El Tribunal Supremo británico anunció el lunes que reenviaba al fuero comercial el caso sobre las toneladas de oro venezolano guardadas en el Banco de Inglaterra, cuyo control se disputan el dictador Nicolás Maduro y el líder opositor Juan Guaidó.
Tras juzgar que los tribunales británicos no pueden contradecir al ejecutivo, que considera a Guaidó como mandatario interino, “queda saber si los fallos emitidos por el Tribunal Supremo de Venezuela pueden ser reconocidos aquí. El caso es reenviado al Tribunal de Comercio”, afirmó el alto tribunal en un comunicado.
De esta forma, el Supremio admitió parcialmente la apelación del líder opositor, al señalar que una declaración anterior del Gobierno británico “era un reconocimiento claro e inequívoco del señor Guaidó como presidente de Venezuela”.
El Banco de Inglaterra, cuyas bóvedas albergan más de 1.000 millones de dólares de lingotes de oro de las reservas de Venezuela, se ha negado a liberar los depósitos luego de que a principios de 2019 el gobierno británico se uniera a docenas de otros países para respaldar a Guaidó sobre la base de que la victoria de Maduro en las elecciones presidenciales del año anterior fue manipulada.
Ambas partes designaron comités de gestión del Banco Central de Venezuela (BCV), “que han dado instrucciones divergentes sobre las reservas internacionales del país”, según la Corte Suprema británica.
El BCV nombrado por Maduro quiere recuperar las toneladas de oro depositadas en el banco británico, pero por ahora, no puede acceder porque Londres reconoce como presidente interino a Juan Guaidó.
En 2020, el Banco Central Venezolano recurrió a la justicia británica, que inicialmente falló a favor de Guaidó, antes de que el tribunal de apelaciones anulara la sentencia. A continuación, la oposición decidió llevar el caso ante el Tribunal Supremo.
Después de tres días de audiencias en julio, el Tribunal se pronunció este lunes dejando abierta la cuestión.
Los abogados de Maduro argumentan que el Reino Unido reconoce efectivamente su presidencia, en particular a través de las relaciones diplomáticas. Según ellos, la venta del metal precioso al gobierno podría, entre otras cosas, ayudar a financiar la lucha contra el COVID-19.
El gobierno de Guaidó asegura en cambio que el dinero serviría a reprimir el pueblo o llenaría los bolsillos de una “cleptocracia”.
Para demostrar su buena fe, ante las acusaciones de malversación formuladas por el equipo de Guaidó, el BCV había propuesto en abril que el oro se transfiriera directamente al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El organismo dijo que estaba dispuesto a considerarlo bajo condiciones.
La situación es ambigua: como Estados Unidos, Londres no reconoce la legitimidad del nuevo parlamento y reitera su apoyo a Juan Guaidó, que no tiene poder en el país. Pero al mismo tiempo, el Reino Unido mantiene una embajada en Caracas, aunque con relaciones diplomáticas reducidas.
De hecho, en octubre de 2020, el tribunal de apelaciones tomó en cuenta estos argumentos y dictaminó que una declaración política no equivalía a una decisión gubernamental.
Según el tribunal, el ejecutivo de Boris Johnson podía reconocer “de facto” el poder de Maduro, con cuya administración sigue manteniendo relaciones diplomáticas.
Si la justicia británica falla finalmente a favor de la dirección del BCV designada por Juan Guaidó, sentaría un precedente que la oposición, que sufrió una aplastante derrota en las elecciones regionales de noviembre, espera utilizar para recuperar los activos venezolanos depositados en otros bancos europeos.
En Estados Unidos, la gestión de los activos del país rico en petróleo ha sido confiada a Guaidó.
(Con información de AFP)
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