El juicio por el intento de magnicidio, o caso de los drones, que condenó a 17 personas desnuda lo que desde hace tiempo ocurre en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) con la tortura, actas de investigación maquilladas, funcionarios que aparecen firmando actas en las que no participaron, mentiras ante el tribunal, violación de la cadena de custodia y simulación de hecho punible. En tres de esos casos se puede detectar cómo se montan expedientes y las declaraciones de los funcionarios que los descubren, como en los procedimientos de un hotel en Chacao, la detención de dos personas en el centro de Caracas y la detención del general Hernández Da Costa.
Queda al descubierto la praxis que la DGCIM aplica desde que el director de Investigaciones era el ahora general Franco Quintero y el subdirector era el General Manuel Ricardo Cristopher Figuera. Lean el relato del primer teniente (Ej) Raymer Amaro, quien aseguró haber detenido al GB Héctor Armando Hernández da Costa en la sala de espera de la Dgcim el 18 de agosto, cuando un video hecho por su hija y publicado la misma noche demuestra que en realidad fue detenido cinco días antes, el 13 de agosto, en su apartamento y frente a su familia.
Así inicia su relato el Primer Teniente (Ej) Raymer Amaro: “El 18 de agosto 2018, el Director me pidió que ejecutara la orden de aprehensión. Fui a la sala de espera de la Dgcim, en Boleíta, donde estaba un hombre con jean, camisa manga larga de cuadros, le pedimos identificación y se le notificó la orden de aprehensión dada por la juez Carol Padilla, y los motivos”, dice que eso lo hizo con los funcionarios Reimi Moreno y Carlos Colmenares.
Relata que la inspección corporal del oficial la hizo Moreno, quien le encontró un teléfono móvil. Explica que, para llegar a esa Sala de Espera, se pasa por la oficina del director, pero no supo explicar cómo llegó ahí el alto oficial, si cualquier persona no puede entrar. Cuando le preguntaron si sabía que la detención de Hernández Da Costa había sido grabada, respondió que no, para después decir que no recordaba cómo estaba vestido el General, pero asegurando que lo detuvo en la sala de espera.
La respuesta del general de brigada (GNB) Hernández Da Costa ante la declaración, en el tribunal, del funcionario de la Dgcim Raymer Amaro, fue airada. “Desmiento a una persona que dice ser oficial de la Fuerzas Armadas, quien ha actuado de manera irresponsable, dando muestra pálida de su profesionalismo. Vino a mentir, con el consentimiento del Ministerio Público, quien ha orquestado una patraña”.
“Fui detenido la noche del 13 de agosto 2018 en mi apartamento, ubicado en Los Palos Grandes. Es un hecho público, porque mi hija tuvo la sabiduría, honrando a su padre, y divulgó al mundo que yo había sido detenido. Ese día 13 de agosto fui objeto de una violación flagrante de mis derechos fundamentales, porque los funcionarios que llegaron a mi casa no poseían orden de detención alguna, contraviniendo la Constitución. Yo estaba haciendo unas arepas para mis hijos y lo he dicho en todas partes”, relató.
Dirigiéndose al fiscal Farik Karin Mora Salcedo: “¿Por qué no se ha identificado a la veintena de hombres que fueron a mi casa a detenerme?” Preguntó dónde está el Mayor Néstor Neptalí Blanco Hurtado alias Ezequiel, quien dirigió el operativo de su detención. “Eso lo sabe Farik Mora y es que además Farik les da una clase antes de venir para acá y vemos como mienten. Es un delito en plena audiencia. Yo no, porque soy el acusado, declaro sin juramento y, sin embargo, le juro por mis hijos y por mi esposa que digo la verdad”.
Estaba en los cuartos de tortura
Explicó el alto oficial en el juicio que el 1Tte Raymer Amaro al mentir “proyecta o explana el tipo de funcionario para hacer constar el magnicidio frustrado. Han debido escogerse a los mejores. Son tan descarados que ante una realidad dice que mi detención fue el día 18″, recordando que en realidad fue el 13 de agosto cuando se lo llevaron de su casa “me metieron en la maleta del vehículo, me amordazaron y me amarraron. Cuando van rumbo a la autopista, aproximadamente por el estadio universitario, pregunta si me llevan a la montaña y dijeron que no, porque ya eso salió en las redes”.
Aseveró que estuvo “maltratado y sometido a tratos crueles e inhumanos, mientras estaba convaleciente de 4 intervenciones quirúrgicas. Ese señor Raymer Amaro me tuvo desde el 13 hasta el 19 en la sede de la DGCIM, donde me tenían esposado, sometido a torturas. ¿Por qué buscar a tres funcionarios para detener a una persona que estaba sometida? Estaba en los cuartos de tortura y el ascensor alternamente”.
Llamó la atención en lo declarado por el 1Tte Raymer Amaro al decir que estuvo acompañado por Carlos Colmenares. Hernández Da Costa dice: “La noche que llegué a la DGCIM, al lado mío estaba Carlos Colmenares, con unas esposas puestas, simulando ser un detenido más. ¿Cómo de ser simulador de un hecho punible, estaba en shock, en estado de absoluto desconcierto y diciéndome Carlos Colmenares, que hablara para que no me pasara lo mismo? Rechazo por falsa, por carecer de idoneidad por ser antijurídica la detención de ese testigo”.
“Yo no puedo olvidar el día de mi detención, ni a mis torturadores y no tengo miedo. He sufrido 3, 4, 5 allanamientos que no constan en el expediente, porque hasta a mi madre, también la allanaron, dizque buscando objetos para las guarimbas”.
Inquirió a que se buscara lo que fue obligado a firmar como derechos del imputado. “Si no lo han modificado dice BP que quiere decir, que firmo Bajo Protesta. Se lo he dicho juez, este señor fiscal escuchó las torturas y usted va a tener que responder ante la justicia, porque en un futuro no muy lejano, los detenidos serán otros. Va a tener que responder ante la República, porque no me voy a ir de aquí”, dijo mientras los otros acusados aplaudían y la jueza les llamaba la atención.
Pero el General Hernández continuó: “Y van a tener que responder en esa sala de espera a la que se refiere, porque es un sector que no tiene ni nombre, no está identificada, ese señor ha debido verme mientras estaba sometido a tortura. Miente doble, porque no fue a los Palos Grandes, ni me detuvo allí. Me detuvo Carlos Colmenares y me mostró la orden; la gravedad es que suscribe un acta de un procedimiento que nunca realizó”.
La jueza ordenó retirar a los acusados que aplaudieron, por lo que el alguacil sacó a la mayoría de ellos y ese día se suspendió la audiencia.
El hotel
Esto dijeron los cuatro funcionarios de la DGCIM que llegaron la noche del 4 de agosto 2018 a un hotel ubicado en Altamira buscando a cuatro personas.
Capitán José Antonio Luna Maldonado, jefe del grupo II y segundo al mando del equipo que dirige el teniente de Navío Abel Reinaldo Angola García alias Aureliano, quien a su vez respondía al ahora ex director de Investigaciones de la DGCIM, el entonces coronel Rafael Antonio Franco Quintero. Cuando le preguntaron sobre la diligencia que hicieron en un hotel de Altamira, cuya acta él suscribe junto con el inspector Raymer Amaro, Francisco Yari y Ánderson Salazar, dijo que la noche del 4 de agosto 2018, le ordenaron ir a ese hotel.
“Nos dirigimos a dos habitaciones, una alquilada del 01 al 05 de agosto 2018 y la otra del 01 al 04 de agosto, pagadas por transacciones electrónicas, a nombre de 4 personas”. “Había una comisión del Sebin”. En una de las habitaciones “los inquilinos se habían ido muy recientemente porque aún había olor a cigarrillo, no encontramos a nadie”. Con la administración del hotel lograron “un recibo de pago de la habitación, mientras otros de la comisión veían las cámaras, pero no había grabación en el hotel”.
En la otra habitación asegura que estaban Yilber Alberto Escalona Torrealba, Henriberth Emmanuel Rivas Vivas y Gregorio José Yaguas. “Las habitaciones estaban vacías”, según dijo, no tomó fotos del lugar y asegura que olía a humo pero no había cigarrillo.
Ánderson del Jesús Salazar Fermenal relató que fueron a ese hotel para saber si se habían hospedado personas involucradas con los sucesos de la Avenida Bolívar. “Se veía que había personas recientemente, había colillas de cigarro”, pero después dice que él no entró a las habitaciones, pero que sus compañeros comentaron que las había. En lo que sí coincide con Luna es en afirmar que no había grabaciones.
También afirma que había dos funcionarios del Servicio Bolivariano e Inteligencia (Sebin), que llegaron al lugar, hicieron el mismo recorrido, pero ignora si entraron a los dormitorios.
Subinspector Francisco José Yari Gámez alias Fabián alias Toyota contó que la comisión se conformó sobre una dirección de hotel, hablaron con el recepcionista, “se confirmó un nombre involucrado en un hecho y se le pregunta al recepcionista si esa persona estaba hospedada en el hotel”. Confirma la inexistencia del video de grabación y aseguró que tampoco entró a ninguna de las habitaciones. Como todos los anteriores tampoco sabe quién redactó el acta de investigación que firmó.
Inspector Primer teniente (Ej) Raymer Amaro Guédez: “Una de las habitaciones, tenía la puerta abierta y no había nadie dentro de la habitación. Le preguntamos si podíamos ver el circuito cerrado de las cámaras y nos dicen que por mantenimiento no estaban grabando. Notificamos a la superioridad y nos retiramos del lugar”. No está seguro si entró a una de las habitaciones “había restos de comida y cigarro ya consumido y olor a nicotina, en el lugar”. Es el único que indica que el acta la redactó el jefe de la comisión.
El control del drone
Curamichate es el nombre de una famosa esquina a unos metros del Palacio Federal, en el centro de Caracas y a unos pasos de la Avenida Bolívar donde ocurrió el caso de los drones.
Francisco Yari: la comisión además la integró Raymer Amaro y Oscar Camacho, jefe de la comisión. En esa esquina se detuvieron a dos personas en una camioneta Explorer negra. No recuerda si recogieron algo de interés criminalístico. Asegura que los dos hombres detenidos estaban en un vehículo negro, con un control remoto blanco en ambos lados, para colocar un teléfono. Primero dice que no sabe si los aprehendieron, después dice que sí los aprehendió la DGCIM. No revisaron ningún otro vehículo, solo esa camioneta y dice que las personas en el lugar decían que los dos hombres estaban en ese vehículo. No conoce a Peraza, José ni Liliana.
Aunque dijo que a las 5 de la tarde estaba en la Avenida Bolívar no supo decir en qué sitio de la misma. “No conozco la avenida Bolívar”, alegó. Dijo no recordar en qué sitio exacto se encontraba, no sabe qué dijeron en la detención, tampoco la hora de los hechos ni el número de funcionarios que participaron en ese procedimiento, mucho menos quién redactó el acta ni siquiera si les hicieron preguntas a los detenidos o el contenido del acta. Ante la pregunta ¿por qué los detienen? Responde “por la actitud del público”. “¿Por qué determina que son sospechosos? Por su actitud de quererse ir”.
Primer Teniente (Ej) Raymer Amaro: “A eso de las 5pm oímos una explosión. En la esquina de Curamichate varias personas habían rodeado un vehículo, en el que hicimos revisión ocular y se encontró un aparato electrónico, un control: a raíz de eso identificamos a los ciudadanos, uno con identificación y el otro no, a quien tenía la Policía Nacional, que nos lo entrega y los llevamos a la sede principal”.
Los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC) y SEBIN les dijeron que el componente electrónico era un drone, dice Amaro, quien identifica el vehículo como un Chevrolet Orlando color negro.
Relata que junto con Camacho encontraron dentro del vehículo un control inalámbrico de una nave tipo drone. Para entrevistarla, según dijo, se llevaron a una mujer de nombre Heredia. Tampoco sabe decir en qué parte de la avenida Bolívar estaba ubicado “era donde estaba el Presidente”. Dice que escuchó la detonación y no supo dónde fue, solo que fue un sonido fuerte.
Asegura que estaba en la Avd. Bolívar desde las 2 de la tarde. Ante la pregunta de por qué Yari o Camacho estaban ahí a las 2 de la tarde dijo que “cumpliendo instrucciones de la superioridad y labores de contrainteligencia”.
“Cuando llegamos la PNB los tenía ahí detenidos preventivamente”, dice porque sospecharon que habían participado en el intento de magnicidio. La PNB les entrega a los detenidos. “Llamé al Director de Investigaciones quien dijo que llevara a los detenidos a la sede”.
“Revisé el vehículo, encontré el control inalámbrico y como se hablaba de detonación de explosivo me generó sospechas. El director nos informó lo ocurrido en la avda. Bolívar”, recuerda. “¿El CICPC? Llegó después de nosotros y yo ya había revisado el vehículo y encontrado el control”. “Yari no estaba al momento de la aprehensión”.
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