Cáritas lamentó “el gran silencio informativo oficial” en Venezuela sobre el aumento de la desnutrición en niños durante la pandemia

Miembros del Grupo de Trabajo en el país sudamericano, integrado por voluntarios de 18 naciones, consideraron que “la devastación en el país es evidente y la situación de los venezolanos es insostenible”

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FOTO DE ARCHIVO: La Conferencia Episcopal de Venezuela (CEV) considera que todos los informes sobre derechos humanos que se han publicado en los últimos años y que son críticos con el régimen de Maduro "se han quedado cortos en referencia a la realidad que se vive en el país"

El Grupo de Trabajo Venezuela (GTV) de Cáritas Internationalis expresó en un comunicado su gran preocupación por la crisis humanitaria que padece el país sudamericano gobernado por Nicolás Maduro.

“La devastación en Venezuela es evidente, la situación de los venezolanos es insostenible, al no subsanarse las causas estructurales de la crisis humanitaria compleja dentro del país, y las condiciones socioeconómicas en los países de acogida de la región se han debilitado, afectados por la pandemia del COVID-19 y fenómenos climáticos de gravedad”, consideró el GTV -integrado por 18 Cáritas nacionales de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa- tras varias sesiones de trabajo por vía telemática entre el 28 de septiembre y el 2 de octubre con unos 40 participantes.

Los expertos del GTV analizaron la situación humanitaria que se vive tanto en Venezuela como en los países vecinos que han acogido buena parte del éxodo masivo de venezolanos de los últimos años.

Durante las sesiones, los miembros del GTV informaron que constataron varias problemáticas en Venezuela y remarcaron tres que consideran urgentes para buscar soluciones. La primera que mencionaron es el “gran silencio informativo oficial” sobre el impacto de las condiciones que afligen a la población dentro de Venezuela, donde el incremento de la desnutrición aguda en niños y niñas menores de 5 años durante la pandemia es del 73%.

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FOTO DE ARCHIVO: La Iglesia católica venezolana, tradicionalmente contraria a la llamada revolución bolivariana, señaló en un comunicado del 15 de octubre que el régimen de Maduro "ha demostrado su incapacidad para dar respuesta a los grandes problemas nacionales y sus actuaciones tienden a agravarlos"

La segunda preocupación es sobre la limitación del acceso a derechos fundamentales y cómo “las zonas más alejadas del país están quedando incomunicadas por falta de gasolina, luz e internet, mientras la población está a merced de la violencia de grupos delincuenciales e irregulares que operan en un territorio cada vez más extendido con un gran impacto humano y también medio ambiental”.

Y la tercera problemática que comprobaron es el “aumento del trabajo precario en los países de acogida durante la pandemia, en la que venezolanos migrantes son víctimas de ofertas engañosas, jornadas de más de doce horas en establecimientos sin ninguna seguridad sanitaria, redes de trata y prostitución”, con un “alto riesgo de explotación, tanto para hombres como para mujeres”.

Ante esto, el GTV reafirmó su disposición a desarrollar más “proyectos para acompañar y cubrir las necesidades humanitarias de los venezolanos, defender los derechos humanos y valorar la dignidad de los venezolanos mediante acciones de incidencia; consolidar un espacio humanitario y abrir caminos para construir la paz”.

Los participantes en las sesiones del GTV finalizaron su declaración con una apuesta a “escuchar y visibilizar el clamor del pueblo venezolano dentro y fuera del país ante una crisis prolongada cuyo final aún no se vislumbra”, a “fortalecer la voz de la sociedad civil” y a “aumentar la articulación de esfuerzos para generar el mayor impacto de las intervenciones humanitarias y favorecer los proyectos binacionales y regionales, involucrando al migrante como sujeto y acompañándolo desde una perspectiva de promoción humana”.

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