Cada vez son más las pruebas y evidencias que confirman el estrecho vínculo entre las disidencias de las FARC y la dictadura de Nicolás Maduro. Este fin de semana, la revista colombiana SEMANA reveló el contenido de la información hallada por las Fuerzas Armadas y la Policía en la computadora personal de Miguel Botache Santilla, alias “Gentil Duarte”, en el marco del operativo “San Miguel V” que se llevó a cabo el mes pasado en Caquetá para detener a uno de los más peligrosos jefes guerrilleros, quien finalmente logró huir.
Los documentos recopilados por las autoridades colombianas confirman la cooperación militar entre los disidentes de las FARC y la dictadura chavista, y los esfuerzos geopolíticos de los insurgentes para extender sus nexos con otros regímenes como los de Corea del Norte e Irán.
En el campo militar, las comunicaciones entre las partes confirman “operaciones conjuntas de carácter estratégico”. Según los reportes, el grupo liderado por “Gentil Duarte” le solicitó al dictador Maduro permitirles la permanencia y el tránsito por el territorio fronterizo de los estados Zulia, Táchira, Páez, Apure, Bolívar y Amazonas, “cumpliendo con los protocolos, rutas y mecanismos que se acuerden entre las partes, preservando los principios de clandestinidad y de seguridad nacional para el desarrollo conjunto de operaciones”.
Asimismo, los disidentes de las FARC le propusieron al régimen chavista “neutralizar operaciones de inteligencia y contrainteligencia de la inteligencia colombiana y norteamericana, grupos paramilitares, y de sectores contrarrevolucionarios venezolanos”.
Pero lo más escandaloso y revelador fue el pedido expreso de armamento a la dictadura venezolana. Específicamente, “5.000 fusiles, 500 ametralladoras punto 30 o punto 50, morteros de 60 milímetros, sistemas antitanques, sistemas nocturnos, armas cortas, municiones para estas armas, granadas de manos, sistemas antiaéreos tierra-aire portátiles o de infantería, y lo relacionado con dotaciones de combustible (intendencia)”.
En los correos intercambiados entre las partes, el grupo guerrillero indica que las disidencias cuentan con 7.000 hombres, y que su intención es “triplicar” ese número en todo el territorio nacional.
Los guerrilleros plantearon, también, una agenda de asuntos pendientes, como entablar vínculo con un general del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) de Venezuela, así como de “gestionar y tramitar salidas de las cárceles”, y una comunicación con Bolivia.
La facción de “Gentil Duarte” también propuso crear el Frente Internacional Raúl Reyes, en cabeza de Arturo Ruiz, el hombre que, según los investigadores, maneja las relaciones directas con la dictadura de Maduro.
Si bien siempre se especuló que Maduro era más cercano a las disidencias comandadas por Iván Márquez, estos correos demuestran que el dictador juega a ambos lados y no interviene en las divisiones que existen entre los disidentes de las FARC, que funcionan como un Ejército irregular al servicio del mandatario chavista.
Una comunicación del 3 de diciembre de 2020 señala que, respecto a lo financiero, es “fundamental fortalecer y priorizar el trabajo de Venezuela, ya que se logra un enlace directo con sectores de confianza con el actual presidente”.
Por “Gentil Duarte”, que tiene pedido de captura por Interpol, el gobierno de Colombia ofrece una recompensa de poco más de medio millón de dólares por información que lleve a su captura.
Se trata de uno de los guerrilleros que en 2015 participó en la mesa de negociación entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC en La Habana (Cuba). Pero tiempo después, a su regreso a Colombia, volvió a las armas y se recluyó en las selvas del oriente del país.
A fines de julio el Ejército Nacional de Colombia dio a conocer que, pese a haber dado con la ubicación del jefe guerrillero en el departamento del Caquetá y desplegar tropas para cercarlo, las Fuerzas Armadas indicaron que el cabecilla de las disidencias de las FARC logró escapar.
Según informaron las Fuerzas Armadas a través de un comunicado, Miguel Botache Santillana fue ubicado en una vivienda en la vereda de El Camuya, en la zona rural del municipio de San Vicente del Caguán, en Caquetá, mientras coordinaba operaciones para el tráfico de narcóticos.
Las evidencias sobre los vínculos entre las FARC y la dictadura venezolana no son nuevas. Por el contrario, cada vez son mayores. En los últimos meses hubo enfrentamientos del lado venezolano entre disidentes y miembros del Ejército venezolano. La información provista por el régimen de Maduro ha sido poco clara y, según denunciaron desde la oposición y algunas organizaciones sociales, los combates se habrían desarrollado por el control del narcotráfico.
El pasado mes de mayo, en diálogo con Infobae, el coronel retirado de la Guardia Nacional Bolivariana, Antonio Semprun, sostuvo que la cúpula chavista “le tendió una alfombra roja a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC)”. Apuntó directamente a “Nicolás Maduro, Padrino López y demás miembros del secretariado venezolano que les entregaron un salvoconducto, a las FARC, para que usen el territorio venezolano como zona de distensión en la que pueden amedrentar a familias venezolanas y esconderse de la justicia colombiana después de cometer acciones delictivas en su territorio”.
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