La oposición del régimen de Venezuela que lidera Juan Guaidó aseguró este lunes que gestiona el proceso de protección para el boxeador Eldric Sella, quien participó en los Juegos Olímpicos de Tokio en calidad de refugiado y no puede volver a Trinidad y Tobago, donde residía, al no tener su pasaporte venezolano vigente.
“Ya culminados los Juegos Olímpicos Tokio 2020, seguimos atendiendo al caso del boxeador venezolano refugiado Eldric Sella. Tendrá un país que lo reciba y otorgue protección. Agradecemos a Acnur (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) por interceder y apoyar en este caso”, escribió David Smolansky en Twitter.
El político, que fue designado por la Organización de Estados Americanos (OEA) comisionado para la crisis migratoria venezolana, no dio detalles sobre la atención que le prestan a Sella ni que país lo recibirá y otorgará la referida protección.
Según denunció en julio pasado el padre del deportista, Edward Sella, al canal en línea VPI, Acnur se encontraba “buscando un país que reciba” a su hijo, debido a que Trinidad y Tobago, donde reside desde 2018, se niega a otorgarle una visa debido a que se le venció el pasaporte: “El Gobierno de Trinidad y Tobago dice que no tiene un documento válido para otorgarle la visa porque el documento no es válido”.
El pasado 28 de julio, el opositor venezolano Orlando Viera-Blanco, representante de Juan Guaidó en Canadá, pidió a ese país norteamericano que acoja al boxeador. Sin embargo, hasta el momento ni Smolansky ni Viera-Blanco han confirmado que Sella vaya a ser recibido por Canadá.
Sella, de 24 años, es uno de los 29 atletas refugiados que participaron en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. El venezolano llegó a Japón gracias a las gestiones de Acnur, el Comité Olímpico Internacional y el otorgamiento de una visa estadounidense. “Vine como refugiado pero, para mí, yo sigo representando a mi país, a los que se fueron y a los que están ahí y siguen luchando por un mejor país”, declaró durante los Juegos.
El boxeador cayó en su primer combate frente al dominicano Euri Cedeño en el primer asalto en el peso mediano. El joven comenzó a boxear a los nueve años cuando un gimnasio cercano a su casa ofreció clases gratuitas a los niños del barrio. En 2012, con 13 años, conoció el triunfo ganando un Campeonato Nacional en el que peleaba contra adolescentes hasta tres años mayores.
En 2018 abandonó su casa en la emblemática barriada caraqueña 23 de Enero en el contexto de dictadura del país con las mayores reservas de petróleo del mundo, que ha llevado a más de cinco millones de venezolanos a emigrar desde 2015, según estimaciones de la ONU.
Sella había llegado a formar parte de la selección nacional venezolana a los 18 años pero, solo siete meses después, salió del equipo junto a otros compañeros por falta de recursos. En 2018 fue invitado a un torneo de boxeo en Trinidad y Tobago y aprovechó el viaje para solicitar asilo.
Unos 24.000 refugiados y migrantes venezolanos residen en Trinidad y Tobago, muchos de ellos después de afrontar un peligroso viaje por mar en el que más de un centenar de personas murieron en naufragios entre 2018 y 2020.
Una vez en la isla, Sella consiguió diversos trabajos puntuales para ganarse la vida mientras mantenía como podía sus entrenamientos de boxeo. En 2019 se sintió de nuevo boxeador al ganar la medalla de plata en el Campeonato de la Asociación de Boxeo de Trinidad y Tobago.
Espoleado por el triunfo, encontró información en Instagram sobre el primer Equipo Olímpico de Refugiados que compitió en Rio-2016 y envió numerosos correos electrónicos hasta que acabó recibiendo una beca del Comité Olímpico Internacional (COI).
“En este programa tendré la oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos y representar no solo a mí, sino a millones de personas de todo el mundo que, como yo, se vieron obligadas a dejar atrás su hogar y sus sueños”, había dicho Sella en unas declaraciones difundidas por ACNUR.
(Con información de EFE y AFP)
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