Carmen Meléndez, ministra de Interior y Justicia del régimen chavista en Venezuela, fue abucheada este viernes por nombrar a Nicolás Maduro durante la presentación de la estatua en Caracas del beatificado doctor José Gregorio Hernández, conocido popularmente como “el médico de los pobres” y a quien los feligreses piden con frecuencia que interceda por ellos para ser sanados.
La ministra realizaba un discurso sobre el médico venezolano nacido en 1864 y fallecido en 1919, cuando dijo que Maduro había ordenado la estatua y las personas que estaban concentradas en los alrededores de la plaza La Candelaria silbaron y gritaron en repudio a su mención en esa jornada esperada por décadas por millones de venezolanos católicos.
José Gregorio Hernández, venerado como santo en Venezuela, fue beatificado este viernes.
“Con nuestra autoridad apostólica concedemos que el venerable siervo de Dios José Gregorio Hernández Cisneros, fiel laico, experto en la ciencia y excelente en la fe (...), de ahora en adelante sea llamado beato”, dijo el nuncio apostólico, Aldo Giordano, en un pequeño acto en la capilla de un colegio de Caracas.
“¡Viva José Gregorio!”, clamaron los presentes, mientras se revelaba un mosaico del “siervo de Dios” con su icónico traje negro, bata de médico y estetoscopio, y una aureola en la cabeza.
Solo 150 personas asistieron al acto de beatificación de José Gregorio Hernández, cerrado al público por la pandemia de covid-19, que desborda hospitales en Venezuela con una virulenta segunda ola. Las vías de acceso hacia el colegio La Salle La Colina fueron cerradas por policías y militares.
Sin embargo, decenas de devotos acudieron a sitios emblemáticos del culto al nuevo beato.
Miles claman en Venezuela haber sido salvados por él, pero no fue hasta junio de 2020 que el papa Francisco firmó el decreto de beatificación tras aprobar “el milagro” de Yaxury Solórzano, quien a los 10 años sobrevivió en 2017 a una herida de bala muy grave. Había sido declarado venerable 35 años atrás.
“Sentí emoción, tranquilidad, paz”, declaró a la televisión estatal Yaxury, vestida con un liqui-liqui blanco (traje tradicional venezolano), tras el acto de beatificación.
En el centro de Caracas sonaban las campanas de la iglesia de La Candelaria, sitio de reposo de Hernández desde 1975 hasta octubre del año pasado, cuando fue exhumado para la beatificación.
En la esquina donde falleció Hérnandez, en La Pastora, creyentes pusieron flores junto a un mural enmarcado con la bandera de Venezuela.
Según reportes de prensa, devotos peregrinaron unos 12 km hasta Isnotú, el pueblo natal de Hernández, para dejar flores en monumentos en honor al beato.
Tres venezolanos habían sido declarados beatos por la Iglesia Católica antes que el “médico de los pobres” -las religiosas María de San José, Candelaria de San José y Carmen Rendiles-, pero ninguno santo.
El papa Francisco dijo el jueves que esperaba que la beatificación ayude a la “reconciliación” de Venezuela, país golpeado por una grave crisis política y económica, y a “producir entre todos la respuesta del bien común tan necesitada para que el país reviva, renazca después de la pandemia”.
Con información de AFP
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