La espera día tras día parece más lenta al paso de las horas, desde que la noche del 28 de diciembre de 2022, desapareció el líder social Wilberto Ángel Camico Menare. Habitantes de la comunidad Macuruco, ubicada a orillas del río Orinoco en el Municipio Atabapo, estado Amazonas, lo vieron por última vez en un centro nocturno del parque Yapacana, conversando con dos irregulares de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los indígenas están demasiado expuestos e indefensos a los grupos irregulares que actúan en conveniencia o tolerancia con algunos miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
El hombre de 37 años, a quien llaman “profesor Wilberto” es muy querido entre los indígenas del majestuoso Yapacana. Familiares, amigos y gente de la comunidad indígena a la que pertenece se cansaron de esperar la respuesta que no llega de las autoridades y este viernes 6 de enero arrancan una protesta de varios grupos indígenas. “Lo hemos buscado por el monte, por la selva”, dicen a Infobae.
El temor es que la guerrilla, a la que temen mencionar, lo haya desparecido por alguna desavenencia ya que Camico Menare era defensor del parque y de sus habitantes originarios. No están resignados, pero temen que la guerrilla lo haya asesinado como ha ocurrido con otros líderes indígenas.
Ante este nuevo caso, el de Wilberto Camico, hoy se inicia la protesta de la parroquia Yapacana y Macaruco para que aparezca el profesor y líder indígena. “La comunidad de Camoruco es la capital de la parroquia Yapacana y ahí nacio el profesor Wilberto Camico, quien estuvo trabajando en la gobernacion del estado Amazonas”. Muchos lo recuerdan porque fue muy activo con el ex gobernador e indígena Liborio Guarulla.
El problema real es que la comunidad Macuruco se encuentra a orillas del majestuoso y navegable río Orinoco, frente al cerro Yapacana, lugar donde se encuentra la principal zona minera ilegal del estado Amazonas. Ahí pulula gran cantidad de mineros ávidos de la riqueza que oculta las entrañas de la tierra, a la que le arrancan el oro contaminando sus aguas, destruyendo su vegetación y arrasando la cultura de los pueblos indígenas, cuyo importante número de integrantes vive del negocio de la minería. A eso se le suma que el Orinoco es usado para el transporte de oro, combustible, alimentos y como una ruta del narcotráfico.
El silencio alrededor de la desaparición de Camico es una dolorosa realidad para los indígenas quienes decidieron no callar más. Los familiares dicen que “si se tiene que acabar las minas del Yapacana, pues que se acabe, pero no puede seguir pasando cosas como la desaparición de Wilberto”, dicen en conversación con Infobae.
El 28 de diciembre en la noche fue la última vez que vieron al profesor Wilberto Camico (cédula 18.506.313). “Él estaba en un sitio nocturno del parque nacional, compartiendo con Borrachos y Pajaros, dos milicianos de las FARC; desde esa noche no se le volvió a ver”. Al amanecer, los indígenas que habitan en el parque, se preocupan porque el líder social no llega a su residencia, por lo que empezaron a buscarlo.
El Ejército
Desde que Camico desapareció su familia y comunidad acudieron a pedir ayuda al Mayor del Ejército destacado en el Parque Nacional Yapacana, pero no ha habido respuesta efectiva. “En realidad no lo están buscando. El Mayor nos ha ignorado. Por eso estamos pidiendo que el comandnate de la Zona Operativa de Defensa Integral se pronuncie y actue, así como el Ministerio de los Pueblos Indígenas y la Fiscalía”.
Uno de los problemas es que “aquí en el parque no está la Guardia, sino el Ejército de la 52 Brigada del estado Bolívar y no la de Amazonas y el comandante del parque es un mayor del Ejército”.
El 16 de diciembre de 2022 un numeroso grupo de militares se dirigieron hacia el parque Nacional Yapacana para arrancar la Operación Roraima 2022, para el desmantelamiento de los campamentos de la minería ilegal.
El estudiante de comunicación social Yosmar Jhunior publicó en sus redes sociales, el 21 de diciembre de 2022, que “fuentes instaladas en las minas del Yapacana informaron de falsos positivos por parte de los funcionarios militares del Gobierno Nacional en el operativo. ‘Teníamos que preparar los campamentos con chatarras para cuando ellos llegaran a hacer fotos’, expresaron. Funcionarios militares arribaron este 20 de diciembre a San Fernando de Atabapo; luego de su paso a las minas del Yapacana, el 21 de diciembre, tienen previsto salir de la antigua capital de Amazonas, aunque a través de las redes sociales la FANB informa el desmantelamiento de campamentos mineros”.
“Camico en la mina era un lider social indígena desde hace 5 años; fue uno de los pioneros de la voceria de los capitanes en el Yapacana. Su esposa Yulimar Vargas Lugo y sus dos hijos, un varón de 9 años y una niña de 14 años, esperan que el profesor Wilberto regrese a su casa”.
A finales de septiembre de 2020, 37 comunidades indígenas denunciaron que la guerrilla de las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y un jefe militar en la zona, con apoyo del alcalde y el gobernador, pretendían ingresar maquinaria pesada al parque Yapacana para extraer oro, prometiendo que a cambio comprarían una planta eléctrica para San Fernando de Atabapo.
Tanto Nanci Herrera y el Cacique del Parque Yapacana, Claudio Herrera, dijeron en esa oportunidad que la actividad minera, operada por las disidencias de las FARC, reclutan a sus niños y adolescentes para incorporarlos a la minería, pagándoles con oro.
Esquilmando y asesinando indígenas
Uno de los casos que impactó especialmente a los indígenas en Amazonas fue el asesinato del uwottujja Virgilio Trujillo Arana, por enfrentar la minería ilegal y haber colaborado con un operativo de ubicación y destrucción de pistas del narcotráfico; se cree que fueron miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) quienes lo sometieron y asesinaron el 30 de junio de 2022 en Amazonas.
En octubre de 2022, el indígena José William Moreno, de la comunidad Puinave, fue asesinado en Atabapo del estado Amazonas; la ONG Fundaredes indicó que se presumía que los autores fueron irregulares armados de los que operan en el parque nacional Yapacana. El joven asesinado era hermano del indígena jivi y maestro de escuela José Dacosta Moreno, también asesinado en el Yapacana el abril 2021; ese día también mataron a un adolescente.
A eso se le suma la cantidad de indígenas desaparecidos, huyendo hacia Brasil o Colombia para no morir de hambre, la ocupación de sus tierras ancestrales de las que son desplazados brutalmente por buscadores de oro civiles y militares, así como la captación de numerosos indígenas por parte de los grupos guerrilleros quienes, a cambio de míseros bolívares, más bien dólares, son integrados a las organizaciones armadas.
En medio de esa tragedia que viven los indígenas venezolanos, destinados a desaparecer, está un Ministerio de Pueblos Indígenas que solo ha servido para que la revolución bolivariana los utilice como instrumento político y diputados u organizaciones gubernamentales que los usan como propaganda, mientras los pueblos indígenas son arrasados y destruidos en la vorágine del Arco Minero y los grupos de la guerrilla colombiana.
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