El diputado opositor venezolano Miguel Pizarro denunció este sábado que la crisis migratoria de su país está cerca de convertirse en la “más grande del mundo”, al mencionar las nuevas cifras de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V).
“Casi 6 millones de venezolanos se han visto en la obligación de irse de su país por culpa de la emergencia humanitaria compleja que ha generado el régimen de Nicolás Maduro; nos acercamos a convertirnos en la crisis migratoria más grande del mundo”, escribió en Twitter Pizarro, nombrado por Juan Guaidó comisionado para las Naciones Unidas.
Este fin de semana una mujer venezolana murió en las cercanías de un paso fronterizo no habilitado próximo a la comuna de Colchane, en el límite entre Chile y Bolivia, elevando la cifra de muertos en esta inhóspita zona a 17 en lo que va de año y a 5 durante este mes.
El lugar es el epicentro de una crisis migratoria que el pasado mes septiembre derivó en una marcha antimigración venezolana. La protesta terminó con la quema de carpas y pertenencias de familias venezolanas que pernoctaban en la calle en un ataque que fue catalogado como xenófobo,
Según informó la directora de Salud de la municipalidad, Yolanda Flores, “una mujer de 63 años de nacionalidad venezolana falleció en el sector de los bofedales de Pisiga Carpa (el paso entre ambos países) tras presentar diversos problemas de salud”.
El llamado de ayuda habría sido recibido por Carabineros -policía chilena- durante la noche del 21 de octubre, pero las largas distancias y la irregularidad del terreno dificultaron que los servicios médicos llegaran a tiempo para salvar la vida de la víctima.
“Al llegar al sitio del suceso nos encontramos con familiares, el hijo, el cual nos refiere que su madre contaba con enfermedades de base como hipertensión e hipertiroidismo”, señaló el médico del centro de urgencias de la localidad, Guillermo Tapia.
Desde febrero, la zona de Colchane, ubicada en pleno altiplano chileno, es el escenario de una crisis migratoria que se agudizó con el transcurso de los meses y que actualmente tiene a cientos de personas indocumentadas asentadas en espacios públicos de las ciudades al norte de Chile.
Frente a las tensiones que se desarrollaron en el tiempo, y tuvieron su momento más álgido durante los disturbios del mes de septiembre el Gobierno chileno anunció la construcción de varios albergues.
Con el objetivo de frenar la entrada irregular, el presidente chileno, Sebastián Piñera, promulgó en abril pasado una nueva ley de migración más estricta que obliga a los extranjeros a obtener visados en sus países de origen y permite las deportaciones.
Desde entonces han sido expulsados al menos en cinco vuelos chárter más de medio millar de personas de distintas nacionalidades.
Según el Departamento de Extranjería y Migración, en Chile hay 1,4 millones de migrantes, lo que equivale a más del 7 % de la población, y los venezolanos son los más numerosos, seguidos de peruanos, haitianos y colombianos.
(Con información de EFE)
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