José Gregorio Guevara, alcalde chavista del municipio Achaguas en el estado Apure, murió este sábado en la madrugada como consecuencia del coronavirus. Se trata del segundo dirigente en fallecer como consecuencia de la enfermedad, después de Darío Vivas, jefe del Gobierno de Caracas, a principios de mes.
Guevara murió después de casi dos semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Pablo Acosta Ortíz, según medios locales.
Era técnico Superior en Agronomía e Ingeniero agropecuario, además de dirigente del PSUV en el estado Apure, donde ejerció varios cargos políticos a lo largo de su vida.
“Quiero informar a la población apureña el lamentable fallecimiento de nuestro compañero de lucha José Gregorio Guevara. Estuvo internado en terapia intensiva la noche de ayer y en la madrugada falleció, sospechoso de COVID-19”, dijo Ramón Carrizales, gobernador de Apure, en sus redes sociales.
La alcaldesa de San Fernando de Apure, Ofelia Padrón, también dio positivo para COVID-19 dos días antes, así como José María Romero, alcalde del municipio Páez.
Según estadísticas oficiales, el estado Apure ha confirmado 2.969 casos de personas con el nuevo coronavirus hasta la mañana de este 29 de agosto.
Guevara se suma a la lista de funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro golpeados por la pandemia. Además de la muerte de Darío Vivas, varios dirigentes chavistas se han contagiado, entre ellos el presidente de la Asamblea Constituyente y número dos del PSUV, Diosdado Cabello, así como la subsecretaria de ese órgano Carolys Hernández y los también constituyentes Gerardo Márquez y Fidel Madroñero.
También se han contagiado el vicepresidente económico y ministro de Energía y Petróleo, Tareck el Aissami y Omar Prieto, gobernador del estado Zulia, el más afectado por el nuevo coronavirus.
Con todo, informaciones no oficiales apuntan a una lista más larga en la que se incluyen, al menos, una viceministra, un exgobernador y trabajadores políticos del entorno de algunos de los positivos confirmados.
Cualquiera de ellos ha tenido o tendrá un acceso privilegiado a tratamientos mientras la mayoría de ciudadanos languidece en hospitales arruinados o prefiere encerrarse en su casa y automedicarse para evitar la hospitalización obligatoria ordenada por Maduro, que para muchos significa una condena.
El jueves, Venezuela registró 933 nuevos casos de la COVID-19 y otros 7 fallecidos, números que dejan al país sudamericano cerca de los 43.000 contagios totales con 358 muertos, de acuerdo con información ofrecida por la vicepresidenta ejecutiva del régimen, Delcy Rodríguez.
En el país, las cifras ofrecidas por el régimen fueron cuestionadas por la oposición venezolana y organizaciones como Human Rights Watch, al considerar que existe un subregistro que oculta la verdadera situación de la pandemia en la otrora potencia petrolera.
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