Vicente Dieguez Salinas es un ex presidiario, médico urólogo, quien operó al General en Jefe, ex ministro de la Defensa, Raúl Isaías Baduel sin conocimiento de la familia; así lo aseguró la esposa y las hijas del General, fallecido el 11 de octubre 2021, y quienes aseguran que el oficial les dijo en diferentes oportunidades que fue operado en un estacionamiento, cerca de un basurero, sin guardar reposo postoperatorio y que desde esa operación nunca más volvió a sentirse bien.
Todo eso quedó plasmado en un informe de Provea realizado por el periodista Edgar López. El doctor Dieguez no le respondió a la familia Baduel; amenazó al periodista con demandarlo, descargó la opacidad de la información en el abogado del general, Carlos Diez, a la vez que resaltaba: “Yo donde me pare soy tremendo médico y tremendo profesional”.
El 11 de octubre 2021, estando en custodia del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), que preside el General en Jefe Gustavo González López, y el Ministerio Penitenciario, el alto oficial falleció “de Covid”, según se apresuró a decir el Ministerio Público; la esposa e hijos de Baduel niegan que presentara el virus, porque de haber sido así no lo sometieron a ningún protocolo de seguridad.
El Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) es una respetada ONG y cuyo informe “La muerte lenta de Raúl Isaías Baduel” creó un gran impacto entre militares y civiles, porque reveló aspectos pocos conocidos de lo que pudo llevar a la muerte al exministro de la Defensa, quien el 12 de enero 2017, un año muy agitado políticamente en Venezuela, fue arrestado por segunda vez; la primera permaneció encarcelado, por un juicio de corrupción, desde el 2009 hasta el 2015 cuando sale con medida sustitutiva de libertad. Permaneció cuatro años más preso y sin juicio hasta su muerte.
El doctor Dieguez Salinas, muy relacionado a la exministra Penitenciaria María Iris Varela Rangel, se encargó de la operación del oficial del Ejército. Durante los videos que publicó en redes sociales se escudó siempre responsabilizando al abogado del general, Carlos Diez; incluso solicitó cinco veces que se vaciara el teléfono del reconocido abogado. Más que lograr descalificar al profesional del derecho, lo que demuestra la cantidad de irregularidades, ausencia de información es que Diegres reconoce que el doctor Diez compró los medicamentos, le llevaba las sábanas, que incluso fue a la casa del médico para poderle hacer llegar un libro al general. Hay un hecho relevante que el médico dijo con claridad: “Jamás hablé con nadie de la familia”.
Cruz de Baduel, esposa del general aseguró en el informe de Provea que “la operación se realizó fuera del hospital en un quirófano instalado en una carpa, muy cerca de un basurero. De nada sirvió que Raúl pidiera explicaciones o que se resistiera. Él me contó que quien más lo maltrató fue el anestesiólogo, porque Raúl le pidió que fuera cuidadoso, pues él era hipertenso. Quedó a merced de esos médicos en los cuales, obviamente, no confiaba”.
Mientras que el doctor Diegrez pretende demostrar que el general Baduel incluso le hacía café y le dio postre, como si el Sebin fuera un lugar envidiable para actividades sociales, Andreína Baduel, una de las hijas del oficial fallecido, aseveró “en su celda no había agua y tenía que esperar que atendieran su llamado, a veces hasta media hora, para ir al baño y limpiarse la herida”.
El médico
Vicente Dieguez, quien vive en España, pretende demostrar que fue Baduel quien le pidió que no lo dejaran hospitalizado después de la operación. ¿Qué interés puede tener la familia de Baduel para responsabilizar a Dieguez, con quien no tuvieron trato? ¿Iba el general Baduel a mentirle a su familia sobre el lugar y las condiciones en las cuales se hizo la intervención quirúrgica?
El médico dice que el general fue valorado por una doctora quien le diagnostica una hernia inguinal “y como yo en ese momento pertenecía al grupo médico del SEBIN (Servicio Bolivariano de Inteligencia) me piden que evalúe al general y en efecto tenía una hernia grande en la región inguinal”. Se asegura de no mencionar quién lo autorizó a hacer esa operación, tampoco quien conformó el resto del equipo médico.
“Yo alucino de pensar que digan que no sabían que el general se iba a dejar operar por mí. Pueden buscar los videos de seguridad del Ministerio, interrogar al personal de la clínica, y hasta 25 veces atendí yo al doctor Diez”.
Califica de historia de terror que el general haya sido sacado por un comando, llevado a una carpa, al lado de un basurero y en torno burlón agrega “lo que faltó es que dijeran que lo anestesiamos con éter que fue suturado con pabilo”.
En un país donde se respete la decisión de los tribunales, el debido proceso, los derechos humanos y las leyes de la República sería inaudito lo que ocurrió con el exministro de la Defensa. Para el doctor resulta raro que “si voy a trasladar al general de Plaza Venezuela a un hospital, ¿por qué lo voy a operar en una carpa fuera del hospital? Si lo voy a trasladar, lo hago en un quirófano”.
Agrega que de ser así lo hubiese operado en una carpa dentro del SEBIN donde hay un servicio médico y montar un quirófano ambulante. “Lo más increíble es que el doctor Diez sabe dónde se operó, que no fue en el hospitalito Vicente Salias sino en un quirófano del Hospital Militar Carlos Arvelo y sabe todos los detalles de la operación”, agrega el médico.
Solo Dieguez
Asevera que Baduel entra a quirófano “no a una carpa, fue valorado por el anestesista, se le dio la anestesia; eso de que lo maltrataron, jamás. El general, que sabía que su operación iba a ser ese día 23 de diciembre 2020, hizo una sola solicitud y me dijo: ‘Dieguez, la única manera que yo me opere es que tú vengas en el coche conmigo’, me dijo que tenía desconfianza que lo lleven para otro lado. ‘No general, no se preocupe, yo me voy con usted desde Plaza Venezuela hasta el hospital”.
“Ese día 23, llegué temprano, me fui con él hasta el hospital, entramos a pabellón, me quedé con él hasta el momento que se cambió, le dieron la bata quirúrgica, entró a quirófano, cuando le dieron la anestesia y lo operamos”.
“Tenía una hernia inguinal por deslizamiento contenido de vejiga, que solo se ve del 1 al 3% de los casos; se le hizo la incisión que jamás fueron esos 20 centímetros que dicen. Sí hubo necesidad de ampliar y eran como 10 centímetros porque había que introducir ese contenido vesical dentro de la cavidad abdominal, se cerró el anillo inguinal, se resecaron dos lipomas que tenía”.
Manifestó que como el general Baduel tenía mucho temor “yo me quedé en cada momento con él. Se despertó, me preguntó que como había salido, le dije que todo había salido perfectamente bien”, pidió que se le hiciera un vaciado al teléfono del abogado Diez para que se vea que se comunicó con él.
Asegura que le preguntó cómo se sentía y que este le dijo que bien. “Le dije que lo vamos a dejar hospitalizado y que se va al día siguiente para su centro de reclusión. ÉL me preguntó que si yo me quedaría ahí con él y le respondí que no, que yo vendría al día siguiente y me pidió ‘¿yo me puedo ir? Yo quiero irme y que tú me veas allá (en el SEBIN)’. Eso fue lo que hice. Quien lo dio de alta fui yo”.
Dice que Baduel “se va en una ambulancia hacia su centro de reclusión; yo no iba en la ambulancia, iba en un coche detrás de una ambulancia con uno de los comisarios, me bajo con él caminando en el SEBIN, él se recuesta y me quedo dos horas con él. Nos despedimos. Entonces ¿quién está mintiendo?”.
Asevera que días después el general tiene un abultamiento en la zona de la operación, porque hizo un seroma. “Los pacientes obesos tienen más posibilidades de hacer seroma y él lo hizo” por lo que se le drenaron y al día se le hacían dos curas en la herida operatoria.
Medicamentos en su clínica
Vicente Diegrez llega a ser preso porque, en el 2018, en una clínica de su propiedad le fueron encontrados medicamentos que pertenecían al Seguro Social. Dice que mencionar eso es para desacreditarlo porque según él era inocente y que quienes lo denunciaron están arrepentidos y asegura que “aquí el único que perdió fue el pueblo” y agregó que los perdona y le agradeció a un mayor general, cuyo nombre no menciona, “que confió en mí en todo momento”.
En el último, de los siete videos, manifestó que con él se comunicó el periodista Edgar López, quien suscribe el informe de Provea, y quien le dijo a Dieguez que respondiera a las preguntas que antes de hacer el informe no quiso responder. El médico condicionó la entrevista a que esté presente “un fiscal del Ministerio Público y estén otros periodistas, que sea pública” y propuso que fuera en Radio Rumbos, TVES y Venezolana de Televisión, algo así como una cadena presidencial.
Respondió parcialmente la pregunta que el periodista López le habría hecho sobre el postoperatorio del general Baduel. Fue pasando de lo que aprendió, del perdón, a amenazar al periodista. “Yo a ti te voy a denunciar por falsa imputación, difamación e injuria que fue lo que hiciste conmigo y me hiciste daño, pero ojo, de adentro te disculpo. No sé por qué lo hiciste, porque no me conoces, porque en el programa de televisión le hacía el bien a todos’.
Aseguró que “lo que pasó en el 2018 (que lo llevó a prisión), fue gente que quería hacerme daño”, finalizó amenazando al periodista de Provea.
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