Los regímenes de Venezuela y Turquía fortalecieron este viernes su cooperación en materia electoral, tras una reunión entre el presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) del país caribeño, Pedro Calzadilla, y el embajador turco en Caracas, Sevki Mütevellioglu.
El encuentro se llevó a cabo en la sede del ente comicial venezolano, de acuerdo con una nota de prensa del CNE, y en la reunión se abordaron temas relacionados a la nueva directiva de la institución, designada hace más de un mes y la “confiabilidad del sistema electoral”.
Además, según el ente, el embajador turco manifestó el interés de su país “en acompañar el venidero proceso electoral” del 21 de noviembre en el que se elegirán a los gobernadores y alcaldes de los 23 estados del país y de los 335 municipios, respectivamente.
“El embajador turco expresó el compromiso de su país en enviar una delegación para acompañar las próximas elecciones regionales y municipales que se celebrarán el 21 de noviembre, destacando la importancia de que organizaciones internacionales acompañen esta significativa actividad”, dijo el CNE. El diplomático además extendió una invitación a Calzadilla para que visite Turquía y pueda “explorar asuntos de cooperación con su contraparte turca”.
Los últimos dos procesos electorales en Venezuela han sido cuestionados por la comunidad internacional y la oposición venezolana por considerar que no han contado con los elementos necesarios para garantizar que sean unos comicios democráticos.
Los principales señalamientos se deben a las inhabilitaciones políticas de opositores conocidos o la intervención ordenada por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de las directivas de los partidos más grandes que se oponen al régimen de Nicolás Maduro.
Maduro confirmó negociaciones con la oposición en Venezuela
Nicolás Maduro confirmó las elecciones del 21 de noviembre en Venezuela y aseguró que se están llevando a cabo “intensas negociaciones” con la oposición para “ampliar las garantías electorales”. En una entrevista con el medio estadounidense Bloomberg, el dictador chavista afirmó que “se están dando los primeros pasos para un diálogo justo con la oposición”.
Consultado sobre si se van a cumplir los requerimientos de los observadores internacionales para las elecciones, el venezolano aseguró que todos “están invitados”. Detalló que fueron enviadas “invitaciones formales” a centros importantes de pensamiento político, especialistas electorales y a organizaciones internacionales, entre ellas la “Unión Africana, la Unión Europea y la ASEAN, así como también observadores de Estados Unidos”.
“Hay una negociación intensa y diversa con todas las oposiciones. En Venezuela no hay una sola oposición. Y hoy por hoy hay intensas negociaciones para ampliar las garantías electorales con vistas a las mega elecciones del 21 de noviembre y muy pronto va a haber buenas noticias de nuevas garantías para esas elecciones”, confirmó Maduro.
“Las garantías electorales para propiciar unas mega elecciones transparentes y verificables se van a ampliar en función con la negociación política que se están dando con todos los factores de oposición”, añadió.
Tal como anticipó Infobae este jueves, la Argentina está entre los “países amigos” que Maduro nombró durante la entrevista con el periodista Erik Schatzker con los que está tendiendo puentes con la oposición.
“Yo creo en las negociaciones políticas”, dijo Maduro y prosiguió: “Hoy se propone un proceso de negociación con la ayuda del gobierno de Reino de Noruega y la participación y observación de otros países amigos del mundo. Ese proceso está incipiente, se están dando los primeros pasos para establecer una agenda de diálogo compartida, común, justa e igualitaria. Yo creo que un diálogo y negociación debe ser progresivo que nos lleven a un gran acuerdo nacional”.
Los vínculos entre el Palacio de Miraflores y el gobierno argentino son históricos y se remontan a los tiempos en que Cristina Kirchner -actual vicepresidenta- y Hugo Chávez conducían los destinos de Argentina y Venezuela, respectivamente.
El rol de Buenos Aires podría ser clave para acercar posiciones entre la dictadura chavista y los opositores en una Venezuela devastada tanto humana como políticamente.
Además, podría convertirse en una forma de enmendar en parte el desencanto que generó en las grandes democracias occidentales la falta de condena a la sistemática violación de los derechos humanos del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
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