“La convergencia de nefastos actores estatales y no estatales, y una red global interconectada de actividades delictivas, proporciona al régimen de Nicolás Maduro los recursos financieros, diplomáticos, y recursos militares que necesita para sobrevivir. Este apoyo es fundamental para afianzar aún más la posición del régimen en un momento en que los venezolanos se enfrentan a una pandemia que está agravando una de las peores crisis humanitarias del mundo”, así lo destaca el general de brigada de la Guardia Nacional Bolivariana, en situación de reserva activa, Régulo Humberto Díaz Vega.
El oficial, quien fue dado de baja en noviembre 2002, por ser uno de los militares que se instalaron en protesta, contra el gobierno de Hugo Chávez, en la Plaza Francia de Altamira, Caracas, asegura que “para nadie es un secreto que las Transnacionales del Crimen Organizado tienen tentáculos en todo el mundo. Venezuela no es la excepción”.
“Las actividades ilegales de estas transnacionales del Crimen Organizado están presentes en nuestro país desde hace tiempo, pero se incrementaron a partir de 2000, con la llegada de la revolución Bolivariana, y han mutado para mal durante el gobierno de Nicolás Maduro especialmente desde la creación del arco minero en el estado Bolívar al sur de Venezuela”.
Explica que no existe un consenso general para definir el crimen organizado, pero de acuerdo con la convención contra el crimen organizado de las Naciones Unidas, define como grupo criminal organizado a: ‘Un grupo estructurado de tres o más personas; el grupo existe por un período de tiempo; actúa de forma concertada con el objetivo de cometer al menos un delito grave; y obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico o de otro tipo’.
“Estas redes criminales, no obedecen a ninguna ideología en particular, ni religión, su fin último es conseguir dinero para fines personales o para las finanzas de sus organizaciones. Lo hacen los carteles de la droga como el de Sinaloa en México, el Hezbollah, el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y para mí dolorosamente lo digo, también lo hacen algunos grupos de la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana)”.
A su juicio “estas redes del crimen organizado, que operan en Venezuela, son un conglomerado criminal. Muchas veces en los grupos de conversación o foros con los que interactúo frecuentemente y en los que sus participantes son todos de distintas profesiones u oficios me preguntan: ¿Que será necesario para que la auténtica FANB despierte sin miedo y confronte a esos criminales que están desbastando el país? Simplemente les respondo. No es tan simple”.
Como ejemplo, dice, “el General Vladimir Padrino López pertenece a un conglomerado transnacional del crimen organizado. Ellos no obedecen a ninguna ideología en particular, ni tampoco tienen ninguna clase de amor por su país, ni por la soberanía y ni se diga por la tan cacareada presencia extranjera que dicen rechazar. Ellos sí son verdaderos traidores a la patria”.
El objetivo común
El general Díaz Vega explica que “esos grupos o redes organizadas convergen logísticamente para cometer estos delitos y tener dinero para financiar sus organizaciones o para aprovechamiento particular”.
Asegura que ha llegado a pensar, para darles el beneficio de la duda, “que quienes se metieron en esto del crimen transnacional organizado quizás no sabían la dimensión de lo que ello representa y ahora huyen hacia adelante porque, si se salen, quizás su vida corre peligro y, si siguen, la justicia en algún momento los alcanzará. Están atrapados sin salida”.
“Es necesario que detengamos esto que está sucediendo en Venezuela. Los venezolanos no nos merecemos estar en manos de estos grupos, mucho menos nuestro país. Las redes ilícitas son empresas integradas globalmente. Estas redes pueden operar en cualquier lugar donde produzcan ganancias”.
“Ningún lugar del mundo está ajeno a las redes del crimen transnacional organizado y operan en áreas multicontinentales controlando espacios urbanos incluso subregiones. El viejo paradigma de la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado en forma separada hoy ya no existe porque estas redes convergen entre si con un solo objetivo: producir dinero”.
Considera el general Díaz Vega que para lograr ese objetivo común “los Actores No estatales violentos como ELN, FARC-D y las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL), por ejemplo, colaboran con las organizaciones criminales o en algunos casos se convierten en redes criminales para financiar sus operaciones. Esta economía ilícita opera a las sombras de las economías legales”.
“Los actores no estatales como las FARC-D, el ELN, las FBL y los colectivos, entre otros, convergen logísticamente con los actores estatales como es el caso del régimen de Maduro y las instituciones que lo conforman. En el caso de Venezuela existe, como bien afirma Douglas Farah, una “guerrilla global” o “super facilitadores” constituida por pequeños grupos de individuos que permiten que estas redes funcionen y facilitan la conexión entre las redes ilícitas incluyendo la relación con organizaciones criminales y grupos terroristas”.
Alex Saab super facilitador
El general de la Guardia Nacional asegura que “entre los atributos fascinantes de estos individuos se encuentra su capacidad para sobrevivir a los cambios de régimen y los trastornos políticos que, en la superficie, parecerían presagiar su ruina. Lo han hecho durante esta pandemia global. Para ellos, no hay ningún obstáculo ideológico qué superar, solo negocios por hacer. Estos individuos deben poca lealtad a nadie o a cualquier causa más que a ellos mismos”.
“Como operadores cuasi-independientes, los súper facilitadores son los eslabones claves en las cadenas que mueven productos ilícitos (cocaína, diamantes de sangre, madera de “conflicto”, seres humanos) porque tienen las relaciones para llegar y conectarse con el próximo círculo concéntrico de actores. Un buen ejemplo de este tipo de super facilitadores es Alex Saab hoy preso en Cabo Verde”.
“Estos operadores son vínculos vitales, tanto para los rebeldes en la jungla como para los señores de la guerra afganos, que no entienden el mundo exterior, con el mercado de sus productos ilícitos. En el proceso, pueden obtener una inmensa riqueza e influencia. Es probable que la importancia geopolítica de los super facilitadores aumente en la próxima década”.
“El facilitador final, tanto del crimen como del terrorismo, es el dinero. El tráfico ilegal de bienes (desde el cacao hasta el oro y diamantes) es sumamente complejo, van desde su extracción, transporte, entrega y cobro. El ciclo de retorno es igualmente complejo: desde recibir dinero en efectivo, trueque o una combinación de ambos. Para realizar estas operaciones se requiere, según el ya citado Douglas Farah una “cohorte de actores” (Facilitadores, super facilitadores y facilitadores en la sombra”) que operan en el ambiente tanto local, regional o intercontinental”.
Revela que “algunos de los fondos ilícitos obtenidos se mueven a través de la empresa estatal PDVSA (Petróleos de Venezuela). La cartera de actividades ilícitas de estas redes del crimen organizado es sumamente diversificada, incluye minería ilícita de oro, tráfico de drogas, lavado de dinero, tráfico de armas y corrupción masiva”.
La guerrilla y su utilidad
“El régimen de Maduro también ha ofrecido refugio seguro al ELN, que controla gran parte de la minería de oro ilícita en Venezuela y Colombia, la economía criminal de más rápido crecimiento en la región”.
“El ELN, como las FARC, cumplen el doble propósito de proporcionar fondos al régimen de Maduro y al mismo tiempo ayudar al régimen a retener el control territorial en áreas remotas, pero estratégicamente vitales, que limitan con Colombia y Guyana. Los grupos armados y el régimen tienen un esquema complejo en el que el primero opera las minas y el segundo vende los minerales a través de empresas estatales”.
“El ELN también juega un papel político y militar, con presencia en al menos trece de los veinticuatro estados venezolanos. A medida que han aumentado las tensiones políticas, este grupo se ha comprometido a defender al régimen de Maduro de la intervención extranjera”.
Finalmente el general Régulo Díaz Vega dice que “no combatir la naturaleza criminal del régimen y aislarlo de sus malignos aliados solo prolongará el sufrimiento del pueblo venezolano y aumentará las amenazas a la seguridad y la estabilidad en el hemisferio. Pido a los verdaderos militares, a los verdaderos soldados. tomar conciencia ante tan delicada situación. Si no lo hicieren, la Patria se los demandará”.
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