Nueve niños venezolanos y algunas de sus madres permanecen todavía detenidos, tras varias semanas de reclusión, en un centro gubernamental en el sur de Trinidad y Tobago a pesar de la petición de miembros del Ejecutivo de Puerto España de que sean liberados de forma inmediata.
El director de Inmigración de Trinidad y Tobago y el jefe del Estado Mayor de la Defensa del país apelaron el pasado miércoles las órdenes judiciales que los mantienen detenidos para que sean liberados del centro de detención del Helipuerto de Chaguaramas.
El caso, de no resolverse en breve, podría llegar al Tribunal de Apelación de Trinidad y Tobago a principios de la próxima semana.
Funcionarios gubernamentales explicaron que en la audiencia del recurso de apelación el Estado pretende argumentar que la decisión judicial no está justificada.
También se pedirá al Tribunal de Apelación que suspenda la ejecución de las órdenes judiciales.
El grupo de venezolanos está representado por los abogados Criston Williams y Kerrina Samdeo, mientras que el Estado lo está por los fiscales Neil Byam y Nisa Simmons.
Los nueve menores detenidos en el helipuerto Chaguaramas pudieron pasar durante una hora la despedida del año con sus familias, que se encuentran legalmente en Trinidad y Tobago, minutos antes de la llegada del 2021, aunque luego retornaron al encierro.
Los niños, junto con varios adultos, habían entrado ilegalmente al país caribeño el pasado 17 de noviembre.
El grupo fue arrestado y trasladado a la comisaría de la localidad de Erin, donde pasaron cinco noches en prisión.
El 22 de noviembre fueron escoltados fuera de las aguas de Trinidad y Tobago por la Guardia Costera, una vez que las autoridades de ese país afirmaron no tener conocimiento de una solicitud presentada para detener la deportación.
Después de pasar dos días en el mar, el grupo regresó a la nación insular el 24 de noviembre, donde fueron nuevamente detenidos en la comisaría de Erin y posteriormente trasladados al helipuerto Chaguaramas, donde permanecen hasta ahora.
Son miles los venezolanos que escapan de la miseria de su país para llegar al punto del extranjero más cercano, una isla hasta hace no mucho tiempo despreciada por ellos. Trinidad y Tobago se convirtió en la puerta de salida para los que no tienen cómo llegar a las fronteras con Colombia o Brasil.
En los últimos cuatro años abandonaron el país más de cinco millones de venezolanos. Un mes después de la tragedia del bote de Yoskeili Zurita, una chica de 16 años que intentó escapar del régimen en bote y logró sobrevivir a un accidente marítimo, hubo otro naufragio similar en el que murieron 33 personas. El hecho provocó tal espanto que Nicolás Maduro impidió la salida de más “balseros”.
Duró poco la medida. Los pescadores pagan una coima y salen de cualquier manera. Es así como continúan los naufragios con decenas de muertos.
(Con información de EFE)
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