Un dirigente obrero reclamó que la ONU y la OIT actúen ante los delitos de lesa humanidad y persecución sindical en Venezuela

Rubén González, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera del Orinoco, exigió la liberación de Rodney Álvarez y envió un mensaje a Michelle Bachelet, Alta Comisionada de DDHH de las Naciones Unidas

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Rubén González solicitó la libertad para Rodney Álvarez

Por exigir reivindicaciones hay persecución contra la dirigencia sindical en Venezuela e intimidación a la masa laboral de Guayana, llamada zona del hierro, donde están las más grandes empresas de aluminio, la siderúrgica, la de carbón, que alguna vez, antes de la llegada de la revolución bolivariana, fueron de las más importantes de la región, hoy casi paralizadas.

Quien lo denuncia es Rubén González, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera del Orinoco (Sintraferrominera), quien estuvo preso desde la madrugada del 29 de noviembre de 2018, a su regreso de una protesta de trabajadores en Caracas. Al dirigente sindical lo condenó, a cinco años de prisión, el Tribunal Militar Quinto, ratificada por la Corte Marcial, con la excusa de delitos de ultraje a la Fuerza Armada y ultraje al centinela. En agosto del año pasado, en el marco de indultos masivos, salió en libertad.

El dirigente le hace un llamado a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos, Michelle Bachelet; y a la Organización Internacional del Trabajo (OIT): “Ustedes ya saben que aquí hay crímenes de lesa humanidad. Pronúnciense, ya no va a ser un informe, sino la acción que estamos esperando todos los venezolanos”.

Obreros pidiendo libertad para Rodney
Obreros pidiendo libertad para Rodney Álvarez

Clamó por la libertad de Rodney Álvarez. “Ayer estuve, por quinta vez, como testigo en el juicio que se le sigue por nueve años y siete meses. Una gran injusticia que has cometido con este compañero. Ayer volvimos a ratificar y a decirle a los tribunales, a la fiscalía y a toda Venezuela que el único responsable y el que ultimó a su propio compañero (Renny Rojas) fue Héctor Maicán, quien desenfundó el arma y mató a su propio compañero”.

Caso Rodney

Ai González fue un preso simbólico, más lo es hoy Rodney Antonio Álvarez Rodríguez, trabajador de Ferrominera, quien lleva años preso con violación descarada al debido proceso. Es un rebelde nato y se negó a aceptar arreglos con el Gobierno de Maduro, aun cuando sus condiciones son extremadamente duras en el Internado Judicial El Rodeo II, Guatire, estado Miranda.

Está claro que hubo intenciones oscuras para apresar a Rodney Álvarez y mantenerlo en la cárcel, desde que el 9 de junio de 2011, es asesinado a tiros el trabajador Renny Rojas en una asamblea de trabajadores de Ferrominera del Orinoco, convocada para elegir la comisión electoral del sindicato. Las cámaras de seguridad lo reflejaron y hubo testigos, entre esos González, de que Álvarez no disparó, que lo habría hecho un directivo sindical y militante del PSUV llamado Héctor Maicán.

El año pasado Álvarez se declaró en rebeldía. “He entendido que al reo que persigue este régimen es a la clase obrera, soy prisionero político, ya no le seguiré el juego a mis captores, no asistiré más a los tribunales, al palacio de la injusticia, ya no le seguiré el juego a la jueza Paolette Guevara ni al secretario del tribunal”.

Rodney Álvarez, preso en El
Rodney Álvarez, preso en El Rodeo II

Rodney, quien lleva nueve años preso, dice que Ferrominera “me despidió, me quitó mi salario y los beneficios de los cuales gozaban mis tres hijos por contrato colectivo”. Está lisiado de su mano derecha luego de haber sufrido tres atentados en la cárcel.

El interés de apresarlo no fue por justicia, sino por la intención de callarlo, de neutralizar sus acciones en defensa de los trabajadores. Lo irónico es que Álvarez es un dirigente de la izquierda latinoamericana y termina siendo víctima de la revolución bolivariana. El entonces gobernador del estado Bolívar, amigo personal de Hugo Chávez, general de división (Ej) Carlos Rangel Gómez, estuvo tras la acción de dejarlo detenido. El alto oficial, que después se fue a México, donde vive con mucho lujo, según revelan quienes lo han visitado, financió a los dos abogados acusadores e influyó en la Fiscalía para que retardara todo el juicio.

Un testimonio revelador es el que narró el año pasado de lo ocurrido en una audiencia, cuando el secretario del tribunal de la causa, alterado y con desespero, le dijo: “¿Hasta cuándo Rodney? ¿Qué esperas tú? ¿Es que no quieres estar con tu familia? A ti te abandonó tu sindicato, tu primera defensa. ¿Hasta cuándo con esto? Nosotros estamos claro que tú eres inocente, que el asesino es Maican, pero la orden es que tú asumas los cargos y nosotros inmediatamente te damos un beneficio de libertad condicional bajo presentación, ya te falta poco, ya con ocho años que llevas, solo quedarás bajo presentación. De lo contrario te pudrirás aquí”.

Michelle Bachelet, Alta Comisionada de
Michelle Bachelet, Alta Comisionada de DDHH de la ONU (EFE/Salvatore Di Nolfi/Archivo)

Obreros del gobierno obrero

El mensaje de Álvarez es directo: “Solo me resta decirles a mis captores, a mis secuestradores, en algún momento de la historia les corresponderá a ustedes sentarse, en el banquillo donde me tienen ahora, a rendir cuentas de todos sus actos y manos manchada de sangre de la clase obrera, y pueden estar seguro de que se le brindara un juicio gratuito sencillo y expedito”.

A medida que ha pasado el tiempo, y desde hace semanas, se ha elevado el nivel de protesta de los trabajadores de la zona del hierro, porque no es solo los de Ferrominera, también ocurre con los obreros de las empresa Alcasa y SIDOR, la mayoría de los cuales siempre apoyaron a la revolución bolivariana, representaban la masa que acompañaba los mitines del partido de gobierno. La realidad los ha enfrentado hoy con el patrono, que ha demostrado ser implacable que, aunque Nicolás Maduro se declara “presidente obrero”, los más golpeados por la revolución son los trabajadores.

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