La vicepresidenta del régimen de Venezuela, Delcy Rodríguez, anunció en la madrugada de este miércoles a través de su cuenta de Twitter una serie de medidas económicas que pondrá en marcha el chavismo.
Tras permitir la dolarización de facto en el país, ahora el régimen informó de un impuesto a las transacciones en divisas.
“Las transacciones en divisas dentro de una entidad financiera pagarán un impuesto transaccional superior al Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras de las operaciones en Bolívares. A los efectos se reformará la ley respectiva”, indicó la funcionaria en uno de sus mensajes en la red social.
“A fin de vigorizar el uso del Bolívar, la Superintendencia de las Instituciones del Sector Bancario dispondrá la ampliación considerablemente de los límites para transacciones con Tarjetas de Débito y transferencias electrónicas, tanto para Personas Naturales como Jurídicas”, anunció Rodríguez en otro mensaje en la red social.
Y acotó: “Los límites de estas transacciones electrónicas se actualizarán continuamente para que, quienes tengan recursos en Bolívares, puedan usarlos fácilmente”.
Por último, indicó: “A fin de incrementar las opciones para realizar operaciones cambiarias de divisas a moneda nacional, se habilitarán ‘aliados comerciales’ de las Casas de Cambio, aumentando así el número de prestadores del servicio”.
Estas medidas económicas fueron anunciadas luego de que el precio del dólar en el mercado paralelo de Venezuela superara este martes el millón de bolívares. Ayer, un dólar llegó a costar 1.010.242 bolívares, mientras que un euro se compraba por 1.101.164 bolívares, según datos recolectados por la agencia de noticias EFE.
Las diversas páginas web que miden la cotización del mercado paralelo en Venezuela ubicaron el precio del dólar alrededor de los 960.000 bolívares al cierre del lunes, cuando el Banco Central (BCV) no presentó por primera vez en meses el promedio oficial.
Según la última publicación del BCV, que no se ha actualizado desde viernes pasado, un dólar cuesta en el país 782.025 bolívares, lo que refleja una devaluación oficial de 51,58 % en lo que va de noviembre.
Sin embargo, la cotización del mercado paralelo, que rige casi todas las operaciones comerciales en Venezuela, muestra que el bolívar se ha depreciado en un 93 % frente al dólar en lo que va de mes.
De este modo, el salario mínimo legal de 400.000 bolívares mensuales, que devengan unos 10 millones de trabajadores y pensionistas, se ubica en 0,50 centavos de dólar o menos, dependiendo de las cotizaciones que se tomen como referencia.
Mientras tanto, una familia necesita 283 dólares al mes para alimentarse y sufragar gastos básicos, según estimaciones del Centro de Documentación y Análisis Social (Cendas).
Solo durante la semana pasada, el bolívar perdió 14,75 % de su valor frente al dólar, de acuerdo a las estimaciones del BCV.
El bolívar ha pasado por dos procesos de reconversión monetaria: en 2008, perdió tres ceros y pasó a llamarse bolívar fuerte; mientras que, a mediados de 2018, le restaron otros cinco ceros con lo que fue rebautizado como bolívar soberano, el actual.
Dolarización de facto
La galopante inflación en Venezuela ha llevado a los ciudadanos a utilizar el dólar para las operaciones comerciales y el ahorro, mientras observan cómo el signo local, el bolívar, pierde cada vez más espacios ante el poder de la moneda estadounidense.
Los venezolanos usan el dólar para la compraventa de bienes inmuebles y vehículos, pero también para transacciones que impliquen artículos electrónicos, electrodomésticos, y hasta ropa y calzado de segunda mano.
De acuerdo con el diputado opositor Ángel Alvarado, el fenómeno puede considerarse una “dolarización de facto”, si bien el país caribeño está muy lejos de ver desplazada en términos legales su moneda por la estadounidense.
“El bolívar pierde valor tan rápido que la gente busca protegerse”, explicó a EFE hace unos meses el miembro de la comisión de economía y finanzas de la unicameral Cámara venezolana.
Venezuela atraviesa por la peor crisis económica de su historia contemporánea, con escasez generalizada e hiperinflación.
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