Por cuarta vez en cinco años, el régimen chavista y la oposición venezolana comenzaron ayer una negociación con el objetivo de lograr una solución a una crisis que se profundiza día a día desde hace más de siete años, cuando se registraron las primeras protestas masivas contra Nicolás Maduro, y después de miles de ejecuciones extrajudiciales, miles de arrestos arbitrarios, la censura y una dramática crisis humanitaria que expulsó a millones de venezolanos de su patria.
Ayer fue el día 1. Las delegaciones se reunieron en el Museo Nacional de Antropología, en Ciudad de México, el representante de la comitiva chavista, Jorge Rodríguez, y el de la oposición, Gerardo Blyde, firmaron un memorando de entendimiento para las negociaciones. Se trata de pautas generales que este fin de semana deberán afinarse.
Los puntos acordados para la negociación incluyen: derechos políticos para todos, garantías electorales y un cronograma para elecciones observables, el levantamiento de las sanciones, respeto al Estado Constitucional de Derecho, así como la convivencia política y social y la renuncia a la violencia. También la reparación de las víctimas de la violencia, protección de la economía nacional y medidas de protección social al pueblo venezolano y garantías de implementación, seguimiento y verificación de lo acordado.
“La esperanza siempre está presente, pero con mucho escepticismo dado el historial de patear la mesa del régimen, como vimos en diálogos pasados”, aseguraron a Infobae fuentes del proceso de negociación. ¿Por qué insisten en negociar aún con los antecedentes de República Dominicana y Barbados? “Porque no será Guaidó ni la Plataforma Unitaria quienes no hayan hecho todo lo posible para la salida a la crisis y una transición democrática mediante elecciones presidenciales libres”, aseguraron.
Y esta vez, agregaron, “el proceso lleva acompañamiento de potencias internacionales”.
Este último dato es central.
Es que si bien esta negociación llega después de tres procesos truncos, la incorporación de nuevos actores revitaliza el proceso. Ahora, el mediador es Noruega y el encargado de lidiar con ambas partes en el día a día. México es el territorio neutral, el anfitrión. Y por primera vez en el historial de negociaciones se incorpora un actor clave: Rusia.
Aliado estratégico de Maduro, prácticamente el único de peso mundial junto a China, la presencia del gobierno de Vladimir Putin en la mesa emula -con mayor poder-el papel venezolano en la negociación colombiana con las FARC. El Kremlin juega para el régimen, es su acompañante principal. Si Rusia se compromete con el proceso podrían haber noticias…
También participa Holanda, como acompañante de la oposición. Y en las próximas semanas se irán incorporando otros actores. Según supo Infobae, entre ellos estarán Canadá y Francia.
“Por un bienestar del proceso no se incorpora inmediatamente Estados Unidos, pero obviamente va a estar presente”, aseguraron fuentes cercanas a los diálogos.
Es que además de que el gobierno norteamericano es el blanco preferido de Maduro en sus clásicas cadenas nacionales, sumar a la presencia rusa una silla estadounidense alimentaría un anacrónico fantasma de la Guerra Fría, poco auspicioso en una nueva negociación. Sin embargo EEUU será determinante… Maduro aceptó esta negociación con un objetivo inocultable, el levantamiento de las sanciones. Así, con silla o sin silla en la mesa, el gobierno de Biden es protagonista.
Desde México, otra fuente asegura que después de la primera jornada la sensación es que el régimen pareció tener intenciones serias. La gran incógnita, admite, es cuánto estará dispuesto a ceder…
Un viejo conocedor de las negociaciones con el chavismo, que identifica a la distancia las prácticas de los enviados de Maduro, y ya vio “en acción” al chavista Jorge Rodríguez, advirtió que el régimen nunca va a negociar nada que implique perder poder. “Al final es pa’trás y pa’delante, es ganar tiempo”, dice resignado.
Recordó, incluso, que en 2017, en las negociaciones en Dominicana, el primer encuentro fue un éxito. El 1 de diciembre la oposición presentó su propuesta, ofreció el levantamiento de sanciones a cambio de elecciones libres y la liberación de presos políticos, y la delegación chavista -en la que también estaba Rodríguez- aceptó sin peros. “Nos encontramos el 15 de diciembre para seguir”, prometieron… Ese 15 de diciembre fue un escándalo. Los gritos de los Rodríguez (también estaba Delcy, ahora vicepresidenta de Maduro) contra el ex presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y el mandatario dominicano Danilo Medina todavía retumban en la memoria. Al poco tiempo ya no había negociaciones.
Las pautas del diálogo
Luego de este fin de semana, en el que deberán consensuarse los mecanismos de negociación, el próximo encuentro será a fines de agosto, y lo más probable es que también se produzca en tierras mexicanas.
Las pautas generales son que nada está acordado hasta que todo está acordado, pero eso no quiere decir que no pueden llegar a pactos puntuales. Quizás en este punto radica una de las mayores esperanzas de estos diálogos: podrían alcanzar resoluciones sobre el acceso a las vacunas contra el coronavirus, la liberación de los presos políticos y garantías para las elecciones regionales de noviembre. De hecho, con algunos cambios, estas partes ya habían llegado a preacuerdos en Barbados en 2019 que podrían servir como base para lo que viene.
Ayer, también supo Infobae, la delegación chavista objetó la presencia en el equipo opositor de Carlos Vecchio, actual embajador de Guaidó en EEUU. Vecchio es el único de los enviados opositores que mantiene un cargo oficial en el gobierno interino venezolano porque Tomás Guanipa decidió renunciar como diputado y autoridad de la Asamblea Nacional para participar de las negociaciones.
Además de las erráticas reacciones del chavismo, otra gran incógnita es cuán encolumnada detrás de esta aventura está la oposición.
En México la delegación de la Plataforma Democrática resaltó el discurso de Gerardo Blyde, como conciliador pero también firme frente al régimen. Y mientras Leopoldo López y Henrique Capriles se manifestaron públicamente a favor del diálogo, Maria Corina Machado lo denunció como una maniobra más de Maduro.
“Lo de hoy (por ayer) fue importante. Optimistas, no. Esperanzados, siempre”, le cuentan a Infobae desde México.
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