El sargento Edgar Orlando Camargo Pernía, del componente Guardia Nacional Bolivariana, es tachirense, nacido en La Grita, una hermosa tierra de montaña. Él pertenece a la promoción 65 “Javier Prados Jiménez”, de la Escuela de Guardia de Cordero (Esguarnac) Nr. 20 del 15 de junio de 1993 como sargento Supervisor. Hace ocho meses pidió la baja de la Fuerza Armada pero aún no se la han dado. Está desaparecido desde hace una semana, cuando pasó a Colombia a comprar alimentos.
Desde Boca de Grita, municipio García de Hevia del estado Táchira, en la frontera con Colombia, Camargo Pernía decidió ir hasta la población colombiana Puerto Santander, como hacen cientos de personas, unas a vender y otras a comprar variedad de productos.
Esa zona, incluyendo Boca de Grita, estaba controlada por paramilitares del grupo Los Rastrojos, hasta que, a mediados de febrero del año en curso, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) los enfrentó y los desplazó, en el marco de un sangriento tiroteo de varios días, tomando el control del territorio la guerrilla colombiana. Del lado colombiano siguen controlando Los Rastrojos.
Poco después comandantes elenos se establecieron en el municipio, convencieron a los habitantes de la zona, a algunos con palabras, pero a los más intransigentes con amenazas, a que aceptaran que ellos eran la nueva autoridad en el lugar. Igualmente visitaron las fincas, obligaron a los encargados o a los dueños a reunirse con algunos de los líderes guerrilleros y fijaron nuevas reglas de ocupación y colaboración.
Los habitantes siguieron pasando de un lado a otro, unos por el contrabando, otros por la imperiosa necesidad de conseguir alimentos o medicamentos en territorio colombiano. Cuando el sargento Camargo pasó a Puerto Santander lo hizo por una trocha, presionado por comprar comida para su familia y productos para una finca que tiene en la zona.
“Él iba mucho para Puerto Santander a comprar medicamentos, comida para los animales de la finca. El último día que él fue hubo un enfrentamiento ahí en el Puerto y me dijeron que él venía hacia Boca de Grita con uno de los obreros, que traía una bolsa, y uno de esos tipos (paramilitares) le dijo que tenía que pagar 20 mil pesos, pero el obrero se negó y Edgar (el sargento Camargo Pernía) entró en discusión diciendo que por qué el pago si él era de la zona. Y por eso se lo llevaron y lo desaparecieron”.
Ante su ausencia, varios familiares fueron al comando de la Guardia Nacional a reportar su desaparición con la esperanza que lo buscaran. “Dijeron que mejor no se hiciera ruido, porque quizá podían matarlo, que era mejor esperar”, fue la respuesta que recibieron.
No regresó
El último puesto militar donde Camargo Pernía estuvo sirviendo como militar activo fue en el peaje Vega de Aza. Decidió irse de la Fuerza Armada, después de 26 años y 9 meses en la institución castrense, para dedicarse a dos fincas que la familia tiene en Orope, una en la vía Norte Sur y la otra es La Cachicamo a 10 minutos del puesto de la GNB de Orope.
Después de varios días, ante el paso de las horas y la angustia, su familia y amigos trataron de indagar. Solo lograron saber que después de hacer las compras Edgar Orlando Camargo se dispuso a regresar a Boca de Grita. Un vecino explica que “cuando ya estaba de regreso, un obrero que lo acompañaba fue interceptado por varios hombres exigiéndole el pago para poder pasar. El empleado se molestó y se originó una discusión. Otros hombres llegaron en moto y le dijeron al sargento que debía ir a resolver la diferencia ‘con el patrón’. Desde entonces desapareció”.
Uno de sus compañeros de la Guardia contó a Infobae que “ante el desespero, varios familiares de Camargo fueron a buscarlo en Puerto Santander, pero unos hombres armados le manifestaron que se retiraran del lugar, porque si seguían preguntando también se las iban a llevar. Varias personas se le acercaron a la familia diciéndole que mejor se regresara porque la situación por ahí está muy peligrosa”.
Otra persona de la zona dice que “yo estaba en la trocha ese día cuando él pasó, me saludó y me dijo que iba a hacer unas compras, pero nunca regresó. Luego salió el comentario que lo había agarrado la gente del otro lado y que cuando fue la familia fue a buscarlo les dijeron que les daban cinco minutos para irse del lugar”.
Algunos vecinos aseguran que los hombres que tienen el control en Puerto Santander han dicho a quienes preguntan por el sargento que “mejor es que lo busquen a la orilla del río”.
Un guardia retirado de la zona dice que “no es seguro ir al puerto porque un militar así sea retirado está mal visto por los problemas que ha habido. Del otro lado han dicho que Camargo maltrataba a los obreros, por lo que hay quienes aseguran que lo mataron”.
“Aquí en la frontera se llevan a las personas, civiles o militares, hacen lo que les da la gana, incluso los matan y piden rescate para entregar el cadáver, así estamos. Uno se cansa de ver a familias sufrir, destruidas y lo que hay es silencio”, dice un indignado guardia nacional que está retirado.
Han pasado los días y, como en casi todos los casos de la frontera, la Fuerza Armada hace silencio. Los familiares acudieron al Comando Antiextorsión y Secuestro (CONAS) de la Fría y colocaron la denuncia.
En Zulia
Por otra parte, a unos 73 kilómetros de Boca de Grita, Táchira, se llega hasta Casigua El Cubo, estado Zulia. Ahí el Destacamento 116 de la Guardia Nacional Bolivariana reportó al Comando de Zona del estado Zulia que el 25 de septiembre, en horas del mediodía, una comisión de efectivos de Tropa Profesional, dirigida por el Mayor Rafael Quintero Vargas, segundo Comandante del D-116, realizó un Patrullaje de Seguridad Fronteriza.
Según narran al llegar al Km 07 carretera Casigua el Cubo-Santa Bárbara, municipio José María Semprún, estado Zulia, coordenadas: Norte 8.7958319 y Sur 72.5011839 interceptaron un vehículo tipo camioneta color beige, marca Toyota, modelo Hilux, placas A27AL9T. “Al darle la voz de alto, emprendieron la huida de forma violenta, accionando armas en contra de la comisión, por lo que se reaccionó de forma inmediata para repeler el fuego, resultando un enfrentamiento directo”.
Del hecho, aseguran, resultaron dos personas abatidas y un detenido quien se identificó como Luis Alberto Nava Ortiz, indocumentado. Les incautaron “un Afag M60, cartuchos sin percutir calibre 762x51, un Fusil de asalto modelo Galil calibre 5.56mm y un cargador con trece proyectiles sin percutir. También, una pistola marca Prieto Beretta modelo 92F calibre 9mm y un cargador con 15 proyectiles sin percutir”.
Como parte del encubrimiento implementado, desde la época en que Hugo Chávez gobernó el país, para no mencionar a la guerrilla en territorio venezolano, llaman a todos los grupos irregulares (guerrilla y paramilitares) como Grupo Estructurados de Delincuencia Organizada (GEDO). En el reporte indican que los muertos y detenidos pertenecen a GEDO, “quienes ingresaron al país con el fin de desestabilizar el venidero proceso electoral del 6 de diciembre del año en curso. Quedando a órdenes de la Fiscalía Militar Vigésima Cuarta”.
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