El dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, busca intercambiar “petróleo por vacunas” contra el covid-19, en medio de una nueva ola de la pandemia en el país caribeño y las sanciones financieras de Estados Unidos.
“Venezuela tiene los barcos petroleros, tiene los clientes, para que nos compren el petróleo y dedicaría una parte de su producción para garantizar todas las vacunas que necesita Venezuela. ¡Petróleo por vacunas!”, dijo Maduro, quien enfrenta sanciones impuestas por Washington contra la estatal petrolera PDVSA con el objetivo de desplazarlo del poder.
“Estamos listos y preparados, petróleo por vacunas, pero no le vamos a mendigar a nadie”, agregó refiriéndose, sin mencionarlo expresamente, a un anuncio previo del líder opositor Juan Guaidó sobre acuerdos para la liberación de fondos de Venezuela bloqueados en el extranjero para pagar vacunas del Covax, sistema de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que busca garantizar la distribución equitativa de inmunizaciones en naciones en desarrollo.
Maduro insistió en un primer momento en pedir a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), órgano regional de la OMS, gestionar que fondos congelados puedan usarse para pagar las dosis reservadas en el Covax para el país, entre 1,4 y 2,4 millones de vacunas. Si no fuesen desbloqueados, explicó, entraría en juego la opción de petróleo por vacunas.
Además, de acuerdo con Maduro, el Covax solo cubre el 20% de las vacunas que necesita Venezuela. Esas dosis, sin embargo, eran las del laboratorio anglo-sueco AstraZeneca. Pero el pasado 15 de marzo Venezuela informó a la OPS que no aceptaría la vacuna británica.
Aunque Maduro dijo que hay conversaciones para que la OPS haga llegar “las vacunas ya seleccionadas” y “aprobadas” por el país caribeño. Hasta ahora, el régimen sólo ha autorizado el uso de la vacuna rusa Sputnik V y la producida por la empresa china Sinopharm.
Ninguna de esas vacunas ha sido aún entregada al país caribeño debido a las deudas pendientes que tiene con la OMS.
Esta semana, el gremio sanitario y la oposición venezolana pidieron al régimen de Maduro que levante el veto a la vacuna de AstraZeneca, en vista del respaldo científico con que cuenta el antídoto.
Pero el propio dictador respondió que no permitirá el ingreso a Venezuela de ninguna vacuna “que no haya sido autorizada” por los institutos científicos del país, al tiempo que adelantó que prevé la inmunización masiva contra la covid-19 con dos de las vacunas cubanas en pruebas, la Soberana 02 y la Abdala.
Por su parte, el régimen chavista informó este sábado que abordó con la OMS el suministro de vacunas a través del mecanismo Covax, aunque no ofreció detalles de la reunión que sostuvieron las autoridades con el director general del organismo, Tedros Adhanom.
“(Sostuvimos) un contacto con el director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom (...) justamente para abordar el tema de suministro de vacunas para Venezuela en el marco del mecanismo Covax”, dijo en declaraciones que transmitió la televisión pública VTV la vicepresidenta de la dictadura, Delcy Rodríguez.
La funcionaria señaló, sin ofrecer mayores detalles de la reunión, que se revisaron los aspectos ligados a un eventual suministro de vacunas contra la covid-19, lo que incluyó información sobre “las vacunas disponibles (y) los tiempos a abordar” en el marco del mecanismo Covax.
“Queremos agradecerle (a Tedros Adhanom) porque sabemos que este humilde hombre al frente de esta organización mundial está dando una gran batalla por la humanidad entera, por los pueblos del mundo”, manifestó Rodríguez.
Venezuela comenzó a vacunar a los trabajadores de la salud en febrero, pero ha dado pocos detalles sobre su programa de inmunización.
Según las cifras oficiales, muy cuestionadas por la oposición y las ONG, el país ha registrado unos 150.000 casos de coronavirus y algo menos de 1.500 muertes. Sin embargo, las autoridades se han preocupado recientemente por el aumento de los contagios y la aparición de la cepa brasileña del virus, altamente contagiosa.
La producción de crudo de Venezuela, vieja potencia petrolera venida a menos, ha experimentado una leve recuperación en el inicio de 2021, subiendo a 521.000 barriles diarios en febrero según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La cifra está muy lejos de los más de 3 millones de barriles por día que esta nación colocaba en el mercado al momento de la llegada al poder de Maduro en 2013. El gobernante chavista ha prometido llevar esa cifra a 1,5 millones este año, pero especialistas son escépticos.
El desplome de la oferta venezolana empezó antes de las sanciones, entre denuncias de malos manejos en la industria petrolera y multimillonarios casos de corrupción.
La propuesta de Maduro recuerda el programa de la ONU “Petróleo por Alimentos”, implementado para satisfacer las necesidades humanitarias de la población de Irak después de la Guerra del Golfo, entre sanciones económicas impuestas tras la invasión de Kuwait por tropas iraquíes en agosto de 1990.
Con información de AFP y EFE
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