Nicolás Maduro volvió a presentarse este lunes en un organismo internacional, en un nuevo intento de legitimación del régimen chavista, aunque su exposición en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU trazó parecidos con argumentos esgrimidos por el ex dictador chileno Augusto Pinochet.
Una misión de investigación impulsada por la Oficina de la alta comisionada de la ONU ya ha corroborado graves violaciones de los derechos humanos en Venezuela, incluyendo eventos que pueden representar crímenes contra la humanidad y de los que altos responsables del gobierno habrían sido cómplices.
Y en 1975, durante la dictadura pinochetista, la Asamblea General de la ONU emitió una declaración en la que reconocía la existencia de la práctica institucionalizada de la tortura, los malos tratos y la detención arbitraria en Chile, por lo que se creó el Grupo de Trabajo Especial sobre Chile, que posteriormente documentó ampliamente estas violaciones de derechos humanos sistemáticas y generalizadas.
Pinochet, furioso por la declaración del pleno de la ONU, envió por cadena nacional un mensaje para negar todos estos supuestos inventos. “Lo hago porque una reciente resolución de la Asamblea General ha pretendido lesionar esa dignidad, acusándonos, sin una base seria, de violar sistemáticamente los Derechos Humanos”, sostuvo en medio de la constante y sangrienta represión en curso. El texto, indicó el militar, era “falso, artificial, calumnioso y profundamente injusto”.
Sobre las investigaciones internacionales, Pinochet aseguró: “Nuestras fronteras han estado abiertas para todos cuantos han querido visitarnos, aun cuando muchas veces era evidente que algunos sólo venían a nuestra Patria a afianzar un prejuicio adverso ya adoptado. Permitimos incluso la entrada al país y el libre trabajo de varias comisiones investigadores, que ninguna norma jurídica nos obligaba a aceptar”.
En sintonía, Maduro sostuvo este lunes que se mantiene firme su colaboración con el Consejo de Derechos Humanos. No obstante, aclaró que rechaza “cualquier mecanismo inquisidor que pretenda usar la causa de los derechos humanos como herramienta política”. Con un discurso parecido al del dictador chileno, indicó que se trata de “provocaciones ideologizadas”.
El represor chileno también admitió que negaron la entrada a un grupo de trabajo por “razones de dignidad y seguridad nacionales”. A su turno, Maduro ha limitado la presencia del equipo de Michelle Bachelet, que solo cuenta con un puñado de observadores de la crisis venezolana.
Maduro, además, suele apuntar contra Estados Unidos, país que encabeza la presión internacional para forzar la salida del chavismo. Según destacó este lunes, Venezuela afronta más de 450 sanciones con un presunto sesgo ideológico. El enemigo, asegura Maduro, está afuera: “Los secuestradores de los activos y recursos del Estado venezolano han demostrado una gran crueldad, incluso en circunstancias de pandemia”
Pinochet también realizaba una crítica ad hominem de las medidas punitivas contra figuras del régimen, aunque en esos tiempos apuntaba contra el rival ideológico de Washington durante la Guerra Fría. “Nuestro país no puede dejar de denunciar la falta de autoridad moral de nuestros acusadores. Lo que resulta sin duda vergonzoso es que se tolere, con pasiva indiferencia, que los que hagan cabeza en el ataque en contra nuestra sean la Unión Soviética y sus países satélites, cuyo imperialismo ha manchado y sigue manchando de sangre las más diversas zonas del planeta”.
Si Maduro acude a factores externos para justificar la crisis, Pinochet, bajo el argumento de que hay derechos de distinta jerarquía, defendía la restricción de facultades básicas: “Cuando una comunidad enfrenta una situación de emergencia o anormal (...) puede ser necesario suspender transitoriamente el ejercicio de algunos derechos de menor importancia para salvaguardar otros más fundamentales”. Todo por un bien mayor. Maduro apuntó: “Hemos hecho grandes esfuerzos para garantizar el estado social y de bienestar venezolano. (Las sanciones) atentan contra la vida del pueblo venezolano”.
Y si el dictador chileno aseguraba que “los Derechos Humanos son la savia y la médula de la democracia chilena”, Maduro dijo este lunes que el objetivo es garantizar la felicidad, la seguridad y la estabilidad: “Cambiemos el sistema de organización económica capitalista depredador, que tanta guerra y miseria ha generado. seamos capaces de generar un sistema de justicia y equidad”.
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