Camilla Fabri aseguró durante una concentración en favor de su marido en Caracas que tanto ella como Alex Saab no colaborarán con la Justicia de Estados Unidos.
“No tengo nada que colaborar con Estados Unidos, no he cometido ningún delito ni en Estados Unidos ni en ningún país y no pienso mentir para favorecer a Estados Unidos en contra del que atraviesa un bloqueo inhumano (Venezuela)”, dice la carta leída por Fabri, quien aseguró, durante la protesta, que Saab la había escrito antes de ser extraditado.
En el texto, el empresario, de 49 años, dijo que enfrentará el juicio en Estados Unidos “con total dignidad y haciendo valer” su “inmunidad diplomática como servidor de la república bolivariana de Venezuela”. Asimismo, responsabilizó a Estados Unidos y a la oposición venezolana liderada por Juan Guaidó de su vida y su integridad física
Insistió en que se le han violado sus derechos humanos y que su arresto fue ilegal, una denuncia que ya ha hecho el régimen venezolano que lo nombró diplomático después de que fuese detenido el 12 de junio en Cabo Verde en virtud de una orden de captura emitida a través de Interpol por Estados Unidos, con el fin de que se le otorgase inmunidad y fuera liberado.
Asimismo, su esposa denunció, ante unas 200 personas que participaban en la protesta, que no pudo visitarlo durante su arresto y que el “único” familiar que lo hizo fue la hermana de Saab.
Saab no es el único en la mira de la Justicia. En 2019, las autoridades italianas incautaron bienes a la esposa del testaferro de Nicolás Maduro valuados en millones de dólares y que fueron comprados con recursos venezolanos. Durante un operativo, incautaron un inmueble, obras de arte y cerca de 1,8 millones de euros de la cuenta bancaria de Fabri, de 27 años y nacida en Roma, Italia.
La investigación contra Fabri fue liderada por el fiscal italiano Rodolfo Sabelli, quien le llevaba la pista a los multimillonarios movimientos financieros de la joven, que no tenía cómo explicar la exorbitante fortuna que de la noche a mañana tenía.
El Operativo judicial se realizó gracias a la cooperación de distintos países. Las autoridades encontraron pistas “debido a hipótesis de corrupción internacional, tráfico ilegal de oro, lavado de dinero, malversación de fondos, entre otros, insertado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos”, informó la fiscalía de Italia en su web. En 2016, la joven firmó un contrato de alquiler de unos 5.000 dólares mensuales en un exclusivo barrio en Roma. Un año después, compró una camioneta Range Rover avaluada en cerca de 50 mil dólares. En 2018 compró un elegante departamento en el cuarto piso de Via Condotti 9, en la capital italiana, que costó cerca de 4 millones de dólares.
Los bienes los compró luego de mover, desde el Reino Unido, millonarias sumas a través de la firma Kinlock Investment, la cual era administrada por Lorenzo Antonelli, cuñado Fabri. La compañía tiene acciones en un fideicomiso británico y oficinas en Dubai.
Según las autoridades, que pudieron rastrear el origen de la fortuna, el dinero proviene de Venezuela.
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