El Colegio Nacional de Periodistas de Venezuela (CNPVEN) denunció este sábado que la dictadura de Nicolás Maduro cerró 34 estaciones de radio en los últimos meses. A través de su cuenta en la red social Twitter, detalló el número de clausuras y los estados donde se produjeron estos atropellos.
“El Gobierno de Maduro sigue arremetiendo contra la libertad de expresión, el derecho a la información y el acceso a la información en Venezuela. En los últimos meses, en el Colegio Nacional de Periodistas hemos venido denunciando y observando con preocupación una escalada en el cierre de emisoras de radio que solo en el mes de septiembre contabilizan 16, siendo el mayor estado afectado Zulia, seguido de Sucre”, indicó.
Y siguió: “En el mes de julio en Cojedes se cerraron 14 emisoras. En Portuguesa 2 de manera reciente y se suman 2 en Carabobo, el día de ayer Unión Radio Valencia 105.3 FM Play Top Radio 91.5 FM, lo que sumarían unas 34 emisoras cerradas en los últimos meses solo en 5 estados del país”.
“Esto evidencia, sin lugar a dudas, una nueva arremetida gubernamental de su llamada ‘Hegemonía comunicacional’ ejecutada por Conatel (la Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela) y que, no es más, que seguir llevando el oscurantismo informativo y comunicacional a todo el país”, acotó.
Luego subrayó que, “a todo esto, se suman los bloqueos selectivos que se aplican diariamente a los diferentes portales informativos y a las constantes fallas de electricidad y de Internet, que sin lugar a dudas contribuyen con la política de censura impulsada por el Estado venezolano que nos ha colocado en el umbral más grande de los oscurantismos informativos”.
El Colegio Nacional de Periodistas denunció en otro mensaje: “A todo esto se suma que la propia sede nacional del CNP Cantv le quitó las 2 líneas telefónicas y tiene más de 4 meses sin Internet, infructuosas han sido las diligencias ante la telefónica y menos las denuncias públicas. Denunciamos que el cierre de 34 emisoras en los últimos meses, los bloqueos selectivos, las fallas de electricidad y de Internet evidencian que arrecia la CENSURA EN VENEZUELA”.
Y concluyó: “Recordamos a la ciudadanía que informar no es delito y que la libertad de expresión y de información son derechos humanos garantizados en la Constitución”.
Sin democracia no hay libertad de prensa, no se puede pensar una sin la otra. Y, a medida que la democracia se fue descomponiendo en Venezuela, lo mismo fue sucediendo con la libertad de expresión.
Los datos son abrumadores, todas las fuentes confiables -Reporteros Sin Fronteras, El Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela, la prestigiosa ONG Espacio Público, por ejemplo- arrojan un mismo escenario: uno en el que los periodistas son perseguidos por las fuerzas de seguridad, los órganos censores rastrean hasta las comas de lo que se opina en las redes sociales, los medios críticos pierden sus licencias, se quedan sin papel para imprimir o les roban sus equipos, los periodistas son encarcelados y torturados, muchos se ven forzados al exilio y la sociedad de un momento a otro se queda sin conexión a Internet.
Así viven los venezolanos, en el oscurantismo informativo.
“La violencia contra los periodistas no tiene costo en Venezuela. Si un policía golpea a un periodista en la calle no vas a encontrar a ningún funcionario que lo condene o lo cuestione. Hay una tarea de intimidación permanente”, explicó a Infobae en una entrevista publicada en 2020 Carlos Correa, presidente de Espacio Público, la ONG que promueve la libertad de expresión, el derecho a la información y la responsabilidad social en los medios. La organización, una referencia sobre el asunto en Venezuela, documenta los ataques a los periodistas y alerta sobra la situación a diario.
Las víctimas preferidas del régimen son los medios críticos locales, pero también las grandes plataformas consolidadas mundialmente. Por ejemplo, Infobae está censurado en Venezuela. El 10 de octubre de 2014 el régimen bloqueó el acceso al sitio en todo su territorio y, desde entonces, permanece vetado.
Entre 2014 y 2019, Venezuela cayó 32 puestos en el Índice Mundial de Libertad de Prensa elaborado por Reporteros sin Fronteras, ocupando el lugar 147 de 180 países. Los casos documentados -explican- incluyen la intimidación, el hostigamiento judicial y las amenazas directas. La mayoría de las víctimas fueron periodistas.
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