Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, confirmó este miércoles las presiones ejercidas por el régimen de Nicolás Maduro sobre la ciudadanía venezolana para que participe en los comicios del domingo, en los que no compitió la oposición y tuvieron la abstención más alta de los últimos 15 años.
“Nos preocupó ver ciertos comentarios, en términos de que las personas que no iban a votar no iban a tener acceso a programas sociales, de alguna manera presionando a las personas a que fueran a votar”, lamentó Bachelet.
La semana previa a la votación, con la que el chavismo intenta retomar el control del Congreso, estuvo cargada de comentarios de líderes oficialistas que intentaban elevar la participación. Iris Varela, candidata del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y hasta hace dos meses ministra de Servicios Penitenciarios del régimen, pidió que despidan a los empleados que no voten. Previamente, Diosdado Cabello dijo en un mitin: “El que no vota, no come. Para el que no vote, no hay comida. El que no vote, no come, se le aplica una cuarentena ahí sin comer”.
Si bien Bachelet rescató que el proceso fue pacífico, sin incidentes de seguridad, resaltó que hubo informes de periodistas que “tuvieron situaciones de intimidación” durante la cobertura del proceso, a manos de la Guardia Nacional Bolivariana.
En una conferencia de prensa semivirtual para señalar el Día Internacional de los Derechos Humanos, que se celebra cada 10 de diciembre, también comentó que en el periodo que se abre en Venezuela tras estas elecciones es fundamental que la sociedad civil consolide su papel. “Es importante que se pueda fortalecer el rol de la sociedad civil. He continuado llamando a los actores sociales a jugar su rol, de promover un contexto pacífico, y también que las libertades de las personas puedan ser cumplidas”.
Según la funcionaria, la oposición tiene la voluntad de centrar sus esfuerzos en las elecciones para gobernadores y alcaldes, en las que sí piensa participar. “Tenemos contacto con la oposición y es lo que nos han manifestado, que ésa será su prioridad, transformarse en una oposición de verdad y trabajar para tener buenos resultados en esas elecciones”, dijo Bachelet.
El régimen de Maduro se atribuye un contundente triunfo con hasta el 72% de votos -que los entes oficiales rebajan al 68 %- en las elecciones del pasado sábado, omitiendo que no tuvo rivales ya que la oposición decidió no participar por considerar que este proceso era fraudulento desde su concepción.
La Oficina de Bachelet persigue desde hace tiempo la colaboración con el chavismo, sin omitir sus denuncias sobre las graves violaciones de los derechos humanos que han sido avaladas o permitidas por el régimen de Maduro.
Pese a las graves denuncias que ha formulado su Oficina contra el régimen, al que ha señalado como responsable de crímenes de lesa humanidad, Bachelet ha optado en lo posible por rebajar el tono de confrontación para no cerrar las puertas del diálogo. La alta comisionada explicó que su organismo ha logrado crear “una relación de trabajo con el gobierno, al que hemos pedido varias cosas que ha aceptado”. Ello incluye tener a sus expertos trabajando dentro del país (actualmente son tres), así como mejoras en las condiciones de los presos políticos.
Bachelet reveló que parte de ellas consisten en que esos presos tienen ahora posibilidad de conectarse de forma virtual con sus familias dos veces al día, así como de asistir a misa una vez por semana. “También hemos logrado algunas liberaciones particulares, como la de tres tenientes de la cárcel de Ramo Verde, la que ha sido la primera liberación de militares (considerados presos de conciencia) que ha tenido lugar”, precisó.
La alta comisionada dijo que se han presentado a Maduro una serie de peticiones adicionales -que no especificó- y que ahora “esperamos se cumplan”.
(Con información de EFE)
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