La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alertaron del notorio incremento de migrantes venezolanos que cruzan la región del Tapón del Darién, una zona selvática que separa Colombia de Panamá, en su huida hacia Centroamérica.
Ambas organizaciones han coincidido en el “número creciente” de ciudadanos de Venezuela que recurren a “cruces peligrosos” a través de esta zona en busca de “seguridad y estabilidad”, según detalla la OIM en un comunicado.
ACNUR y la OIM han remarcado que este aumento se da a pesar del impacto socioeconómico, provocado en parte por la pandemia de coronavirus, al que se enfrentan los venezolanos en los países de acogida en América Latina y el Caribe.
Según las autoridades panameñas, en los primeros meses de 2022 unas 2.500 personas han cruzado el Tapón de Darién, una cifra que casi alcanza ya la totalidad de la registrada el pasado año, cuando se confirmó el tránsito de 2.819 personas. De hecho, la cifra es a día de hoy el triple de la registrada en el mismo periodo del año pasado.
Las organizaciones han reiterado que la mencionada zona selvática es una de las rutas de refugiados y migrantes “más peligrosas del mundo”, y donde los cruces se pueden demorar por hasta diez días o más para los más vulnerables, que se exponen a los peligros naturales así como a grupos criminales.
Tras la dura travesía, los migrantes llegan a comunidades indígenas remotas, “hambrientos, deshidratados, exhaustos y necesitados de atención médica”. Es por esto que ambas organizaciones han puesto en valor los esfuerzos del Gobierno de Panamá y han reiterado su propio compromiso para ayudar a las autoridades a “garantizar el acceso a la ayuda y protección para todos los necesitados, incluidas las comunidades de acogida”.
“Refugiados y migrantes de diversas nacionalidades han estado cruzando el Tapón de Darién durante años. Sin embargo, 2021 marcó un récord. Unas 133.000 personas hicieron el viaje el año pasado”, indicó la OIM, que reconoce que la mayoría son ciudadanos haitianos procedentes de Chile y Brasil, seguidos de cubanos, venezolanos y ciudadanos de países lejanos a la zona como Angola, Bangladesh, Ghana, Uzbekistán y Senegal.
En respuesta al creciente flujo de migrantes, ambas organizaciones están intensificando la respuesta en Panamá, proporcionando refugios temporales, colchones, mantas, lámparas solares y kits de higiene, entre otros, y continúan coordinándose con las instituciones gubernamentales de toda la región para garantizar el acceso a los sistemas de asilo y otros programas de regularización.
En este punto, la OIM y ACNUR han hecho un llamamiento a un mayor apoyo e inversiones en las comunidades de acogida para fortalecer los servicios que benefician tanto a los refugiados y migrantes como a la propia población local.
“Hay más de seis millones de refugiados y migrantes de Venezuela en todo el mundo. La gran mayoría, casi cinco millones, residen en América Latina y el Caribe”, concluyó la OIM en su comunicado.
(Con información de Europa Press)
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