El dictador de Venezuela Nicolás Maduro arribó el lunes por la noche a La Habana para participar el martes en la XX Cumbre del ALBA-TCP, que se propone crear “un plan integral pospandemia” para las 10 naciones que integran esta alianza latinoamericana.
En su primer encuentro presencial desde 2019, los jefes de Estado del ALBA también discutirán sobre el establecimiento de un observatorio para monitorear el destino de los 424 millones de dólares, que el presidente de Estados Unidos Joe Biden dijo la semana pasada destinará para apoyar la libertad de prensa, las campañas anticorrupción y la democracia. Cuba considera que esos fondos se usarán para “subversión política”.
Maduro arribó al aeropuerto internacional José Martí de La Habana acompañado de su esposa Cilia Flores en un avión comercial de la aerolínea venezolana Conviasa.
“Luego de haber visto todo el 2020 de pandemia y el año 2021, los países del ALBA hemos logrado administrar correctamente la crisis de la pandemia, ponernos de pie con las vacunas, controlar la situación”, dijo Maduro en un breve mensaje a su arribo a Cuba, el único país latinoamericano que ha creado sus propios inmunizantes contra el covid-19, y que ha compartido con sus aliados.
En la cumbre, que tendrá lugar el martes, los mandatarios hablarán de “un plan económico, social, político pospandemia”, señaló Maduro. Sobre “el nuevo mundo pospandemia”, enfatizó.
El ALBA-TPC, Alianza para los Pueblos de Nuestra América, Tratado de Comercio de los Pueblos, está integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominicana, Antigua y Barbuda, San Vicente y Las Granadinas, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves y Granada.
- “A dónde va ese dinero” -
ALBA Fue fundado hace 17 años por los fallecidos Fidel Castro y Hugo Chávez, para supuestamente contrarrestar el intento de Estados Unidos de crear el ALCA, un proyecto de acuerdo comercial en la región que nunca se cristalizó.
Este lunes el régimen de Cuba arremetió contra Biden y la cumbre virtual que organizó por la Democracia en la que La Habana no fue invitada por sus políticas autoritarias y dictatoriales en las que pesan graves denuncias de violaciones a los DDHH.
“Fue un ejercicio demagógico, con beneficio nulo para la comunidad internacional y sin propuesta alguna para solucionar los problemas más acuciantes del mundo”, dijo la cancillería del régimen comunista en un pronunciamiento publicado en su página web.
La cumbre, que reunió a representantes de unos 100 gobiernos, recibió fuertes críticas de China y Rusia, países que no fueron invitados, al igual que ocho naciones de América Latina, entre ellas Cuba, Nicaragua, Bolivia y Venezuela.
Biden prometió allí destinar 424 millones de dólares para apoyar la libertad de prensa, elecciones limpias y campañas anticorrupción.
Este lunes el secretario ejecutivo del ALBA, Sacha Llorenti, dijo en una conferencia de prensa que el bloque analizará el martes la creación de un observatorio que preparará informes periódicos para saber “a dónde va ese dinero, quiénes lo reciben” y “con qué propósitos”.
Asimismo dijo que vigilarán “cómo se aplican las medidas coercitivas unilaterales en los países de la Alianza, cómo se utilizan las denominadas organizaciones no gubernamentales para afectar la soberanía de los países”, añadió Llorenti.
“El martes estaremos recibiendo en el Palacio de la Revolución a nuestros hermanos del ALBA. Con el legado intacto de Fidel y Chávez, renovaremos nuestro compromiso con la unidad y la integración, mucho más en este difícil tiempo de pandemia. #ALBAUnida”, tuiteó temprano este lunes el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.
La cancillería de la dictadura castrista informó del arribo a La Habana la noche del domingo de los jefes de las delegaciones de Santa Lucía, Antigua y Barbuda y San Cristóbal y Nieves y este lunes llegó el primer ministro de Granada, Keith Mitchell.
(Con información de AFP)
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