El Comando Sur de Estados Unidos informó este miércoles que el buque destructor con misiles guiados USS Pinckney, clase Arleigh Burke, que “desafió el excesivo reclamo marítimo” de Venezuela en aguas internacionales durante una “exitosa operación de libertad de navegación” en el Mar Caribe.
“El ilegítimo régimen de Maduro reclama indebidamente controles excesivos sobre esas aguas internacionales, que se extienden tres millas (4,8 km) más allá de su mar territorial de 12 millas (19,3 km), una reclamación que es incompatible con el derecho internacional”, explicó un comunicado de prensa de la fuerza parte de la Marina de los Estados Unidos.
“La Armada de EEUU lleva a cabo operaciones de libertad de navegación en todo el mundo para demostrar el compromiso de los Estados Unidos de defender los derechos, las libertades, el acceso y los usos legítimos de las aguas internacionales y el espacio aéreo garantizado a todas las naciones”, remarcó el informe oficial.
El comunicado también incluyó declaraciones del Almirante de la Armada Craig Faller, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos. “Ejerceremos nuestro legítimo derecho a navegar libremente en aguas internacionales sin tener que aceptar reclamaciones ilegales. El derecho garantizado de las naciones a acceder, transitar y navegar en aguas internacionales no está sujeto a imposiciones o restricciones que violen abiertamente el derecho internacional”.
“El acceso global a las aguas internacionales protege los intereses nacionales de los Estados Unidos, promueve un orden internacional justo y asegura que la Armada de los Estados Unidos pueda cumplir misiones clave, incluyendo despliegues de asistencia humanitaria, operaciones de ayuda en caso de desastres, apoyo a los esfuerzos internacionales contra los narcóticos y ejercicios multinacionales que fortalecen las asociaciones regionales”, concluyó el Comando Sur sobre la maniobra de este miércoles.
La Armada de los Estados Unidos ya había impugnado previamente el reclamo marítimo del régimen de Nicolás Maduro el pasado 23 de junio, cuando el USS Nitze completó “legal y pacíficamente” una operación similar en aguas internacionales.
En concreto, se mantuvo por fuera de las 12 millas náuticas (unos 22 kilómetros) que marcan el límite de las aguas jurisdiccionales venezolanas, y luego atravesó un área que la dictadura reclama como propia, a pesar de no tener un control efectivo.
Venezuela mantiene aún límites sin definir con Colombia, Dominica, San Cristóbal y Nieves y el Reino Unido, a través de la isla de Montserrat. El país tiene también una frontera marítima con los Estados Unidos, a través de Puerto Rico y las Islas Vírgenes, aunque estos límites están resueltos.
Las naves de guerra de la marina estadounidense rutinariamente realizan estas “operaciones de libertad de navegación” en aguas internacionales de todo el mundo, en especial en el Pacífico, donde China ha estado en los últimos años reclamando más espacios a costa de sus vecinos.
El USS Pinckney, así como otros buques de la Armada y del Servicio de Guardacostas de los Estados Unidos, están operando actualmente en el Caribe como parte de la operación antinarcóticos “más grande de Occidente” anunciada en abril por el presidente Donald Trump.
Estas misiones, conocidas como FONOPS (Freedom of Navigation Operations) en la jerga del Departamento de Defensa de Estados Unidos, consisten en ejercer el derecho a la libre navegación en aguas internacionales de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar firmada en 1982, aún si un Estado reclama esas aguas como propias.
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