En su afán por enfrentar al presidente de Colombia, Iván Duque, el ministro de la Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, no solo ha cambiado su discurso en cuanto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a quienes ahora martiriza diciendo que se les ha perseguido después del Acuerdo de Paz en una clara reivindicación a la Nueva Marquetalia, sino que oculta la verdadera situación de la ocupación del territorio venezolano.
Su discurso es cada vez más politizado. “La única garantía de paz para Venezuela es y seguirá siendo la Revolución Bolivariana. Si algo ha caracterizado nuestro proyecto histórico ha sido la verdad”, ha dicho el titular castrense, quien asombrosamente asegura: “No nos refugiamos en escondrijos para luchar por nuestra libertad. Tenemos la unidad y tenemos la voluntad”.
Y no dice la verdad Padrino al asegurar que “mientras exista la FANB, Venezuela no perderá un milímetro más de su territorio”. Quizá su verdadero interés es enfatizar que “mostrar a la Revolución Bolivariana como entreguista es la más reciente y abyecta manipulación que impulsan los pitiyanquis junto a las transnacionales que zamurean la disputa del Esequibo”.
La realidad brutal es que amplias extensiones del territorio venezolano están bajo el control de los grupos irregulares, información que el Alto Mando Militar ha ocultado celosamente.
“En todos los puestos fronterizos existe, por lo momentos hasta el momento en que yo estuve en Apure hace tres años, el mapa de ubicación de los grupos que ocupan el área donde estaba el comando, incluyendo los nombres de los comandantes de la guerrilla y sus números telefónicos y los contactos de otras personas relacionadas al grupo”, le dice a Infobae un oficial que ahora está en funciones administrativas en la Fuerza Armada.
“Nunca me convencieron las razones que los Generales de entonces daban. Es humillante la tolerancia que uno debe tener sabiendo dónde están esos grupos, la mayoría de ellos integrados por colombianos, que además han ido conquistando, porque no creas que es a la fuerza que esa gente permanece en el territorio. Por una parte, sí, porque se fueron instalando hace años con armas, presiones y amenazas, pero poco a poco fueron penetrando con dinero. Es casi una compra la que hacen de nuestros jóvenes, enamoran a las muchachas y las embarazan, y así las captan y las utilizan; son casi niñas”, finaliza diciendo el oficial del Ejército.
Desenfocado
Pero mientras eso que narra el militar a Infobae pasa en la remota frontera, a mil kilómetros de Caracas, el ministro Padrino se desgañita en pregonar que “solo ignorantes de la historia reciente podrán comprar titulares que intentan borrar la gesta emancipadora de Chávez inspirado en las banderas antiimperialistas de Bolívar para liberar a los pueblos oprimidos de América. La FANB permanecerá unida en sus propósitos nacionales”.
El discurso no se corresponde con la realidad. Nunca antes de la revolución bolivariana ocurrió tal cosa. Siendo más precisos, nunca antes de la llegada de Padrino López al Ministerio de la Defensa, el territorio venezolano y la soberanía estuvieron más comprometidos.
Si bien es cierto que la guerrilla colombiana permeaba la frontera venezolana con mucha frecuencia, desde mucho antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, también lo es que el líder de la revolución le dio beligerancia al tema, demostró su simpatía con la guerrilla, especialmente con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a la vez que Nicolás Maduro ha tenido abierta preferencia por el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El titular castrense dice apasionadamente, en relación a la disputa sobre el territorio esequibo, que históricamente le corresponde a Venezuela y que la administración de Nicolás Maduro permitió que Guayana avanzara en su interés de arrebatárselo a Venezuela, “de concretarse la sentencia exprés de la CIJ contra nuestra soberanía, la comandita de gobiernos cuyos intereses bastardos mueven los hilos de sus marionetas vende patria, tendrán que mostrarse para enfrentar nuestra dignidad, pues tal felonía encharcaría la paz del continente”.
Demasiada pretensión la del Ministro porque la paz del continente se encharcó desde que el régimen venezolano, sobre todo desde que él está a la cabeza del poder militar, se relacionó abiertamente con la guerrilla colombiana, con los intereses de Irán y Rusia, que encontraron fértil el camino anonado por la inteligencia cubana.
Cacareando
En una reunión, realizada el 24 de febrero 2021, en la llamada Comisión para la Defensa del Territorio de la Guayana Esequiba y la Soberanía Territorial, se le vende al país la idea que hay demasiado interés en el tema, cuando en realidad el tema del Esequibo está comprometido gracias a la nefasta función de la cancillería venezolana, ocupada en atacar medios de comunicación internacionales, en la defensa de Alex Saab, el cuestionado empresario colombiano a quien el régimen de Maduro ha presentado como diplomático venezolano, así como en atacar verbalmente a EEUU, Colombia y a cualquier país que se niegue a aceptar lo que ocurre en Venezuela, donde campea la violación de los derechos humanos.
A la cabeza de la reunión de esa comisión estuvo Padrino López en su cualidad de vicepresidente sectorial de Soberanía Política, Seguridad y Paz y ministro de la Defensa; también hizo presencia el Almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso, Comandante Estratégico Operacional de la Fuerza Armada (Ceofanb), así mismo el Estado Mayor Superior de la FANB.
Todo se limitó a decir que “se presentarán más de 100 propuestas entre las que se delinearán estrategias y recomendaciones pertinentes para preservar nuestro territorio, que por derecho pertenece a Venezuela”.
Ahí dijo Padrino: “Nosotros no estamos dirimiendo este contencioso con las armas, estamos haciendo una exhortación para solucionar esta controversia, de manera satisfactoria, con el diálogo político a través de los mecanismos del Acuerdo de Ginebra”.
“En una carta del Presidente Nicolás Maduro, enviada al Secretario General de la ONU expresó que si no se llama al diálogo para dirimir este contencioso a través de lo establecido en el Acuerdo Ginebra, será una amenaza no solamente a la paz de Venezuela sino de toda la región”.
“Se ha querido sembrar una matriz mundial de aquellos que se prestan para el juego imperial en el territorio venezolano, de que existe un país opresor (Venezuela) que acciona en contra de una nación oprimida (República Cooperativa de Guyana) y quienes hacen alarde de estas matrices en la comunidad internacional desconocen por completo nuestra historia libertaria”.
Agregó que “desde temprano los imperios se estaban disputando por las riquezas del Esequibo, el control sobre el Orinoco y la salida al Atlántico, siendo un punto de honor para ellos en sus pretensiones imperiales”.
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