El enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, Elliott Abrams, celebró este martes la declaración sobre la situación de derechos humanos en Venezuela realizada por la delegación argentina ante la ONU el pasado 15 de julio.
En concreto, se refería al pronunciamiento realizado por Federico Villegas, quien se había manifestado luego de la publicación de un nuevo informe al respecto de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. Villegas expresó su “profunda preocupación por la situación de los derechos humanos, así como por la grave crisis política, económica y humanitaria que padece Venezuela”.
Además, aseguró que la crisis se vio “exacerbada por el incremento de las sanciones económicas y financieras, y por la pandemia del COVID-19, como ha reconocido la Alta Comisionada”. E indicó que “coincidimos en que solo el orden constitucional, la democracia y el Estado de derecho harán posible garantizar el pleno respeto y ejercicio de todos los derechos humanos en Venezuela”.
Al respecto, Abrams aseguró en una conferencia telefónica que no le “sorprendió” la postura porque “la Argentina es una democracia y como tal querría ía ver la democracia extenderse a todo el hemisferio occidental”.
“Le damos la bienvenida al apoyo a la democracia en Venezuela de todos los países, y en particular de todas las democracias del mundo. Por ende, siempre estamos felices de ver a las democracias de este hemisferio o en cualquier otro lugar hablar sobre la conducta del régimen de Maduro y la ausencia de la democracia en Venezuela”, agregó.
No obstante, la declaración del funcionario argentino ante el organismo internacional generó controversia en el seno del oficialismo local, considerando las posturas contrastantes sobre la situación que mantienen distintos funcionarios.
Estas generaron criticas desde algunos sectores del Gobierno, que llevaron a que Fernández asegurara en una entrevista radial que la condena efectuada no representa un cambio de abordaje geopolítico del Gobierno, que continúa reconociendo la legitimidad de Nicolás Maduro como presidente electo.
“Nunca hemos desconocido eso. Nosotros nunca hemos desconocido la autoridad del gobierno de Venezuela, la legitimidad del gobierno de Venezuela. Guaidó no fue reconocido por nosotros como lo hizo el gobierno anterior”, aseguró Fernández el pasado 16 de julio.
En días sucesivos, distintos miembros del partido realizaron declaraciones divergentes sobre el tema: mientras que el diputado y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Eduardo Valdés, dijo que “para nosotros Venezuela no es una dictadura”, el presidente de la Cámara Baja, Sergio Massa, aseguró que ese es efectivamente el caso.
Las divergencias generaron consecuencias tangibles. Luego de que Alicia Castro, elegida como embajadora ante Rusia, criticara al ministro de Relaciones Exteriores Felipe Solá por asegurar que “el gobierno de Venezuela es autoritario”, el Presidente decidió “congelar” su designación.
Alberto Fernández designó a Castro en Rusia por sugerencia de la vicepresidente, Cristina Fernández de Kirchner. Y Castro responde Kirchner, que está lejos de la mirada que tienen otros funcionarios cercanos a Fernández como Solá y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz, sobre Estados Unidos y Venezuela. Ante una disyuntiva ideológica, Castro en Moscú hubiera cumplido las instrucciones de Kirchner.
El Presidente aún no retiró el pliego de nombramiento que debe tratar la Cámara de Senadores. Pero la decisión está prácticamente tomada. Alberto Fernández no cree que Castro cuestiona la política exterior por orden de la Vicepresidente. Al contrario: asume que la exembajadora en Venezuela sólo está irritada y actúa en consecuencia.
En otro pasaje de la conferencia telefónica, Abrams reiteró que la administración de Donald Trump no interactuará con el régimen de Maduro si sigue adelante con la convocatoria de elecciones parlamentarias y si no se compromete a un Gobierno de transición. De esta manera, continuará imponiendo sanciones a la dictadura y sus miembros.
“Solo tenemos una cosa que queremos discutir: los detalles de su salida del poder”, señaló Abrams. “Creemos que lo correcto es apoyar a los venezolanos para que restauren la democracia y vamos a continuar nuestra política de sanciones y de actividad diplomática”, añadió el representante gubernamental.
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