Más de 120 reclusos murieron en calabozos policiales durante 2021 en Venezuela

La ONG Una Ventana a la Libertad aseguró que el hacinamiento siguió siendo un problema grave el año pasado

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Al menos 123 reclusos que
Al menos 123 reclusos que estaban detenidos en 302 calabozos policiales fallecieron durante el año pasado en Venezuela. En la imagen, un registro de archivo del edificio de la cárcel Ramo Verde (EFE/Miguel Gutiérrez)

Al menos 123 reclusos que estaban detenidos en 302 calabozos policiales fallecieron durante el año 2021 en Venezuela, de acuerdo con un informe publicado este miércoles por la ONG Una Ventana a la Libertad (UVL).

De los 123 fallecidos en estos centros de detención preventiva, 95 murieron por complicaciones de salud, 15 en procedimientos policiales de recaptura a fugados, cinco en riñas, cuatro en motines, tres por abusos de funcionarios y uno por suicidio.

La organización aseguró, en el informe, que el hacinamiento en estas prisiones paralelas siguió “siendo un problema” en el 2021, pese a que el dictador Nicolás Maduro ordenó la creación, en junio de ese año, de una Comisión de la Revolución Judicial del Parlamento, cuya principal e inmediata tarea era acabar, en 60 días, con la aglomeración de detenidos en estos centros.

Sin embargo, la ONG sostiene que la instancia no pudo, “como era de esperar, resolverlo en seis meses -junio a diciembre- y menos aún en los supuestos 60 días en los cuales debía lograrse el fin del hacinamiento en los CDP (centros de detención preventiva)”.

El hacinamiento sigue siendo un
El hacinamiento sigue siendo un problema en las cárceles venezolanas

De acuerdo con el subregistro de Una Ventana a la Libertad, 16.595 reclusos están distribuidos en espacios que tienen capacidad para albergar a 10.310 personas por lapsos de 48 horas.

Estas cifras demuestran que, hasta el cierre de 2021, el hacinamiento era del 161 %.

Del total de la población reclusa, el 92 % son hombres y el 8 % mujeres.

“Hacinados, mal alimentados, en una situación sanitaria repugnante y en espacios mínimos para la convivencia de más de cinco a seis personas por celdas, además carecen de ventilación. Esto facilita el tránsito de las enfermedades (...), pues la convivencia en estos pequeños espacios mantiene a las personas detenidas enfermas en estrecha cercanía con los sanos”, reza el informe.

Esto sucede, según la fuente, en el 66,56 % de los centros monitoreados, y es también “una razón que nos hace preguntarnos si la baja incidencia de COVID-19 es real, en particular cuando solamente 13 calabozos o CDP -4,30%- de los monitoreados disponen de personal médico interno y 8 -2,65%- tienen personal de enfermería”.

Una Ventana a la Libertad reitera que es fundamental resolver el hacinamiento porque tiene una grave incidencia en las condiciones de salud de las y los detenidos y, aunque no lo parezca, sobre la salud del personal que trabaja en estos recintos. Mientras no haya la debida atención preventiva en salud el derecho a la vida está siendo violado”, agregó la organización.

(Con información de EFE)

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