Crece la condena internacional por la detención del líder opositor ruso, Alexéi Navalny. Luego de que varios países y organismos rechazaran la aprehensión del activista al arribar a Moscú, quien se sumó a la condena internacional fue el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó.
“La detención arbitraria de Navalny evidencia una clara violación a los derechos humanos por parte de uno de los principales aliados del régimen de Maduro”, señaló el líder opositor venezolano en sus redes sociales, en referencia al gobierno de Vladimir Putin.
“Alzamos la voz por su liberación y solicitamos al mundo libre actuar en conjunto en su defensa, y contra la persecución a la disidencia”, agregó.
Putin es uno de los aliados más importantes de la dictadura venezolana. Tanto, que su respaldo resulta vital para que Maduro permanezca en el poder. En los últimos años ambos países han estrechado sus lazos al firmar acuerdos económicos, petroleros y militares, entre otros. Incluso, semanas atrás el régimen chavista firmó un contrato con Rusia para adquirir 10 millones de dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus.
La Unión Europea (UE) también exigió la liberación de Navalny, quien fue detenido este domingo nada más llegar a Rusia en un vuelo procedente de Alemania, donde se había recuperado del envenenamiento que sufrió en agosto pasado.
La detención del activista de 44 años es “inaceptable”, tuiteó el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quien llamó a Moscú a su liberación “inmediata”.
Los tres países bálticos, Lituania, Letonia y Estonia, además, pidieron a la Unión Europea “medidas restrictivas” contra Rusia. “La detención de Alexéi Navalni es totalmente inaceptable. Exigimos su inmediata liberación”, apuntó en nombre de los tres países bálticos el ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, a través de su cuenta en Twitter.
“Alexéi Navalny ha sido privado de su libertad por su activismo político pacífico y por ejercer la libertad de expresión. Amnistía Internacional lo considera preso de conciencia y pide su liberación inmediata e incondicional”, denunció Amnistía Internacional en un comunicado. Su detención “es una prueba más de que las autoridades rusas buscan silenciarlo”, señaló la directora de la oficina de Moscú de AI, Natalia Zviágina.
“La organización reitera su llamamiento a las autoridades rusas para que inicien una investigación penal sobre el envenenamiento de Navalny y garanticen que todos los responsables comparezcan ante la Justicia en un juicio justo”, indicó la ONG.
Según AI, las autoridades rusas han emprendido “una campaña implacable” contra el opositor.
Por su parte, Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional del presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se sumó al reclamo. “El señor Navalny debería ser liberado inmediatamente, y los responsables del inadmisible ataque contra su vida deben rendir cuentas”, escribió en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
“Los ataques del Kremlin al señor Navalny no solo son una violación de derechos humanos, sino una afrenta al pueblo ruso, que quiere que se escuchen sus voces”, añadió.
El líder opositor ruso fue detenido por la policía en el control de pasaportes del aeropuerto Sheremetievo de Moscú, donde aterrizó procedente de Berlín.
El Servicio Federal Penitenciario (SFP) de Rusia, que había emitido una orden de busca y captura contra el político opositor, confirmó su detención. Lo acusan de incumplir las condiciones de una pena de cárcel suspendida de 3,5 años dictada contra él en 2014 y ha pedido a la Justicia que ordene su ingreso en prisión.
Navalny responsabilizó directamente al presidente ruso, Vladimir Putin, de su envenenamiento, que según los exámenes toxicológicos que le hicieron en Alemania, se produjo con una sustancia usada en la producción de armas químicas y que pertenece al grupo del agente tóxico Novichok.
“Puedo decirles que estoy completamente feliz de haber regresado y que es mi mejor día en los últimos cinco meses”, dijo hoy poco antes de ser detenido.
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