Ante la cercanía de los ascensos militares y la ausencia de tropa en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), quienes aspiran a ascender están presionados a lanzar operaciones para ganar los puntos que necesitan y obligan a los milicianos para que hagan, en la frontera, el trabajo que corresponde a los soldados de la institución armada. “Ya los milicianos no quieren ir, hay mucho reclamo, además de que no están dando el pago y los beneficios con regularidad”, revela un miliciano del estado Táchira que conversó con Infobae.
La campaña de propaganda que tiene el Comando Estratégico Operacional (Ceofanb) se basa en la lucha contra los TANCOL (nombre que le dio el general Domingo Hernández Lárez a la guerrilla disidente de las FARC). Las dos guerrillas, Ejército de Liberación Nacional (ELN) y Décimo Frente de las Fuerzas Armadas revolucionarias de Colombia (FARC), han sembrado, desde hace años, campamentos, laboratorios de droga y minas en la frontera venezolana.
Usan a los milicianos, colocándolos a detectar las minas o los explosivos que la guerrilla ha colocado en el territorio de la frontera, especialmente en el estado Apure. “Nos enseñaron que con la punta de la bota se la va dando con cuidadito a la tierra donde están las minas y se va viendo”.
A los milicianos que han hecho sus cursos de tenientes, primer teniente o sargento los están obligando a ir hacia Apure para conseguir sus ascensos, aunque no les hacen el pago regular. “Nos daban 40 dólares quincenales de pago y ni siquiera con eso están cumpliendo. Muchos dicen que los beneficios los mandó a quitar el general Chourio, porque dijo que eso debía hacerse por amor a la patria”.
La Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) ha necesitado la ayuda de Reserva Militar que está colaborando para suplir la ausencia de la tropa; además la milicia ha colocado al mando a mayores y coroneles milicianos.
“A los 300 milicianos del Táchira que se llevaron para el desfile en La Guaira, no les dieron lo prometido. Antes, por cada movilización, depositaban algo, pero no lo cumplen tampoco. Los comandantes militares deben respetar los acuerdos que hacen con los milicianos, según la jurisdicción donde estén”.
Coinciden milicianos en señalar que “la milicia estaba funcionando muy bien e iba creciendo y preparándose, pero comenzaron a darles rangos de tenientes a concejales, de primeros tenientes a alcaldes y gobernadores, así como a otros del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv)”.
Al varias veces ministro Aristóbulo Isturiz lo ascendieron post mortem de primer teniente a capitán de la Milicia Bolivariana y al alcalde del municipio Angostura del Orinoco (Heres), Sergio de Jesús Hernández, lo ascendieron a primer teniente el 19 de abril 2022. “Esa cantidad de políticos que han ascendido no presta ningún servicio, solo aparecen para tomarse la foto uniformados, pero no van a enfrentar a los llamados Tancol, porque para eso envían a la gente de a pie”.
Relata que a los milicianos los llevan a Apure y los instalan “en una escuelita que fue habilitada para ellos y que tiene su cocina; ahí se duerme, se come y se preparan las operaciones y tareas a cumplir. Salir de ese lugar es un problema. La otra vez unas personas reclamaron porque a un familiar de ellos se lo llevaron engañado para Apure, pero no es la primera vez que ocurre”.
Operación Murachí
El comandante de la Milicia Nacional Bolivariana es el MG Wistohor Gregorio Chourio Andrade, a quien se le envía un mensaje de alerta porque entre los beneficios que no llegan o les dan sin regularidad a los milicianos está la caja de alimentos CLAP. “Ah, pero sí exigen que el miliciano vaya a Apure y no de manera voluntaria, sino obligada. Eso molesta. En Táchira los milicianos se han negado a ir para Apure, y ahora inventaron la Operación Cacique Murachí 2022, es decir, ante el déficit de guardias nacionales, toman a 50 voluntarios y los rotan en los puntos de control de La Tiendita, La Fría y así sucesivamente”.
“Inventaron la Operación Murachí para que el Ejército tome a la Milicia, porque no tienen soldados ni guardias nacionales, y los que hay están esperando para jubilarse, por lo que necesitan usar a los milicianos”.
Los milicianos están resistidos a que los lleven a la frontera en conflicto por el riesgo que corren y el incumplimiento de las promesas. “Han muerto varios milicianos en Apure, porque el trabajo quizá más riesgoso lo hace la Milicia Nacional Bolivariana. De hecho, hay un grupo del estado Bolívar que se va a movilizar ahora”.
“A un poco de milicianos, bajo engaño, los trasladaron para Apure en convoy sin haberles notificado para dónde iban; entre ellos había varios padres de familia. Imagínese lo que significa eso, más aún cuando ha habido por lo menos tres o cuatro milicianos muertos en la zona, pero no quieren que digamos eso. Entre los muertos hubo un sargento que era muy querido, pero resultó muerto cuando el binomio, como se llama a ir de dos en dos, no se sabe por qué se rompió y su compañero lo dejó atrás; cuando se dieron cuenta ya estaba muerto y le habían quitado el fusil”.
Ante la pregunta de cuál es el trabajo que hacen los milicianos en esa zona de Apure, responde que son los que “rastrean las minas antipersona, los explosivos” que han colocado las organizaciones guerrilleras en el territorio venezolano. “Aunque ese es un trabajo muy peligroso ni siquiera pagan regularmente lo que corresponde a cada miliciano”, dice asegurando que ellos fueron para el acto de Nicolás Maduro, pero no les pagaron y al final ni siquiera desfilaron.
“Ese trabajo de desarmar las minas no es fácil y debe ser de los soldados, pero no hay soldados, los únicos que están enviando a Apure son milicianos, que ahora también se están negando, porque se ha perdido el incentivo para estar casi un mes metidos ahí. No hay soldados ni ningún guardia nacional, solo coroneles, comandantes y milicianos. Se envía el lote de milicianos, que trabajan duro, los devuelven y envían a otro grupo. Los únicos que están combatiendo a los Tancol son los milicianos”.
“Hace cuatro días hubo una reunión en Vega de Aza (Táchira) para las operaciones y los relevos que vienen de otros estados. En esa reunión los milicianos molestos dejaron solo al general que vino de Caracas; lo desmintieron en cuanto a eso de que se recibe atención médica en los Hospitales Militares y otras mentiras más”.
A los milicianos les imponen el silencio, lo que ha hecho que varios comandantes cometan actos de corrupción aprovechando que no son denunciados. Algunos son responsables pero otros han llegado a “robarse toda la comida, venden los pollos y la mortadela, es decir todo lo que debe ir para la milicia. Y de la nómina, donde se registra el pago de los milicianos, hay quienes sacan el dinero y se lo apropian sin pagarle al miliciano”.
La excusa que les dan para seguir combatiendo es que se está organizando la data porque Nicolás Maduro se va a lanzar nuevamente como presidente de la República.
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