Adrián José Velásquez Figueroa, ex guardaespaldas de Hugo Chávez, fue extraditado de España al sur de Florida para enfrentar cargos relacionados con delitos de blanqueo y organización criminal en un supuesto fraude en el canje de divisas.
Velásquez Figueroa tendrá su primera aparición en la corte el viernes. Su esposa, otrora enfermera del propio Chávez y ex tesorera nacional de Venezuela, Claudia Díaz también se enfrenta a la justicia por delitos similares.
En un auto fechado el pasado 5 de noviembre, al que ha tenido acceso Europa Press, los magistrados de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal consideran que los hechos por los que se le reclama constituyen, según la legislación española, delitos de blanqueo de capitales cometidos en el seno de una organización criminal, pertenencia a organización criminal y cohecho.
De acuerdo con la solicitud de extradición del Tribunal de Distrito Sur de Florida, desde 2008 hasta 2017 o alrededor de dichas fechas, el empresario Raúl Gorrín Belisario, Díaz Guillén y Velásquez Figueroa participaron en una estratagema corrupta en relación con el cambio de moneda extranjera efectuado para el gobierno venezolano.
En total, Raúl Gorrín pagó cientos de millones de dólares en sobornos para asegurarse el derecho de participar en más de mil millones en moneda de los Estados Unidos, en transacciones de cambio de moneda extranjera, que le reportaron ganancias de cientos de millones de dólares.
A partir de 2011 o alrededor de dicha fecha, Gorrín ofreció, prometió, autorizó y pagó sobornos a la entonces tesorera Claudia Patricia Díaz Guillén, incluso a través de Adrián José Velásquez, para influir e inducir sobre ella con el fin de que el empresario efectuase cambios de moneda extranjera para el gobierno venezolano y se asegurase una ventaja indebida en la adquisición del derecho de realizar dichas transacciones de cambio de moneda.
Además de los sobornos pagados a través de transferencias electrónicas a beneficio del matrimonio, explica la solicitud de extradición americana, Gorrín también compró y pagó gastos relacionados con aviones privados, yates, mansiones, caballos, relojes y una marca de diseñador de modas en el Distrito Sur de Texas a beneficio de ambos.
Así las cosas, la Audiencia Nacional considera que en este caso se cumplen todos los requisitos necesarios para aprobar la extradición, como que los hechos sean delito en ambos países --doble incriminación-- que estén castigados con más de un año de prisión --mínimo punitivo--, así como que no estén prescritos.
Exclusivo terreno en Punta Cana
Velásquez Figueroa, también conocido como el Capitán Guarapiche, fue, a la sombra, el dueño de un terreno en Cap Cana, el exclusivo conjunto residencial con vista a la Costa del Coco, en el extremo este de República Dominicana.
Se trata de una de las parcelas sin desarrollar, con una superficie de 11.580 metros cuadrados y ubicada nada más y nada menos que a un costado del campo de golf de Punta Espada, en Punta Cana, la meca turística de la isla de La Española. Un verdadero tesoro adquirido en diez millones de dólares, según datos del propio complejo turístico, que había pasado inadvertido bajo la fachada de una empresa llamada Settingsun Group, cuyas pistas llegan hasta fondos de venezolanos.
Escondida bajo el anonimato de los paraísos fiscales, hasta ahora Settingsun Group no era más que otra de tantas empresas registradas en las Islas Vírgenes Británicas. Pero un legajo de 11,9 millones de documentos filtrados, investigados y publicados por más de 600 periodistas de todo el mundo –agrupados alrededor del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y lo que desde esta semana se empieza a conocer como los Pandora Papers– vuelve a traer, entre incontables revelaciones, el nombre de Velásquez a la luz pública.
Hasta el 3 de abril de 2016 ese nombre era apenas conocido. Pero ese día, a la una de la tarde de Caracas, salieron los llamados Panama Papers. Entonces, entre tantas extravagancias destacó la historia del ex oficial. El ex jefe de la Guardia de Honor que custodiaba al fallecido Hugo Chávez, a sus escasos 36 años, mantenía una sociedad offshore en las islas Seychelles, un archipiélago en el océano Índico, al suroeste de África.
Velásquez Figueroa abrió esa empresa el 18 de abril de 2013, cuatro días después de la apretada victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales sobrevenidas de aquel año en Venezuela, en las que se elegía al sucesor de Hugo Chávez. Los registros divulgados entonces señalaban que estableció la compañía con el nombre Bleckner Associates Limited y un capital de 50.000 dólares, por intermedio del bufete panameño Mossack Fonseca, hasta entonces uno de los más buscados para crear sociedades.
La empresa había sido constituida para gestionar una cuenta en el banco suizo BSI, algo inusual para alguien de quien hasta entonces solo se sabía que percibiera el salario de un funcionario público en tiempos de control cambiario. Pero la condición de su pareja, Claudia Díaz Guillén, remachaba una retahíla de dudas que le rodeaba. Díaz Guillén, también oficial retirada de la Guardia Nacional, había sido la enfermera de Hugo Chávez por siete años y luego convertida en jefa de la Oficina Nacional del Tesoro, cargo que desempeñó desde 2011 hasta unos pocos días después de que Guarapiche registrara la empresa en Seychelles en 2013.
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