Alguna vez la Fuerza Armada venezolana le permitía a los militares que salían de la institución castrense gozar de un retiro en calma, con la seguridad de contar con servicio médico hospitalario privilegiado, con la pensión que les permitía cubrir sus gastos, algunos se dedicaban a alguna empresa, a disfrutar con la familia, al deporte y gustos personales. Pero eso fue hace tiempo, antes de que la revolución bolivariana cambiara la razón de ser de la institución castrense.
Muchos oficiales, los que pudieron, se fueron del país, algunos lo hicieron gracias al apoyo de familiares y ahorros, otros no tan honestos disfrutan el dinero que usufructuaron en Venezuela; varios de esos militares “profundamente chavistas y antiimperialistas”, otros “radicalmente opositores, pero también corruptos, irónicamente escogieron a Estados Unidos para vivir”.
Los más vulnerables son aquellos militares que tuvieron una carrera honesta, que por delitos de opinión contra el régimen venezolano apenas sobreviven en el exterior. También están los que se resignaron a quedarse en Venezuela, sin la opción de poder gozar de la seguridad por la que han pagado durante décadas.
Hay mucho militar que en su vejez ha debido dedicarse a trabajar en la mayor variedad de cosas; los más privilegiados en temas relacionados a su carrera militar, otros ocupados en oficios sacrificados.
Aquellos militares retirados que están en Venezuela y no reciben privilegios de la revolución, ni siquiera cuentan con atención médico-hospitalaria apropiada. Los prestigiosos hospitales están venidos a menos, después que Hugo Chávez decidió que ya no fueran solo de atención para los militares, por lo que colapsaron y apenas funcionan gracias al esfuerzo del personal. El suministro de los medicamentos, de los que gozaban los militares y sus familias, ya tampoco es una opción.
Pagando 54 años
El Teniente Coronel (Av) Eduardo Centeno George, egresado de la Escuela de Aviación Militar en 1967 manifestó su indignación, un día antes de ser operado, por la precaria seguridad social que se evidencia, aun cuando tiene más de cinco décadas pagando en el Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA).
“¡Qué voluntad! ¡Qué sinvergüenza somos! Estas son las cosas que debería reclamar el IPSFA, la Contraloría de la FAN y el IORFAN (Instituto de Oficiales Retirados de la Fuerza Armada)”.
Explicó el oficial Centeno que “yo mañana voy a ser intervenido quirúrgicamente en el hospital más arr… del país. Después de 54 años de graduado, 54 años pagando IPSFA, 54 años pagando Seguros horizonte y 54 años pagando Hospital Militar, tengo que comprar 14 pares de guantes quirúrgicos, un kit de laparotomía, 29 inyectadoras de 20 CC, un set de transfusión, 14 gorras de quirófano, 14 botas de quirófano. ¿Dónde está la bola de dinero que le pagué a esas tres instituciones? Quisiera que el Iorfan hiciera llegar mi reclamo”, finaliza diciendo.
Una tarea sencilla
El mayor Ramón Antonio Arteaga Alfinger pertenece a la promoción del Ejército “General en Jefe José Ignacio Pulido”, del año 1974. Le escribe al presidente del IPSFA, General de División (Ej) Renier Enrique Urbáez Fermín, una comunicación que titula: “Tarea sencilla de ejecutar para el presidente del Ipsfa”. “Señor General cumpla con una de sus tantas misiones, como es velar por el bienestar y cúbrase de glorias ante los militares retirados y afiliados y cuando pase a retiro sea recordado al menos por este logro”.
“Hoy, 06 de junio del 2021, mientras observaba la televisión noté que el partido de Gobierno conducía una jornada de carnetización para su militancia a nivel nacional y sin costo alguno para los acreditados”.
“Ahora bien señor General, ¿será que ese carnet es más importante que el carnet de Afiliado al IPSFA? Lógicamente ese carnet tiene un costo para el Estado y debe saber usted que los recursos del Estado nos pertenecen a todos los venezolanos”.
“Sabe usted muy bien que, para todos los Militares y Afiliados con derecho, el carnet es de uso obligatorio para toda tramitación ante cualquier dependencia. Entonces, señor General, le ha llegado el momento para su Grand Slam, haga las coordinaciones pertinentes y logre la exoneración del Carnet para los militares retirados y afiliados, lo que representa un costo elevado para lo que se percibe por concepto de pensión”.
Califica de inconcebible que los militares y afiliados “que dimos la mejor parte de nuestras vidas a la institución castrense no nos merezcamos este beneficio, mientras una militancia política presenta más poder para carnetizar a sus seguidores. Creo que quedaría como un logro para su gestión, con motivo de la celebración de los 200 años de la Batalla de Carabobo”, finaliza diciendo el Mayor Arteaga Alfinger.
Atención despectiva
El coronel del Ejército Johnny Freddy Mendoza Terán, de la promoción del Ejército 1972 “General de Brigada Pedro Briceño Méndez”, se dirigió a sus compañeros militares que habitan en los Altos Mirandinos, población de la Gran Caracas, calificando de “denigrante y vejatorio solicitar los servicios médicos del Ambulatorio Militar de La Rosaleda”.
Narró, en ese momento, que había llevado a su esposa a dicho centro asistencial. Ella había sufrido “un pequeño accidente en la casa y se rompió la cabeza. La trasladé de urgencia al mencionado centro. Primero la atención despectiva que recibió por parte de la enfermera tratante, luego el personal no logra suturar la herida, porque no disponen de guantes, sutura, tijera, o sea los instrumentos básicos para curar a cualquier herido”.
Agrega que a su esposa le emiten un récipe “para que fuéramos a comprar la sutura y la aguja a la calle. Al observar tanta negligencia y abandono, me fui con ella a un ambulatorio de la Alcaldía de Carrizal en el sector José Manuel Álvarez; allí le brindaron todas las atenciones del caso y le tomaron cuatro puntos de sutura”.
Subraya el coronel que está narrando lo sucedido “para avizorarlos y no vayan a perder el tiempo al ambulatorio militar de la Rosaleda. Da pena ajena que un centro hospitalario tan importante por encontrarse en un sitio clave, donde nos atendían de excelente manera hasta hace un año, actualmente está por el suelo en el cumplimiento de las importantes funciones para lo cual fue creado”.
“Ojalá este mensaje y experiencia pasada por mí, no le ocurra a otro Oficial o familiar de militar que solicité la ayuda por una emergencia. No es justo que paguemos los servicios de un Hospital Militar y cuando solicitamos sus servicios nos salgan con desplantes de esa magnitud”.
“Es decepcionante que nosotros, Oficiales en la digna condición de reserva activa, seamos maltratados y sobre todo ahora cuando más necesitamos un buen servicio médico. Entregamos 34 años de orgulloso servicio a la patria, siempre nos descontaron por nómina una parte de nuestro sueldo para mantener operativos y disponer los servicios del Hospital Militar, y ahora nos responden de esa negligente manera”.
“Si la capacidad operativa de ese Centro Hospitalario está menguada por cualquier razón el Director debería presentar un informe y solicitar al Comando superior cerrarlo y así no se pierde tiempo en llevar algún herido de emergencia para allá”, dijo finalmente el coronel Mendoza Terán prometiendo que haría llegar la novedad a los más altos mandos del Ministerio de la Defensa.
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