La Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV), la Unión Israelita de Caracas y la Asociación Israelita de Venezuela denunciaron a Yván Darío Bastardo, presidente de la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia del régimen venezolano, por citar en una sentencia el texto antisemita Los Protocolos de los Sabios de Sión.
“El 10 de febrero del presente año, la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia que usted preside, dictó una sentencia de la cual fue ponente, bajo el expediente No 2021-000334, que nos llamó poderosamente la atención, específicamente en el penúltimo párrafo anterior a la decisión, que expresa: ‘Suprimira, entre otras cosas, la corrupción actual de los asesores, que ya no consentirán que gane el pleito solamente quien paga...’ (Cfr. Los Protocolos de los Sabios de Sión, Editores Mexicanos Unidos C.A., Monseñor E. Jouin. Protonotario Apostólico. Cura de San Agustín. 17 de abril de 1927, pág. N° 79)”, revelan las asociaciones comunitarias en su denuncia.
Así, la sentencia del tribunal chavista citó una edición mexicana de Los Protocolos de los Sabios de Sión, un texti publicado originalmente a principios del siglo XX por la Ojrana, policía política del régimen zarista de Rusia, que se basó en un libro muy anterior que culpaba a imaginarias sociedades secretas de un plan para controlar el mundo, por medio de acontecimientos como la Revolución Francesa y los distintos movimientos políticos ocurridos durante el siglo posterior. Para Los Protocolos se adaptó aquel material, con apenas algunos cambios, reemplazando a las sociedades secretas por un ficticio grupo dirigente judío, al que se hacía responsable de los movimientos revolucionarios que entonces estaban en efervescencia en el Imperio Ruso, explica la CAIV.
Los Protocolos de los Sabios de Sión fueron luego traducidos a muchos idiomas y difundidos ampliamente.
En Estados Unidos, el gran industrial Henry Ford difundió los Protocolos durante varios años entre el público estadounidense a través de su periódico, el Dearborn Independent. Muchos estadounidenses que hasta entonces no habían estado expuestos a ideas antisemitas tan sistemáticas, se vieron así sometidos a una visión del mundo de odio a los judíos.
Hitler también se inspiró en su contenido, y le agregó sus ideas racistas para construir parte de su manifiesto político, Mein Kampf (“Mi Lucha”). Invocó explícitamente los Protocolos, su régimen distribuyó masivamente el libro y los Protocolos sirvieron como parte de lo que se ha llamado la “orden de exterminio o solución final” de los nazis, que culminó en lo que todos conocemos como los horrores del Holocausto.
En tiempos más recientes, gran parte del mundo árabe sigue divulgando los Protocolos como parte de su constante esfuerzo para deslegitimar al Estado de Israel.
De hecho, la Liga Antidifimación (ADL) descubrió que el nuevo presidente de Irán, Ebrahim Raisi, supervisó hace varios años un proyecto en Irán que presentaba los Protocolos en una película de cincuenta episodios, transmitida en la televisión pública, y distribuía el libro impreso a los peregrinos que visitaban Irán, como si el documento fuera una descripción precisa del poder y las intenciones de los judíos en el mundo.
“Los Protocolos de los Sabios de Sión, ha sido el panfleto antisemita más usado en el último siglo, para achacar a los judíos una especie de conspiración secreta para apoderarse del mundo y fue usado por Hitler para inculcar en la población alemana, un odio profundo hacia los judíos, habiendo sido utilizados como libros de texto en las escuelas del Reich”, recuerda la Confederación de Asociaciones israelitas de Venezuela a la Corte chavista.
Por ello la comunidad, a través de la CAIV, expresó su sorpresa y rechazo al hecho de que cualquier documento legal venezolano pueda considerar plausible utilizar como referencia semejante texto, que calumnia a todo un pueblo, afirma el texto.
El comunicado que revela la cita antisemita en la sentencia está firmado por Miguel Truzman y Saúl Levine, coordinadores nacional e internacional de la CAIV respectivamente, así como Edgar Benaim, presidente de la AIV, y Samuel Ghelman, presidente de la UIC.
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