El Gobierno interino de Juan Guaidó en Venezuela se refirió al cambio de posición del Ejecutivo de Perú, que este viernes retomó las relaciones diplomáticas con la dictadura de Nicolás Maduro.
A través de un comunicado firmado por Julio Borges, Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores, afirmó que la decisión de Pedro Castillo desampara a las víctimas de violaciones de derechos humanos y a los migrantes venezolanos.
“Desde el Gobierno interino de Venezuela y su legítima Asamblea Nacional respetamos, pero lamentamos profundamente esta decisión. El Perú ha sido un aliado para la defensa de la democracia en Venezuela y ha denunciado enérgicamente la sistemática violación de DDHH en nuestro país en distintos foros internacionales”, expresa el escrito.
Y subraya: “El cambio de posición del Perú con respecto a Venezuela le da la espalda no sólo a las víctimas de estos actos, sino también al más de millón de migrantes venezolanos que a partir de este momento no podrán ser atendidos con trámites que se han emitido de manera gratuita por la legítima misión diplomática, ya que el consulado del régimen cobra montos exorbitantes que no pueden ser costados por muchos de nuestros compatriotas”.
Desde el Gobierno interino de Guaidó afirmaron que esperan que la administración de Castillo “no pretenda ignorar políticamente la realidad de Venezuela bajo el pretexto de ‘no inmiscuirse en asuntos internos’. Esta no sería una actitud cónsona cuando se han ratificado instrumentos internacionales como la Carta Democrática Interamericana con el fin de preservar la democracia en la región”.
Luego recuerda que “la crisis humanitaria ocasionada por el régimen de Maduro ha llevado a que más de 1 millón de venezolanos vivan actualmente en el Perú”. Y enfatizó: “Dicha crisis no se resolverá con vuelos de repatriación ni acuerdos parciales con el régimen de Maduro, la solución de raíz a la crisis venezolana sólo se resolverá el día que nuestro país vuelva a la democracia y exista un verdadero cambio político en Venezuela que pasa por elecciones presidenciales libres, transparentes y justas”.
“Sabemos que la gran mayoría del pueblo peruano es solidario con nuestra causa y consciente de lo que sucede en Venezuela. Agradecemos esa solidaridad y estamos seguros de que la hermandad de nuestros pueblos prevalecerá siempre”, concluyó el comunicado.
El Gobierno de Perú y el régimen de Venezuela retomaron sus relaciones diplomáticas al más alto nivel al haber designado y aceptado a sus nuevos embajadores en Caracas y Lima.
La Cancillería de Perú anunció que Venezuela otorgó “el beneplácito de estilo” a la designación de Richard Fredy Rojas García como nuevo embajador peruano en Caracas. A su vez, Perú extendió “el beneplácito correspondiente” a la designación de Alexander Gabriel Yánez Deleuze como nuevo embajador de Venezuela en Lima.
Con estas designaciones, Castillo y Maduro se acercan, ya que Perú retiró a su representante en Caracas en marzo de 2017 y expulsó al venezolano en agosto de ese año, durante el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), cuando se promovió las acciones del Grupo de Lima y el ingreso de migrantes venezolanos al país, que actualmente acoge a más de 1,2 millones de ellos.
Evolución del proceso político
La Cancillería peruana agregó este viernes, en un comunicado, que las designaciones de Rojas García y de Yánez Deleuze responden “a la evolución del proceso político venezolano y al reconocimiento recíproco como interlocutores legítimos que se han dispensado el Gobierno y la Plataforma Unitaria de Venezuela”.
“El diálogo que se desarrolla en México ha permitido que la oposición participe en el proceso electoral del 21 de noviembre para elegir autoridades regionales y municipales”, sostuvo.
Agregó que el restablecimiento de la embajada de Perú en Caracas “permitirá atender mejor” a los peruanos residentes en Venezuela, así como “buscar una solución a la situación humanitaria de los ciudadanos venezolanos en el Perú”.
Sostuvo que, además, se podrá “acompañar los esfuerzos que despliega el pueblo venezolano, con el apoyo de la comunidad internacional, para resolver sus problemas, de manera soberana y acorde con los principios hemisféricos de protección y promoción de los derechos humanos y defensa de la democracia”.
Reunión en México
El pasado 18 de septiembre, Pedro Castillo y Nicolás Maduro sostuvieron una reunión fuera de agenda durante la sexta cumbre de jefes de Estado de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Ese encuentro generó duras críticas de la oposición política y gran parte de la prensa peruana, al punto que el canciller Óscar Maúrtua debió acudir el 28 de septiembre a dar explicaciones ante la comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
Maúrtua aseguró, en ese momento, que el encuentro “se produjo teniendo en cuenta el principio de igualdad jurídica de los Estados” y con el objetivo de intensificar la cooperación consular bilateral.
A pesar de ello, la cita no había sido informada por ninguno de los dos Gobiernos hasta que fue desvelada por el entonces primer ministro peruano, Guido Bellido, en un mensaje donde reprendió públicamente al vicecanciller, Luis Enrique Chávez, por decir que la postura de Perú era no reconocer autoridad legítima en Venezuela.
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