarcó en la presidencia del Consejo Nacional Electoral (CNE) y organizó los cuestionados comicios que, al día de hoy, son desconocidos por la comunidad internacional.
Terminada su tarea, Maduro la devolvió al TSJ como Presidente del máximo tribunal.
(Con información de AFP)
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