La oficialista Asamblea Nacional Constituyente no presentará un proyecto de reforma de la Constitución, ni someterá a referendo las leyes que aprobó, dijo el domingo su presidente Diosdado Cabello, cuando Venezuela está casi a las puertas de unas elecciones para renovar el parlamento, que hoy es controlado por la oposición.
La controvertida constituyente, que según el presidente Nicolás Maduro redactaría un nuevo texto constitucional, entró en funciones en agosto 2017 y prorrogó su vigencia en varias oportunidades y la última vez fue hasta finales de año.
La instancia sancionó leyes casi en paralelo con el Congreso y entre 2018 y 2019 aprobó allanamientos de inmunidad parlamentaria a varios legisladores opositores, algunos de ellos recibieron indultos del gobierno venezolano la semana pasada.
“Yo creo que no. Debo decirlo responsablemente, creo que no (…) En verdad, cuando revisas, nosotros nos dimos un mandato sometido en votación hasta el 31 de diciembre del año 2020, 31 de diciembre, pensando que en el 2021 viene una nueva Asamblea Nacional”, dijo Cabello en una entrevista dominical al canal Youtube del periodista y ministro de Cultura, Ernesto Villegas.
Cabello, el segundo hombre fuerte del gobierno, intentó justificar la falta de propuesta y dijo que la elaboración de la Constitución no era una de las únicas labores encomendadas, sino una “premisa”, que no necesariamente era obligatorio cumplir.
En 2018 Hermann Escarrá, uno de los constituyentes más influyentes, dijo a Reuters que el proyecto de Constitución estaba bastante avanzado y que en sus disposiciones se contemplaría una mayor apertura petrolera. Pero ahora Cabello descarta la aprobación de un nuevo texto. “Ver que nosotros, aquí a dos meses, vamos hacer, o a tres meses, vamos hacer todo ese procedimiento, yo no lo veo factible”, agregó Cabello, quien contó que estuvo intubado por 11 días por la infección de COVID-19.
El también vicepresidente del partido oficialista señaló que las leyes ya aprobadas por la instancia no serán sometidas a una consulta popular y no podrían ser reformadas, al menos que sea convocada otra constituyente.
La constituyente con 545 miembros fue instalada en 2017, en medio de una ola de protestas que dejó unos 120 fallecidos y la condena de la mayoría de la comunidad internacional, a lo que se sumaron las sanciones de Estados Unidos.
Maduro intentó instalar la idea de que que la iniciativa de la constituyente con poderes plenipotenciarios buscaba pacificar el país, pero en realidad era una vía del dictador para perpetuarse en el poder. Ya Maduro legislaba mediante decretos de emergencia, omitiendo a la Asamblea Nacional.
El gobierno intentará controlar nuevamente el Parlamento con las elecciones de diciembre, a las cuales la mayoría de la coalición opositora liderada por Guaidó no participará por considerarlas fraudulentas.
Venezuela enfrenta una severa crisis política y un colapso económico aunado a un débil sistema de salud, en momentos que el número de casos de coronavirus aumenta y supera los 52.000, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
Cabello es uno de los hombres más importantes de la dictadura chavista. Vicepresidente del partido de Gobierno y líder de la Asamblea Constituyente, es también blanco de las sanciones estadounidenses por diversos delitos transnacionales.
El 18 de mayo de 2018, dos días antes de la fraudulentas elecciones presidenciales en Venezuela, Estados Unidos incluyó a Cabello en la lista de la OFAC (Oficina de Control de Activos en el Extranjero) por estar involucrado en una extensa y poderosa red de lavado de dinero, corrupción y narcotráfico.
Según Washington, el número dos del chavismo realiza esas actividades en conjunto con Nicolás Maduro y el ex vicepresidente Tareck el Aissami, quien al mismo tiempo es señalado por sus vínculos con el grupo terrorista libanés Hezbollah.
Poco más de un año después, en agosto de este año, Suiza también aplicó sanciones contra la cúpula chavista. Y entre ellos también fue incluido Cabello por estar “involucrado en socavamiento de la democracia y el Estado de derecho en Venezuela, mediante el uso de los medios de comunicación para atacar públicamente y amenazar a la oposición política venezolana”.
Desde su programa en la televisión pública venezolana, Con el mazo dando, amenaza a periodistas y diputados por igual, y desde la pantalla también suele adelantar las sentencias de la Justicia chavista.
Con información de Reuters
MÁS SOBRE ESTE TEMA: