La Iglesia venezolana pidió elecciones libres, pero no apoyará la abstención de la oposición

La Conferencia Episcopal asegura ser “consciente de las irregularidades que se han cometido hasta ahora en el proceso de convocatoria y preparación de este evento electoral" pero solicitó participación

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Vista de la sede principal
Vista de la sede principal de Consejo Nacional Electoral (CNE), en Caracas (Venezuela) (EFE)

La Conferencia Episcopal Venezolana aseguró este martes que el llamado a la abstención de la oposición para las elecciones legislativas del próximo 6 de diciembre “hará crecer la fractura político-social en el país y la desesperanza ante el futuro”.

“Esta decisión de abstenerse priva a los ciudadanos venezolanos del instrumento válido para defender sus derechos en la Asamblea Nacional. No participar en las elecciones parlamentarias y el llamado a la abstención lleva a la inmovilización, al abandono de la acción política y a renunciar a mostrar las propias fuerzas”, aseguró la institución en un comunicado.

El próximo 6 de diciembre, se celebrarán comicios para renovar la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) a las que no comparecerá la mayor parte de la oposición venezolana, agrupada en 27 partidos, puesto consideran que se trata de un “fraude electoral”.

Sin embargo, tres de los cuatro grandes partidos de la oposición venezolana han sido intervenidos judicialmente por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), un organismo cuya legitimidad es negada por los detractores del chavismo, y sus liderazgos entregados a ex militantes expulsados de las organizaciones tras ser acusados de dejarse sobornar.

De ese modo, los partidos, sus insignias y colores, estarán en las papeletas electorales aunque no encabezados por sus líderes.

El próximo 6 de diciembre
El próximo 6 de diciembre se celebrarán comicios para renovar la Asamblea Nacional (EFE/Harold Escalona/Archivo)

“CONSCIENTES DE LAS IRREGULARIDADES”

Frente a esta situación, la Conferencia Episcopal Venezolana asegura ser “consciente de las irregularidades que se han cometido hasta ahora en el proceso de convocatoria y preparación de este evento electoral”.

Como parte de esas “irregularidades” está la designación de los directivos del Consejo Nacional Electoral (CNE) realizada por el TSJ y no por la AN, de gran mayoría opositora, al considerar que el Parlamento había hecho “omisión” de sus funciones.

También consideran que se ha producido “la confiscación de algunos partidos políticos, inhabilitación de candidatos, amenazas, persecuciones y encarcelamiento de algunos dirigentes políticos, el cambio del número de diputados y de circunscripciones electorales”.

Además, el cónclave de obispos considera “inmoral cualquier maniobra que obstaculice la solución política y social de los verdaderos problemas presentes en el país”.

“Nuestro pueblo tiene una gran vocación democrática, por lo que asume en su normalidad ciudadana la vía electoral como la manera pacífica y racional de establecer una ruta política consensuada e inclusiva para resolver los ingentes problemas que le afectan; esta convicción nos lleva a descartar cualquier salida fuera de la institucionalidad constitucional”, sostienen.

La Asamblea Nacional (EFE)
La Asamblea Nacional (EFE)

PIDEN “ELECCIONES LIBRES”

Por eso, creen “necesario celebrar elecciones libres, justas e imparciales con participación de todos los partidos y movimientos políticos, y con un basamento ético que respete el voto ciudadano según está previsto en la Constitución y las normas electorales”.

Pese a todo ello, consideran que llamar a la abstención es una estrategia similar a la de “diciembre de 2005, y no tuvo ningún resultado positivo”.

“A pesar de las irregularidades, la participación masiva del pueblo es necesaria y podrá vencer los intentos totalitarios y el ventajismo de parte del Gobierno”, agregan.

En 2005, varios partidos de la oposición decidieron retirarse de la carrera electoral para las Legislativas al consideran que no había garantías para el voto.

Finalmente, la conferencia episcopal considera que “el momento actual exige la participación plena y libre de todos los partidos y movimientos políticos, junto con el compromiso ineludible de las autoridades y los dirigentes de los mismos de dejar a un lado sus propios intereses para promover el bien común”.

(Con información de EFE)

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