El régimen chavista y la oposición venezolana se reunieron de nuevo en México con el reto de lograr avances tangibles

Los primeros contactos de agosto dieron como resultado el compromiso de sentarse de nuevo a la mesa de diálogo del 3 al 6 de septiembre, ya con una ‘hoja de ruta’ más clara

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En el Museo Nacional de
En el Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México el 13 de agosto de 2021, en el presidium para el Proceso de Negociación y Diálogos, y Firma de Memorando de Entendimiento de Venezuela: Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el canciller Marcelo Ebrard, Dag Nylander y Gerardo Blyde Pérez, jefe delegación opositora de Venezuela

El régimen de Nicolás Maduro y la Plataforma Unitaria de Venezuela, que aglutina a los principales partidos de la oposición, iniciaron un nuevo ciclo de encuentros este viernes en Ciudad de México, escenario de unos contactos al que llegan con un ‘memorando de entendimiento’ bajo el brazo y del que deberían comenzar a salir avances tangibles hacia acuerdos políticos.

Ambas delegaciones se encontraron desde las 15:00 locales (20:00 GMT), según fuentes cercanas a esta mesa de diálogo, facilitada por Noruega y con el apoyo de México.

Una comitiva de 11 personas encabezada por Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento oficialista y hombre de confianza de Maduro, llegó la tarde del viernes al aeropuerto Benito Juárez de Ciudad de México.

“Venimos con profundas expectativas. Hemos recibido la instrucción del presidente Nicolás Maduro de que hagamos un énfasis en devolver las garantías económicas que le han sido robadas al pueblo venezolano”, dijo Rodríguez en declaraciones a la televisora estatal VTV.

La oposición, por su parte, arribó a México con cambios: el dirigente Freddy Guevara -cercano colaborador del líder opositor Juan Guaidó- reemplazará a Carlos Vecchio, representante de Guaidó en Estados Unidos, cuya presencia generó incomodidades en el bloque oficialista, confirmó a la AFP una fuente cercana a la negociación.

Héctor Rodríguez, uno de los
Héctor Rodríguez, uno de los miembros de la delegación del chavismo

Los dos bandos se vieron las caras a mediados del mes de agosto, en un gesto ya relevante habida cuenta del desprecio público que se han profesado durante los últimos años, marcados por una bicefalia en la que, frente a Maduro, el opositor Juan Guaidó se ha reivindicado ante Venezuela y el mundo como presidente encargado y, por tanto, legítimo.

Sin embargo, la creciente presión internacional sobre el chavismo, a golpe de sanciones, y la falta de logros en la estrategia opositora llevaron a las partes a avanzar hacia un proceso de diálogo en el que México hace las veces de anfitrión y Noruega de mediador, bajo la premisa común de que cualquier acuerdo que se selle debe suscribirse sin injerencias externas.

Los primeros contactos de agosto dieron como resultado el compromiso de sentarse de nuevo a la mesa del 3 al 6 de septiembre, ya con una ‘hoja de ruta’ más clara, pero con un mensaje que suena ya a conocido en Venezuela tras varios procesos fallidos de diálogo.

“La negociación se dará bajo el principio de que nada está acordado hasta que todo lo esté”, reza el memorando de entendimiento, que sí abre la puerta a “celebrar acuerdos parciales” si se considera que hay una necesidad “urgente” de ponerlos en práctica.

Gerardo Blyde, jefe de la
Gerardo Blyde, jefe de la delegación opositora de Venezuela; Dag Nylander, representante del gobierno de Noruega y Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, firman un Memorando de Entendimiento

En la mente de todos están las elecciones regionales y locales del 21 de noviembre, en las que por primera vez en tres años se ha ofrecido a participar la Plataforma Unitaria, que recupera de nuevo la bandera común de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), con la que la oposición consiguió sus últimos éxitos electorales.

Los partidos del denominado G4 -Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo- asumen que “no serán unas elecciones justas ni convencionales”, pero también ven en ellas “un terreno de lucha útil para fortalecer a la ciudadanía e impulsar la verdadera solución”, esto es, la convocatoria de presidenciales y parlamentarias “libres”.

Guaidó, miembro de Voluntad Popular, ha evitado sumarse inmediatamente a este llamamiento a la participación, por el que abogó en un primer momento el ex candidato presidencial Henrique Capriles, más partidario de abrir nuevas estrategias y de entablar contactos alternativos.

UNA AGENDA AMBICIOSA

El memorando plantea ambiciones en materia de “derechos políticos”, “garantías electorales”, “convivencia política” o “protección de la economía”. También plantea “levantamiento de las sanciones” y “restauración de derecho a activos” que permanecen congelados a día de hoy, una de las grandes reivindicaciones de Maduro y su entorno.

Sin embargo, los dos principales impulsores de sanciones, Estados Unidos y la Unión Europea, ya han dejado claro que no revisarán los castigos hasta que haya avances “significativos” en el diálogo. Ambos han reclamado la celebración de elecciones con garantías y el bloque europeo ha comenzado a tantear el terreno para una posible misión de observación electoral.

Fotografía cedida por prensa de
Fotografía cedida por prensa de Miraflores donde se observa a Nicolás Maduro durante una reunión con los candidatos a las gobernaciones y alcaldías en Caracas (EFE/PRENSA MIRAFLORES)

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, también ha mantenido esta semana contactos con las distintas partes, incluido el nuevo canciller de Venezuela, Félix Plasencia, que acaba de tomar las riendas de la diplomacia venezolana tras el relevo de Jorge Arreaza, que seguirá no obstante vinculado al régimen.

Albares también ha hablado por parte chavista con el encargado de negocios de Venezuela en España, Mauricio Rodríguez, mientras que en el lado opositor ha conversado con Capriles y con Leopoldo López, compañero de partido de Guaidó y exiliado en España.

CUESTIÓN DE MENSAJES

A la espera de los posibles consensos, el régimen chavista y la oposición se esfuerzan por dejar claro que, por el momento, no han accedido a ninguna de las pretensiones del contrario, un pulso que se ha agudizado tras el anuncio de la Plataforma Unitaria sobre su futura participación electoral.

El líder opositor venezolano Juan
El líder opositor venezolano Juan Guaidó (EFE/ Rayner Peña/Archivo)

“Me voy a sentar en mi butaca, con el televisor prendido (...) a ver a Guaidó votando el 21 de noviembre y allí aplaudiré porque logramos incluirlo en la democracia”, declaró Maduro esta semana, aparentemente satisfecho por evitar escenarios como los de las presidenciales de 2018 o las parlamentarias de 2020, cuando el chavismo no tuvo rivales de entidad.

Guaidó se apresuró a contestar al mandatario en Twitter para recordarle que queda mucho por hacer: “Todos sabemos que hoy no hay condiciones ni garantías para una elección libre y justa”. “Tanto, que estás sentado como contraparte en un proceso de negociación internacional que busca esas garantías electorales, políticas y un cronograma de elecciones”, añadió en referencia al diálogo.

(Con información de EuropaPress)

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