En la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) el entonces jefe de Investigaciones, coronel Rafael Antonio Franco Quintero, “ordenaba los interrogatorios que se convirtieron en torturas físicas y mentales”. Asegura que lo amenazaban con buscar “a mi esposa para ser violada y muchas más amenazas en contra de mi familia. Escuchaba voces con acento extranjero, específicamente cubano”.
Así lo reveló en Estados Unidos el único de los comandantes del llamado Movimiento de la Dignidad del Pueblo, no condenado, el Teniente Coronel (Ej) Henry José Medina Gutiérrez, quien ahora llegó a los Estados Unidos y denuncia haber sido torturado, encarcelado y después de más de dos años, de violaciones al debido proceso, lo dejan en libertad. Medina Gutiérrez fue el único de los comandantes liberados, junto al sargento Julio César Gutiérrez y al 1Tte Jeiber Josué Ariza Apolinar.
El pasado 16 de diciembre de 2020, el juez Yoffer Javier Chacón Ramírez condena a los otros cinco comandantes a 7 años y 6 meses; ellos son: Tcnel (Ej) Igbert José Marín Chaparro, quien era jefe de la Caballería Motorizada GB Juan Pablo Ayala de Fuerte Tiuna; Tcnel (Ej) Deibis Esteban Mota Marrero, jefe del Batallón GD Pedro León Torres; Tcnel (Ej) Erick Fernando Peña Romero, estaba adscrito al Hospital Militar de Caracas; Tcnel (Ej) Víctor Eduardo Soto Méndez, de la Caballería Blindada GJ José Laurencio Silva; y Tcnel. Juan Carlos Peña Palmentieri, quien cursaba Maestría en el Instituto de Estudios Estratégicos de la FANB.
Medina Gutiérrez revela que “el encargado de los interrogatorios y jefe del área estaba al mando del Cap. Jonathan Becerra credencial N° 2282, adscrito a ese despacho junto con el Cap. Néstor Blanco credencial N° 0102, Ptte. Diover Salas credencial N° 3225, Tte. Jojana González credencial N° 7046, Agente/II. Reymi Moreno credencial N° 0904 y el Agente/II. José Gómez credencial N° 0815”.
Enfatiza que esa situación de tortura “se llevó a cabo día a día hasta el 7 de marzo de 2018, cuando fui presentado ante el Juez Militar Tercero de Control con sede en Caracas, Cap. Amezquita Pion; la defensa persona le hizo saber el estado físico en que me encontraba para el momento de la audiencia: golpeado, las manos inflamadas y laceradas por las esposas”.
Como ha ocurrido en otros casos, incluso en el del capitán que el 28 de junio murió en el Tribunal, el juez Cap. (GNB) Mickel Angarita Amezquita Pion ignoró la denuncia del detenido. Como acusadora estuvo la Ptte. María Marcelina Martínez Salazar, Fiscal Militar Séptima Nacional y el Tte. Luis Betancourt. “Como testigo y acusa formalmente ante la DGCIM se encontraba el Cnel. Boris Milan Rudman Jiménez, compañero de promoción de graduación mío”.
Después de la audiencia de presentación el juez Amezquita Pion ordena como centro de reclusión para el comandante Medina la cárcel de Santa Ana en el Táchira “donde permanecí tres meses recluido. En junio de 2018 fui trasladado hacia el Centro Nacional de Procesados Militares Ramo Verde (cárcel de Ramo Verde), en Los Teques, estado Miranda”.
En libertad
El 6 de agosto de 2018 se lleva a cabo la audiencia preliminar, “violando los lapsos estipulados en el Código Orgánico Procesal Penal. El Cap. Amezquita Pion lo pasa a juicio y envía el caso al Tribunal Militar Primero de Juicio Itinerante con sede en Caracas a cargo del Cnel. Yoffer Javier Chacón Ramírez”.
Es así como en la cárcel de Ramo Verde “pasé dos años y seis meses en una celda esperando fecha de juicio violando marcadamente el debido proceso y el ordenamiento jurídico legal vigente, cayendo en decaimiento de la medida y privándome de muchos derechos más como reo. En dicho centro fui objeto de torturas psicológicas y físicas cada vez que funcionarios de la DGCIM visitaban el centro a pasar requisas”.
Ya en libertad Medina debe presentarse a la Oficina de Personal del Ejército, lo que hace el 22 de diciembre de 2020. “El G/D Jesús Alberto Zanotty Urbina, ayudante general del Ejército me entrega oficio de presentación ante el G/D Carlos Eduardo Gamboa García Director Logístico del Ejército con instrucciones de sentar plaza en el Servicio de Alimentación del Ejército”.
Narra que se presentó ante el G/B. Johan Hernández Larez, Jefe del Servicio de Alimentación del Ejército, quien le dice que “tramitaría inmediatamente mi reconocimiento de antigüedad y mi ascenso al grado de Coronel por los daños causados a mi persona y me otorga permiso navideño hasta el 12 de enero de 2021”. Ya en su casa, según explica, “durante varios días discontinuos pasaron patrullas de la DGCIM por el frente de mi residencia a baja velocidad. Salí huyendo de mi país sin decirle a nadie en lo absoluto para resguardar la integridad física de mi persona y por temor a que pudiera ser desaparecido o cualquier otra acción desfavorable”.
Así “logré salir del país, sin ser detectado, el 2 de enero 2021 y llegué a los EEUU el día 5 de enero de 2021 con mi Visa Americana de turista vigente. Entre en vuelo aéreo por Houston Texas con escala en Orlando Florida”, al revisarle su equipaje le encuentran la documentación del juicio. “Fui llevado a una sala de interrogatorio, donde respondí que pediría asilo político porque venía huyendo de una persecución política en mi contra. Me apegué a las leyes de los EEUU ante el oficial de migración y este da inicio al proceso de protección”.
Expresa que fue trasladado, el 5 de enero de 2021, a un Centro de Reclusión en Houston, Texas, “donde estuve en una celda de aislamiento por dos semanas y luego me incorporan a un programa de migración ante ICE, me colocaron un localizador GPS en el pie derecho, me llevaron al aeropuerto para tomar el vuelo a Orlando, Florida, donde debía presentarme el 26 de enero de 2021 con la finalidad de recibir instrucciones por parte del oficial de ICE, al llegar al sitio el día previsto fui diferido por el oficial que se encontraba en la puerta del edificio para el día 28 de mayo”.
La detención
Medina Gutiérrez relató que su historia empieza cuando él estaba comandando el Batallón de Apoyo Logístico Cnel. Juan Antonio Paredes, en San Cristóbal, estado Táchira cuando lo nombran “en comisión del servicio para buscar material de apoyo logístico a la 21 Brigada de Infantería y sus respectivas unidades”, lo que ocurrió el 28 de febrero de 2018.
Dice que el viaje hasta Caracas lo hizo en la camioneta pickup Toyota Hilux asignada al Comandante de la unidad y dos camiones de carga modelo gandola Mack y plataforma FVR Chevrolet. Al día siguiente, 01 de marzo de 2018 hace “entrega del material de apoyo logístico en el patio de la Academia Militar de Venezuela por parte de la Misión Negro Primero”.
Asegura que ahí saludó “a muchos de los comandantes de unidades compañeros de promoción y superiores conocidos”. Esa tarde va al Ministerio de la Defensa “con la finalidad de cobrar los viáticos pendientes de la comisión de estudios a la cual había asistido”. Después de recibirlos “me dirigí a mi residencia ubicada en Caracas a compartir con mi familia”.
El 2 de marzo va hasta donde estaban “los vehículos de la comisión cargados con el material entregado para hacer el respectivo chequeo y enviar la comisión con destino a San Cristóbal”. Como el Comandante de la 21 Brigada G/B. Manuel Castillo Rengifo le concede un día de permiso, regresa a su casa. Ese día, a las 5 de la tarde lo llama el G/B. Manuel Castillo Rengifo quien le pregunta dónde se encuentra. “Le respondí que en mi hogar con la familia; me ordena presentarme ante el Comandante General del Ejército a la brevedad posible”.
El entonces Comandante General del Ejército era el ahora general en Jefe Jesús Suárez Chourio, quien después de atender al Tcnel Medina llama al entonces jefe de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) en la Región Capital, quien lo entrevista en el edificio del Ministerio de la Defensa. “Al llegar al sitio fui despojado de todas mis pertenencias de manera no cónsona a mi investidura, me colocaron esposas y llevado a una oficina donde me aislaron; solo entraba un funcionario del DGCIM y me hacía preguntas sobre los nombres de integrantes de un movimiento armado en contra del Gobierno”.
Posteriormente lo trasladan a la sede principal de la DGCIM en Boleíta, Caracas, donde ocurren las torturas: “Golpes en las plantas de los pies con objeto contundente y en la zona de las costillas con objeto contundente, guindado por las esposas mientras era golpeado y obligado a decir nombres que ellos querían que yo mencionara, días sin ingerir líquido y una sola ración de comida al día con cantidades insuficientes de alimentos. Todas estas acciones se llevaron a cabo con una capucha de color negro impregnada de gas pimienta sin poder tener ningún tipo de visibilidad dónde me encontraba”.
El 16 de diciembre de 2020 se lleva a cabo la última audiencia de juicio. “El Cnel. Yoffer Javier Chacón Ramírez juez militar presidente, el C/N. Ramón Puré Suarez juez militar canciller y el Tcnel. Carlos Alirio Jaramillo juez militar relator, me absuelven por la comisión de los delitos militares de Instigación a la Rebelión, Contra el Decoro Militar y ordena la libertad plena y sin restricciones”.
SEGUIR LEYENDO: