El Gobierno de Venezuela celebró ayer la aprobación de una resolución presentada el Movimiento de Países No Alineados ante el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, sobre las “repercusiones negativas” de las sanciones internacionales en la ciudadanía.
El texto, aprobado el jueves 31 de marzo por 27 votos a favor, 15 en contra y 5 abstenciones, lleva por título “Las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos” y rechaza cualquier sanción entre países que afecte al desarrollo económico, político y humanitario, o que influya en la vida diaria de las personas.
El canciller chavista, Félix Plasencia, celebró esta resolución a través de su cuenta de Twitter, donde expresó su satisfacción por el “firme rechazo” a las sanciones por parte de la “amplia mayoría” de miembros del consejo. “Aplaudimos la adopción, por amplia mayoría, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con 27 votos a favor, de la resolución presentada por el Mnoal sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos”, escribió el canciller.
Asimismo, insistió en que las sanciones son un “criminal flagelo” y que su imposición va contra los principios del Derecho Internacional y la Carta de la ONU. “Somos mayoría indiscutible. Venezuela continúa en firme rechazo al criminal flagelo de las medidas coercitivas unilaterales, junto a 120 países miembros del Mnoal y demás naciones de la comunidad internacional que respetan los principios del Derecho Internacional, el multilateralismo y la Carta de la ONU”, señaló Plasencia.
La resolución insta a todos los Estados a cesar las sanciones que considera “contrarias” a las “normas y principios que regulan las relaciones pacíficas (...) que crean obstáculos a las relaciones comerciales e impiden la plena efectividad de los derechos enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos”. Además, exhorta a los sancionadores y a los organismos de las Naciones Unidas a que “adopten medidas concretas para mitigar las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en la asistencia humanitaria”, e insta a los países a promover el multilateralismo y a reforzar la cooperación para afrontar las repercusiones de estas medidas.
La resolución motorizada por el régimen chavista busca desacreditar a las sanciones internacionales como método para asfixiar a los regímenes dictatoriales.
La decisión fue respaldada por sancionados y países amigos de sancionados por la brutalidad de sus regímenes contra la población que exige democracia. Además de la dictadura de Maduro, Rusia -por su despiadad invasión a Ucrania; China por la violencia contra las minoría; Nicaragua, por encarcelar a todos los líderes opositores; y Cuba por reprimir y encarcelar sistematicamente a la disidencia, están en la lista negra de EEUU y la Unión Europea.
De hecho, en la votación de esta resolución, EEUU, Francia, Filandia, japón, Noruega y Ucrania, entre otros, votaron enérgicamente en contra.
Brasil, México y Paraguay integraron el grupo de lo que se abstuvieron.
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