El 5 de Julio es una fecha que Venezuela celebra como el de su Independencia, el paso decisivo para la libertad, que los patriotas militares y civiles lograron en 1811. Es un hito para la Fuerza Armada, es el comienzo de unas promociones militares y el retiro de otras, también el de los ascensos. Desde hace unos años luce cada vez con menos brillo, mientras la institución es azotada por la politización, la corrupción, las derrotas como la ocurrida en Apure ante las FARC y la alarmante deserción. El listado más reciente es el de uno de los componentes, la Guardia Nacional.
Con la resolución Nr. 50771, que tiene fecha 30 de junio 2021, el MG Fabio Enrique Zavarse Pabón, Comandante General de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) ordena separar de la institución castrense a 1.734 sargentos, lo que se suma a los 1.473 (mil cuatrocientos setenta y tres) de noviembre 2020 y un año antes, el 7 de diciembre 2019, que fueron 5.976 (cinco mil novecientos setenta y seis) sargentos, en total suman nueve mil 183 pertenecientes a la Tropa de ese componente militar.
La justificación del Comandante General para la medida está claramente reflejado en el punto Quinto de la Orden Administrativa, en la que se lee casi lo que se repite en anteriores ocasiones, pero esta vez le anexa que está cumpliendo con la Ley de Simplificación de Trámites: “Como consecuencia de los trámites administrativos realizados en beneficio del interés del personal de Tropa Profesional que se encuentra en estado difuso dentro del componente, a pesar del llamado reiterado, de acuerdo al contenido de la Ley de Simplificación de Trámites Administrativos, para que normalicen su condición”
Recalca que “hasta la fecha, en la mayoría de los efectivos militares que se encuentran en esta situación han hecho caso omiso al llamamiento de sus comandantes naturales, creando un ambiente de desobediencia e indisciplina, afectando con su conducta el interés jurídico del Patrimonio Público del Estado, quien es víctima por estar vinculado a los sueldos y otros beneficios económicos”.
Nuevamente Zavarse Pabón aplica los artículos 1, 13, 17 y 19 de la Ley Anticorrupción, aunque no se corresponde con la decisión que toma. Por ejemplo, el artículo 1 es el objeto de la Ley, el 13 no se relaciona para nada porque destaca que “los funcionarios y empleados públicos están al servicio del Estado y no de parcialidad política o económica alguna...”.
El artículo 17 está relacionado a la administración de los bienes y recursos públicos, mientras en el 19 se establece que los funcionarios y empleados públicos actuarán de conformidad con lo establecido en la ley. O sea, nada de eso sustenta que los desertores sean expulsados sin juicio previo. Nada de eso está justificado ni siquiera en ilegal Ley Constitucional de la Fuerza Armada.
Cuántos son
Hay que considerar que estos listados solo corresponden a los desertores del personal de Tropa de la Guardia Nacional. Se desconoce cuántos hay en la lista de tenientes, capitanes, mayores, tenientes coroneles, coroneles y generales, que son separados sin previa sentencia de un tribunal.
El total de los separados ahora de la GNB, son 1.734, divididos así: Tres Sargento Superior: Juan Carlos Contreras Guerrero, Roberto Antonio González Dávila y José Andrés Quiñónez; 2 Sargento Ayudante: Robinson Enrique Moreno Piñeiro y José Gregorio Zambrano Márquez; 9 Sargento Mayor de Primera; 24 Sargento Mayor de Segunda, destacando cuatro del Cuartel, tres de Educación y el resto de los CZ, otra vez resaltando el CZ11; 185 Sargento Mayor de Tercera; 816 Sargento Primero; 691 Sargento Segundo.
En el 2020
Es inquietante la cantidad de militares “separados” de la Guardia Nacional Bolivariana, sin que se tomen correctivos para evitar el abandono por parte de miles integrantes de la tropa de ese componente militar que han venido desertando en cantidad alarmante.
En la Guardia Nacional Bolivariana, el 25 de noviembre 2020 separaron de la institución castrense a 1.473 militares correspondientes a la tropa. Eso lo suscribió el MG Fabio Enrique Zavarse Pabón con la decisión Nr. 49476, punto de cuenta 03074, con la excusa de “el deber de no incurrir en actos o acciones afectados en los artículos 1, 13, 17 y 19 de la Ley Contra la Corrupción”.
Cuando a Juan Gerardo Guaidó Márquez, siendo presidente de la Asamblea Nacional, lo designan presidente interino, hace un llamado para que se manifieste el apoyo militar. Es así como en una estrategia del partido Voluntad Popular y otros sectores de la oposición invitaron a que los militares reconocieran al joven parlamentario como Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, por lo que cientos de militares, algunos oficiales y la mayoría tropa, en febrero de 2019, pasó a territorio colombiano, específicamente a Cúcuta en el norte de Santander.
Esa acción no resultó más que en un acto efectista y la mayoría de ellos terminaron en Colombia acogidos a unos mínimos beneficios que les concedió el vecino país. Otros se fueron hacia Ecuador, Perú y Chile principalmente y algunos regresaron a territorio venezolano. Todo eso ocurrió mientras el Gobierno interino no logró capacidad de darle respuesta a las expectativas de quienes abandonaron la institución castrense.
La situación de la Fuerza Armada es de crisis. Por una parte, la profunda politización que la ha convertido en un instrumento utilitario para el régimen de Nicolás Maduro; por otra la agobiante crisis económica que golpea de manera brutal al mundo militar, reflejo del mundo civil. A eso se le suma la flexibilización de los filtros de acceso a los nuevos integrantes de la Fuerza Armada, lo que abona el terreno para el ingreso de jóvenes sin bases mínimas éticas o morales, muchos de ellos incluso con inclinaciones delictivas.
Gran cantidad de militares aparecen ahora involucrados en acciones de narcotráfico, extorsión, secuestro, asesinato, violación, lo que es una tragedia para la crisis que enfrenta la Fuerza Armada. La deserción es consecuencia de esa situación crítica que atraviesa la FANB.
Degradados y expulsados
También en julio del año pasado, el Ministro de la Defensa, GJ Vladimir Padrino López, suscribe las resoluciones que retiran de la Fuerza Armada a 302 oficiales del componente Ejército Bolivariano: un coronel, tres tenientes coroneles, seis mayores, 27 capitanes, 142 primeros tenientes y 123 tenientes del Ejército, luego de haber sido sometidos a un Consejo de Investigación.
La primera vez que Nicolás Maduro degradó y expulsó a oficiales de la Fuerza Armada Nacional fue con los 11 militares involucrados en la Masacre de Barlovento; esa fue la única vez que se hizo por motivos distintos a la política. La segunda vez la medida se la aplicó a 24 militares, luego a 116, posteriormente a 13 altos oficiales y la quinta fue con la separación de 55 militares que participaron el 30 de abril en la llamada Operación Libertad.
El oficial de más alto rango de esa lista fue el general de división (Ej) Manuel Cristopher Figuera, ex jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), quien ese día en a madrugada dejó en libertad a Leopoldo López; aunque el alto oficial ha insinuado haber estado en el distribuidor Altamira ese 30A, en realidad fue el primero que huyó del país esa madrugada abandonando a sus subalternos militares y comandos del SEBIN.
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