En medio de la conmoción internacional por la tragedia de Güiria, en la que murieron al menos 19 migrantes venezolanos en un naufragio al intentar llegar a Trinidad y Tobago, el gobierno interino de Juan Guaidó declaró este lunes tres días de duelo nacional.
A través de un comunicado divulgado por la presidencia, el líder de la Asamblea Nacional (AN) indicó que las víctimas “perdieron su vida persiguiendo mejores condiciones para ellos y sus familiares”.
El gobierno interino envió sus condolencias a los familiares de las víctimas, y adelantó que utilizará todos “los medios diplomáticos a que hubiere lugar para manifestar el malestar del pueblo venezolano por tan deplorable actitud de las autoridades migratorias de Trinidad y Tobago”.
Funcionarios de la guardia costera hallaron en el mar a al menos 19 migrantes venezolanos, entre ellos dos niños, ahogados, quienes intentaban huir de Venezuela en un bote hacia Trinidad y Tobago escapando de la aguda crisis que atraviesa desde hace años el país caribeño bajo la dictadura de Maduro.
Los cuerpos fueron hallados flotando en el mar a 6.3 millas náuticas de las costas de Güiria, en el estado Sucre, lugar desde donde salió con destino a la isla.
El comunicado firmado por Guaidó detalló que las “víctimas habrían salido del país el pasado 6 de diciembre en un peñero con destino a Trinidad y Tobago, pero fueron devueltos del territorio de ese Estado y en el retorno naufragaron”.
“Esta terrible tragedia ocurre como consecuencia del éxodo masivo al que se han visto obligados los venezolanos producto de las acciones del régimen usurpador de Nicolás Maduro, que en su afán de preservar el poder ha sumido a nuestros ciudadanos en la peor crisis humanitaria de nuestra historia, forzándolos a poner su vida en riesgo al salir del país de forma insegura en pro de mejores condiciones para sí y sus familiares”, señaló la presidencia interina.
Y agregó: “No es ajena a esa tragedia la actitud de las autoridades migratorias del vecino país quienes obviaron los más elementales deberes humanitarios para evitar un retorno absolutamente inseguro dada la fragilidad de la embarcación o para ofrecer algún medio que preservara esas vidas humanas”.
Tras lo ocurrido, Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), pidió a los gobiernos de la región que reciban a los venezolanos que huyen de la dictadura de Maduro. “Llamamos a los gobiernos de la región a admitir a las personas que huyen de la dictadura en Venezuela buscando refugio, en cumplimiento del principio de no devolución y el derecho internacional”, escribió en su cuenta de Twitter.
David Smolansky, nombrado por Guaidó como comisionado para la Organización de Estados Americanos, detalló que hasta ahora hay once cuerpos identificados, siete adultos y cuatro menores de edad. Según informó, los migrantes que fueron “devueltos por Trinidad”, naufragaron y sus cuerpos fueron “encontrados flotando cerca de la costa de Güiria, en el estado venezolano de Sucre, muy próximo a la república isleña.
El pasado 22 de noviembre, 16 menores venezolanos, entre los que había un bebé de cuatro meses, fueron deportados por Trinidad y Tobago y, tras estar en paradero desconocido en el mar cerca de 48 horas, volvieron al país que los había deportado.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó entonces a Trinidad y Tobago a vigilar “estrictamente” la protección de los niños migrantes y exhortó al país a “garantizar el ingreso” de “personas venezolanas que buscan protección internacional por razones humanitarias urgentes, así como a respetar el principio de no devolución”.
El régimen de Maduro no se ha pronunciado directamente sobre los hechos. El pasado 4 de diciembre hubo una reunión entre funcionarios chavistas y de Trinidad y Tobago para abordar la situación de los migrantes que tratan de llegar a esa república isleña.
“El resultado: aparecen venezolanos ahogados en las costas del estado Sucre después de haber intentado huir en peñero de la tiranía”, fustigó Smolansky.
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