Venezuela pidió este lunes a Trinidad y Tobago una investigación “exhaustiva” para “esclarecer los hechos” en los que murió un bebé, luego de que la Guardia Costera de ese país abriese fuego contra una embarcación con unos 40 migrantes.
“El gobierno venezolano extiende sus más sinceras condolencias a los familiares del infante, al tiempo que exhorta a las autoridades de Trinidad y Tobago a realizar una investigación exhaustiva que permita esclarecer los hechos en torno a este fatal incidente en el que, lamentablemente, perdió la vida un niño venezolano”, indicó un comunicado del Ministerio de Exteriores.
Caracas “expresa su más profundo pesar y rechazo ante el incidente ocurrido la noche del sábado en aguas territoriales de Trinidad y Tobago, en el cual la Guardia Costera del vecino país habría abierto fuego contra una embarcación en la que viajaban 43 personas”.
La cancillería venezolana señaló que activará “los protocolos binacionales necesarios para consolidar la dinámica de seguridad transfronteriza que preserve el buen entendimiento” entre ambos países.
El bebé, identificado como Yaelvis Santoyo Sarabia, murió en brazos de su madre, Darielvis Sarabia, durante maniobras de la Guardia Costera de Trinidad y Tobago para interceptar la embarcación en la que viajaban. Sarabia también sufrió heridas de bala y fue trasladada al Sangre Grande Hospital de la isla.
Según las autoridades trinitenses, la embarcación procedente de Venezuela se negó a detenerse ante una voz de alto por lo que agentes de la Guardia Costera hicieron disparos en “defensa propia”, pues alegan que temieron por las vidas de la tripulación ante una posible “embestida”.
El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, conversó con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, para trasmitir el “pésame” a la familia del bebé “y a la comunidad venezolana en general”, de acuerdo con un comunicado publicado el domingo por su oficina.
Rowley llamó a los venezolanos a “no arriesgar sus vidas” y “las de los demás en los ilícitos y peligrosos cruces” hacia Trinidad y Tobago.
La lancha salió la noche del sábado desde Delta Amacuro (este), un empobrecido estado de mayoritaria población indígena, donde se calcula que zarpan entre seis y diez embarcaciones diarias con emigrantes, contó a la agencia AFP el activista de derechos humanos Orlando Moreno.
Los zarpes clandestinos han dejado al menos un centenar de muertos y desaparecidos desde 2018, como resultado de una peligrosa travesía en embarcaciones precarias y con sobrepeso que cruzan los 120 kilómetros de trayecto marino que separan a ambos países.
Naciones Unidas estima que más de cinco millones de venezolanos han emigrado desde 2015 forzados por la aguda crisis en su país y que unos 25.000 viven en Trinidad y Tobago. Este país caribeño de 1,3 millones de habitantes sostiene que tiene registrados a 16.000.
(Con información de AFP)
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