Los habitantes y dueños de comercios en Las Tejerías, en la zona central de Venezuela, tuvieron este lunes tiempo de evaluar mejor los daños causados por el deslave que cobró 36 vidas y dejó a cientos de lugareños arruinados y damnificados, con la pequeña esperanza de mejoras prometidas por el régimen.
Este lunes hubo más despliegue de maquinarias, así como de funcionarios de seguridad, que impulsaron las labores de limpieza, mientras crecía también el número de vecinos que se organizaban entre ellos para remover escombros.
La nota del día la marcó la visita del dictador Nicolás Maduro, quien recorrió algunas zonas enlodadas y afirmó que esta pequeña ciudad del estado Aragua “resurgirá como el ave Fénix”.
“Renacerá Tejerías y nosotros, con nuestras manos, reconstruiremos Tejerías, tengan la seguridad”, dijo el mandatario frente a un cúmulo de personas que se apiñaron para escucharlo.
Según las cuentas del dictador, se contabilizan casi 400 viviendas totalmente perdidas y otras 400 más con daños parciales, pero se estima que hayan más en zonas aledañas.
PÉRDIDA TOTAL
Carlos Méndez, un contador que heredó un negocio familiar, relató a EFE que para el momento del deslave, la noche del sábado, se encontraba en Caracas y no fue hasta las cuatro de la mañana del domingo cuando pudo contactar a sus familiares, que resultaron todos ilesos.
El local comercial no corrió la misma suerte, pues el agua entró y se llevó computadoras, monitores, fotocopiadoras, entre otros equipos de trabajo.
“Pérdida total, todo se perdió, el agua entró y fue como un ciclón y destruyó todo lo que teníamos aquí”, señaló.
Méndez agradece tener todavía la estructura del negocio, pero lamenta que otros habitantes de Las Tejerías hayan perdido todo, incluyendo a familiares.
Unos metros más abajo, desde un balcón y a través de un megáfono, el dictador Maduro prometió a los habitantes de Las Tejerías: “Tengan la seguridad todos los vecinos que vamos a recuperar hasta el último comercio y hasta la última casa”.
Carlos ve la promesa con tanto optimismo como mesura.
CONTROL DE DAÑOS
En la ferretería de Cristian Pereira, de 39 años, el agua que se desbordó de una quebrada inundó su negocio, aunque no hubo pérdida total. Junto a sus empleados trabajaban este lunes en sacar la tierra que quedó tras el deslave.
“Fue lluvia de un solo golpe, tenía rato lloviendo y en cuestión de minutos, a las seis de la tarde, agua, agua, deslave y pantano”, explicó a EFE.
Pereira dijo que la fuerza del agua abrió huecos en varias paredes del negocio y también de una panadería cercana.
Igual que Carlos, agradece que entre sus familiares, amigos y conocidos no haya desaparecidos o muertos, pero, insiste, hay “mucha gente” sin ser encontrada hasta el momento, más que los 60 reportados por Maduro.
SIN LOCALIZAR
Pero, aunque las promesas de recuperar lo material se hicieron presentes, aún no hay consuelo para quienes siguen en la búsqueda de sus familiares desaparecidos.
A Yomaira Lugo, de 39 años, le avisaron hoy que su tío, del que no tiene noticias desde el sábado, fue trasladado a Maracay, capital de Aragua, para ser atendido en un hospital. Sin embargo, su cuñada viajó hasta allá y no lo encontró.
“Mi cuñada fue para allá a ver si lo conseguía, fueron al hospital y no está en la lista, ni por ningún lado”, dijo a EFE.
Hasta el momento, las autoridades venezolanas han reportado 36 fallecidos y “más de 60 desaparecidos” en esta localidad en la que se han habilitados tres refugios y se han desplegado más de 1.200 funcionarios para atender a los residentes de los 23 sectores afectados, en los que viven más de 10.000 familias que hoy esperan apoyo y soluciones.
(Con información de EFE)
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